En la zona rural de Aguazul, Casanare, soldados del batallón de ingenieros de desminado humanitario del Ejército Nacional encontraron a un niño de 6 años, que montaba en una bicicleta sin neumáticos, conmovidos por la historia del menor decidieron regalarle una bicicleta nueva.

Ángel, es el nombre del niño que vieron los soldados que pasaba por la vereda impulsándose con los pies para mover la bicicleta que no tenia llantas.

“Al ver a Ángel es inevitable no recordar a mis hijos, y pensar que muchas veces no somos agradecidos con todo aquello que la vida nos da”, reflexionó el sargento Alexánder Barbosa, líder de la compañía.

Los soldados al ver las ganas de Ángel por aprender a montar bicicleta y ver las condiciones de la que tenía, decidieron entre todos sumar esfuerzos, y regalarle una bicicleta de color rojo y negro. El menor sorprendido y con alegría les dijo ”gracias y que Dios los bendiga”.

El padre de Ángel, José Ángel Vargas contó en noticias Caracol que “Mi hijo ha aspirado en ser ciclista y por ahí se topó una bicicleta botada que la habían dejado otros niños cuando vivían acá, pues él se apegó de esa bicicleta y por ahí anda pa’ arriba y pa’ abajo en esa bicicleta”. Incluso se la llevaba al colegio aunque sus papás no estuvieran de acuerdo.

En las labores de patrullajes rurales que adelantan tropas del Batallón de Artillería # 4 General Jorge Eduardo Sánchez Rodríguez, Bajes, de la IV Brigada del Ejército, en julio del 2020, los soldados se encontraron en una vía veredal del centro poblado Pascuitá, de Ituango, a un niño campesino de 11 años de edad en una una bicicleta que estaba sin cadena, llantas y ni frenos.

Esto llamó la atención del comandante del pelotón que transitaba por el lugar, un cabo primero de apellido Mendoza, que reportó la situación y le dio a conocer las grabaciones que tomo del niño con su bicicleta al comandante del batallón, teniente coronel Fredy González, quien, de inmediato, inició contactos con empresas privadas para conseguir una bicicleta buena y apropiada para esa zona rural, con el fin de llevársela al niño.

El oficial contó que su solicitud fue escuchada por el dueño de una distribuidora de ciclas de Medellín, que se unió a la campaña y donó la bici. Fue así como la llevaron a Ituango, de donde los militares iniciaron un viaje de 3 horas por una vía terciaria y en mal estado para darle la sorpresa al niño de la vereda.

Cuando los soldados llegaron a la humilde vivienda ni el pequeño ni la familia se la creían. Los militares llegaron y tocar las puertas y en presencia de sus padres le hicieron entrega de la bicicleta, Kevin Echavarría, y le dieron guantes y casco protector.

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