Científicos analizaron si la pluma de un pavo real puede emitir luz láser: el sorprendente hallazgo

Un equipo de físicos experimentó con pigmentos fluorescentes sobre estructuras naturales y documentó una emisión lumínica precisa y constante. El estudio se publicó en la revista Nature

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Microarquitecturas dentro de la pluma
Microarquitecturas dentro de la pluma producen emisiones lumínicas a longitudes de onda específicas tras la aplicación de pigmento fluorescente

Un equipo internacional de físicos analizó la existencia de un fenómeno inédito: ciertas plumas de pavo real podrían emitir luz láser de modo consistente y estable. Este avance fue detallado en Scientific Reports por especialistas de la Florida Polytechnic University, Youngstown State University y la Washington State University.

Las investigaciones anteriores sobre láseres biológicos en materiales naturales como huesos, alas de insectos o tejidos humanos asociaban la emisión de luz coherente a procesos azarosos: la luz rebotaba caóticamente en las microestructuras internas y producía emisiones imprevisibles. No obstante, el equipo encabezado por Anthony Fiorito III y colaboradores identificó patrones de emisión sorprendentemente regulares al tratar las plumas de Pavo cristatus macho.

Los científicos impregnaron las plumas de la característica cola del pavo real con un tinte fluorescente de uso común en experimentos láser, y las iluminaron con pulsos intensos de luz. El resultado: surgieron emisiones láser en longitudes de onda muy precisas, repetidas en múltiples zonas del denominado “ojo” de la pluma y entre distintos ejemplares.

La zona denominada “ojo” de
La zona denominada “ojo” de la pluma exhibe patrones de luz coherente, repetidos en ejemplares distintos de pavo real

“Las líneas de emisión láser que observamos son increíblemente consistentes en todas las regiones de color del ‘ojo’ de la pluma y entre diferentes plumas”, indica el equipo en su artículo. Esta regularidad orientó a los físicos hacia la hipótesis de la existencia de estructuras internas persistentes capaces de funcionar como resonadores ópticos diminutos.

El mecanismo físico: cavidades ópticas y microestructuras ordenadas

El examen detallado de las plumas reveló que la luz láser no surgía al azar. La regularidad en las longitudes de onda observadas –especialmente alrededor de 574 y 583 nanómetros– apuntaba a la acción de cavidades ópticas muy precisas a escala mesoscópica. Este comportamiento difiere de otros casos reportados de láseres biológicos donde los mecanismos eran aleatorios y sus picos de emisión carecían de uniformidad.

El equipo explica en su estudio: “La consistencia de las longitudes de onda en diferentes regiones y plumas apunta a estructuras internas muy regulares que sobreviven a las diferencias de color y a la variabilidad natural”. Estos datos sugieren la presencia de bloques estructurales dentro de las barbillas de la pluma que cumplen la función de cavidades, amplificando la luz siempre que hayan absorbido el tinte y experimentado ciclos de humedecimiento y secado.

Un procedimiento basado en ciclos
Un procedimiento basado en ciclos de impregnación y secado permite activar la respuesta óptica en el tejido natural

Las propiedades ópticas únicas de estas microestructuras parecen estar ligadas a la regularidad espacial de la queratina y el tintado, con dimensiones del orden de decenas a cientos de nanómetros. Los autores descartan que las fuentes del láser sean mecanismos conocidos como los “modos de galería susurrante” o la estructura cristalina que otorga el color iridiscente clásico de la pluma.

El proceso experimental

Para descartar interpretaciones erróneas, los investigadores seleccionaron cuidadosamente plumas de pavo real macho libres de impurezas y las montaron sobre un sustrato absorbente. Se aplicó la solución de rodamina 6g en repetidas ocasiones mediante micropipetas, alternando fases de imantación y secado total. Los pulsos de un láser verde de alta intensidad sirvieron para activar la emisión óptica, mientras un análisis espectroscópico detallado permitió identificar los picos de emisión.

Las emisiones de láser solo aparecieron después de varios ciclos completos de humedecimiento y secado, y mientras las plumas se mantenían húmedas. Este resultado se repitió en todas las regiones de color del “ojo”, con mayor prominencia en la región verde. Las mediciones confirmaron la presencia de picos láser en el rango específico, tanto en diferentes zonas de una misma pluma como entre distintos ejemplares.

Las longitudes de onda emitidas
Las longitudes de onda emitidas convergen en torno a 574 y 583 nanómetros, con notable uniformidad en todas las áreas estudiadas EFE/ Gustavo Amador

Ninguna pluma impregnada sólo una vez mostró actividad láser, lo que refuerza la idea de que el fenómeno depende de una distribución interna precisa del tinte y de una leve modificación en la estructura de queratina a nivel de nanoscala. Este grado de consistencia motivó la búsqueda de la fuente microestructural.

El físico Diederik Wiersma, de la Universidad de Florencia, expresa: “Demuestra que la naturaleza puede crear microestructuras ópticas mucho más precisas de lo que pensábamos”. Por su parte, la bióloga Prum, de Yale, menciona: “Este tipo de estudios abre una ventana completamente nueva para explorar la relación entre estructura y función óptica en los tejidos animales”.

El hallazgo sugiere además que, mediante el análisis de la luz láser emitida, se puede “leer” la presencia de organizaciones internas regulares en tejidos y materiales que a simple vista resultan invisibles. Este enfoque tendría aplicaciones en diagnóstico, detección de alteraciones estructurales y el desarrollo de materiales de alta precisión óptica.

Limitaciones, preguntas y próximos pasos

La estructura regular de las
La estructura regular de las barbillas explica la presencia de cavidades ópticas diminutas capaces de amplificar la luz Eduardo Briones - Europa Press

El fenómeno observado depende de la penetración profunda del tinte y de alteraciones logradas por procesos de humedecimiento y secado. No se ha establecido si este tipo de resonadores ópticos se encuentra en otros tipos de plumas o en tejidos fuera de las aves iridiscentes.

La naturaleza exacta de las cavidades responsables permanece aún sin identificar. Los responsables del estudio proponen que podrían ser microrregiones de queratina rodeadas de tinte, cuyo tamaño varía de decenas a cientos de nanómetros. Los análisis descartan resonadores esféricos clásicos y modos estructurales conocidos, por lo que el mecanismo sigue bajo estudio.

En adelante, el equipo planea investigar si otras aves presentan patrones similares y si es posible modificar las características internas de las plumas para ajustar las propiedades del láser.