
El melanoma es el cáncer de piel más peligroso. También es el más raro y es “la causa principal de muerte por enfermedades de la piel”, de acuerdo a MedlinePlus, el sitio de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
El tratamiento del melanoma suele comenzar con la cirugía, que consiste en extirpar el tumor junto con parte del tejido circundante. La cantidad de tejido extraído depende de la profundidad del cáncer. Si se ha extendido a ganglios linfáticos cercanos, estos también pueden ser removidos. Posteriormente, y según el riesgo de recurrencia, se pueden indicar quimioterapia o inmunoterapia como terapias complementarias, según la misma entidad de salud.
Ahora, en ese sentido, un equipo de investigación liderado por la Universidad de Oxford encontró que el citomegalovirus (CMV), un virus común en la población, podría modificar la manera en que los pacientes con melanoma responden a los tratamientos actuales. El hallazgo se publicó en la revista Nature Medicine y se basó en el análisis de 341 pacientes que recibieron inmunoterapia para combatir esta enfermedad oncológica.
En un comunicado de la Universidad de Oxford, los expertos divulgaron: “El citomegalovirus (CMV) es un virus común que, aunque suele ser asintomático, es portador de por vida en alrededor del 50-60% de los adultos del Reino Unido. En personas sanas, el sistema inmunitario mantiene el CMV en estado latente; sin embargo, este proceso modifica profundamente su funcionamiento”.

“El melanoma es un cáncer de piel que puede ser difícil de curar si no se detecta a tiempo. Las inmunoterapias han mejorado las tasas de supervivencia del melanoma, pero no todos los pacientes se benefician, y algunos desarrollan resistencia. En ocasiones, los pacientes desarrollan efectos secundarios de la inmunoterapia (especialmente aquellos que reciben tratamientos combinados), que pueden cambiar la vida y, en algunos casos, ser mortales”, agregaron en el documento.
La investigación sugirió que la infección por CMV “podría mejorar los resultados del tratamiento en pacientes con melanoma que reciben inmunoterapia menos intensiva, a la vez que reduce notablemente la frecuencia de efectos secundarios graves. Los investigadores también descubrieron que la infección por CMV podría retrasar el desarrollo y la propagación del melanoma, lo que indica que la respuesta inmunitaria al CMV también podría influir en el desarrollo del cáncer”, escribieron.
Otra de las observaciones fue que los pacientes CMV positivos respondieron mejor al tratamiento con un único fármaco anti PD-1, un tipo de inmunoterapia que bloquea la proteína PD-1 y permite al sistema inmune atacar las células cancerosas. Aquellos que recibieron este tratamiento para evitar la recaída del melanoma presentaron también una menor tasa de recurrencia. En contraste, no se observaron diferencias en la respuesta cuando se utilizaron terapias combinadas, lo que lleva a pensar que la evaluación previa del estado de CMV podría ser útil para personalizar la inmunoterapia en casos de melanoma, de acuerdo a los expertos.

Una diferencia notable se dio en relación con los efectos adversos. Los pacientes con CMV positivo mostraron menores tasas de complicaciones inmunológicas graves, en particular colitis, una inflamación del colon que puede afectar significativamente la calidad de vida. Conocer de antemano el estado de CMV podría facilitar la anticipación y manejo de estas complicaciones.
Pero hay más. Los datos también mostraron que quienes tenían CMV tendían a desarrollar melanoma metastásico (MM) —es decir, cáncer que se extiende más allá de la piel— en una etapa más tardía que los pacientes sin el virus. En los casos con tumores con mutación BRAF —presente en cerca del 40 % de los pacientes con melanoma y asociada al crecimiento celular descontrolado— se observó una protección adicional. Aunque se requieren estudios adicionales, este hallazgo sugiere que el CMV podría ofrecer una cierta forma de protección contra el melanoma metastásico. Comprender cómo se produce este efecto podría ser clave para desarrollar nuevas terapias preventivas.
El trabajo fue liderado por el profesor Benjamin Fairfax, especialista en inmunogenética del cáncer en la Universidad de Oxford. Según explicó, los efectos identificados probablemente se deban a que el virus CMV estimula un grupo específico de células T, responsables de la respuesta inmune frente a las células tumorales.

Al analizar los resultados, Fairfax sostuvo: “Las inmunoterapias actuales contra el cáncer pueden causar efectos secundarios graves en algunos pacientes, lo que en ocasiones puede derivar en complicaciones de por vida. La infección previa por CMV en un paciente podría ayudar a determinar, en cada caso individual, si las inmunoterapias son eficaces o causan efectos secundarios, lo que constituye un factor clave para decidir qué tratamientos administrar”.
Además, el investigador señaló otra implicancia posible del estudio: “Nuestro trabajo también tiene implicaciones potencialmente fundamentales para nuestra comprensión del desarrollo del cáncer de piel, ya que demuestra que los factores que influyen en el sistema inmunitario independientemente del cáncer pueden tener efectos imprevistos en el desarrollo del melanoma”.
De acuerdo con los autores, esta es la primera vez que se demuestra que un virus común no relacionado con el cáncer influye tanto en la evolución del melanoma como en la eficacia de su tratamiento. Aún se necesitan más estudios que validen estos resultados en poblaciones más amplias. También será necesario explorar si podrían desarrollarse estrategias basadas en el CMV para mejorar la eficacia de las inmunoterapias existentes.