El pasado 8 de noviembre, el astrofotógrafo Andrew McCarthy y el paracaidista y músico Gabriel C. Brown concretaron un proyecto que buscaron durante meses: captar el momento exacto en el que un ser humano aparece “recortado” en la superficie detallada y ardiente del Sol.
La imagen, revelada en redes sociales y considerada inédita por su propio autor, fue fruto de una coordinación poco habitual entre disciplinas, una planificación y una ejecución que rozó el límite de la precisión posible. Nunca antes una fotografía mostró el cruce visual de un paracaidista con una de las vistas más extremas y desbordantes del espacio: nuestro Sol, observado a casi 150 millones de kilómetros de distancia.
El proceso técnico y creativo empezó mucho antes del salto. Como relató McCarthy en su cuenta de X, la captura de la imagen “requirió primero una inmensa planificación”. Entre los desafíos enfrentados, el grupo debía coordinar el ángulo del Sol, la posición de salto, la altitud exacta, la distancia al suelo y el emplazamiento preciso del telescopio que realizaría la toma. Solo así el instante en que Brown quedara exactamente alineado sobre el disco solar podría inmortalizarse en una fotografía real, sin manipulación ni trucos digitales para recrear lo que sucedía en el cielo.
La tarea no fue sencilla. Seis intentos previos resultaron infructuosos. Finalmente, el domingo 8 de noviembre de 2025, a las 9:00 hora local, Brown saltó desde una aeronave a 1.070 metros de altitud en las afueras de Arizona. Los dos colaboraron durante semanas en la fase logística, para elegir lugar, aeronave y todas las variables de seguridad asociadas a una maniobra de este nivel.
La complejidad requirió, como describió McCarthy al compartir la hazaña: “Se requirió una planificación minuciosa y una precisión técnica extrema para lograr esta vista absolutamente increíble (pero real): capturé a mi amigo @BlackGryph0n atravesando el sol durante un salto en paracaídas. Esta podría ser la primera foto de este tipo que existe. Vean un video de este momento en la respuesta”.
Una proeza en la historia de la fotografía astronómica
La fotografía consiguió lo que parecía imposible: mostrar la silueta nítida de Brown recortada contra la superficie solar, en un único instante en el que la distancia y los cálculos se alinearon perfectamente.
“Todavía no me lo creo, lo hemos conseguido”, escribió el propio Brown en su perfil de Instagram tras comprobar el resultado. El plan contempló variables complejas, desde el vuelo de la aeronave hasta la comunicación instantánea con el fotógrafo y con el piloto para ejecutar el salto en el instante adecuado. El paracaidista debía lanzarse cuando el Sol se encontraba en el punto exacto del horizonte en relación al telescopio.
“Teníamos que encontrar la ubicación, el momento, la aeronave y la distancia adecuados para obtener la toma más nítida; teniendo en cuenta la senda de planeo con el motor apagado para lograr el ángulo solar óptimo y una altitud de salida segura. Luego tuvimos que alinear la toma utilizando el efecto de oposición de la aeronave (¡un saludo al piloto @jimhamberlin!) y coordinar el momento exacto del salto mediante comunicaciones a tres bandas”.
La imagen destaca por el efecto visual: el paracaidista aparece como una pequeña figura negra sobre el disco solar, que fue captado en toda su textura gracias al equipamiento astronómico.
McCarthy usó un telescopio de alta resolución, capaz de registrar detalles nimios de la fotosfera solar. La dificultad aumentó por la velocidad de descenso del paracaidista y la breve fracción de segundo durante la cual el alineamiento existió ante el lente. Solo unos segundos separaron el éxito de una nueva oportunidad perdida; por eso, ambos subrayaron la exigencia que implicó sincronizar cada fase de la misión.
McCarthy trasladó su pericia previa en imágenes cósmicas al desafío de combinar el mundo humano, efímero y en movimiento, con el universo solar, remoto y permanente.
No es la primera vez que el fotógrafo desborda fronteras técnicas en su campo. En 2022, capturó una eyección de masa coronal del Sol que medía más de un millón de millas y colaboró con el científico planetario Connor Matherne para retratar la cara visible de la Luna con un nivel de definición extremo, a partir de más de 200.000 capturas a lo largo de dos años.
Además, McCarthy logró fotografías donde la Estación Espacial Internacional aparece sobre el fondo de una llamarada solar, ilustrando cómo la distancia abismal entre la Tierra y otros cuerpos puede reducirse en una imagen bien calculada: la estación orbitaba a unos 400 kilómetros del suelo, mientras que el Sol se encontraba casi 150 millones de kilómetros más allá. En el último proyecto, la distancia entre la cámara y el sujeto humano fue de apenas dos kilómetros, lo que permitió obtener una nitidez singular, casi nunca vista en el cruce entre astrofotografía y deportes extremos.
Innovación, técnica y ciencia al servicio de nuevas formas de mirar el cielo
El prestigio de McCarthy en la comunidad de la astrofotografía proviene tanto de su rigor científico como de su creatividad para inventar nuevos modos de mostrar lo que sucede más allá del cielo terrestre. En 2019, produjo una imagen de la Luna a partir de más de 150.000 fotografías de distintas zonas, donde se aprecian tonos azulados, dorados, ocres y blancos. Aunque la imagen final fue elaborada digitalmente, los colores resultaron de las diferencias reales de minerales en la corteza lunar. “Esta fotografía muestra cómo se vería la Luna si tus ojos y cerebro fueran mucho más sensitivos al color”, explicó entonces McCarthy.
Para alcanzar esa reproducción cromática, se valió de tomas captadas con dos cámaras: una especializada en color, estrellas y bruma atmosférica, y otra en detalles y texturas. El software Autostakkert le permitió combinar y apilar decenas de miles de tomas, lo que eliminó los reflejos y las distorsiones producidas por turbulencias. Según explicó, los azules saturados marcan zonas ricas en titanio y el naranja indica áreas pobres en ese mineral. La precisión alcanzada en esa imagen impactó incluso a la comunidad científica, porque ofreció un mapa visual de elementos químicos a partir de métodos accesibles.
McCarthy también encaró la reconstrucción visual del sistema solar completo utilizando imágenes propias de cada planeta. Todo el proceso, según sus publicaciones, fue realizado con un telescopio casero, una cámara y un teléfono móvil, enfatizando el alcance actual de la astronomía amateur cuando se une la innovación tecnológica con la paciencia y el trabajo minucioso.
Respecto a la reciente imagen, el propio fotógrafo invitó a los seguidores a ver el video completo del salto y recomendó explorar los detalles de la imagen.
Fotos: Andrew McCarthy
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