Las Islas Canarias revelan una nueva especie de insecto en su biodiversidad subterránea

El descubrimiento del insecto Cixius palmirandus en La Palma ofrece nuevas perspectivas sobre la fauna extremófila que habita las profundidades de la tierra

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Descubrimiento de Cixius palmirandus en
Descubrimiento de Cixius palmirandus en La Palma destaca biodiversidad subterránea (Crédito: Pedro Oromí, de la Universidad de La Laguna)

En un descubrimiento reciente en las Islas Canarias, científicos han identificado una nueva especie de insecto desconocida hasta el momento para la ciencia. Este hallazgo, reportado por National Geographic, fue realizado en la Cueva Honda de Miranda en el municipio de Breña Alta, La Palma, y ha puesto de manifiesto la increíble biodiversidad subterránea de las islas, un ecosistema vulnerable que alberga una fauna adaptada a las condiciones extremas de la oscuridad y el aislamiento.

Un hábitat extremófilo: la vida en la oscuridad

Según informó National Geographic, el estudio publicado en la revista Subterranean Biology explicó que, el nuevo insecto, denominado Cixius palmirandus, pertenece a un grupo de insectos conocidos como chicharritas subterráneas, que son parte de la familia de los homópteros. Estas criaturas se caracterizan por una serie de adaptaciones evolutivas que les permiten sobrevivir en condiciones extremas, como la ausencia total de luz y la falta de recursos en las profundidades de las cuevas volcánicas.

Como otros insectos troglobiontes, Cixius palmirandus presenta alas no funcionales, ojos reducidos y una pérdida de pigmentación, características comunes entre los organismos que viven en la oscuridad perpetua.

El hallazgo se enmarca dentro de la rica biodiversidad de las Islas Canarias, donde los investigadores ya identificaron hasta 17 especies de chicharritas subterráneas, lo que convierte a este archipiélago en uno de los lugares con mayor concentración de este tipo de insectos en el mundo. A nivel global, las chicharritas subterráneas suman 74 especies, todas ellas adaptadas a condiciones extremas.

Cueva Honda de Miranda, escenario
Cueva Honda de Miranda, escenario del hallazgo de una nueva especie de insecto (Créditos: Subterranean Biology)

Un descubrimiento crucial para la ciencia

La cueva en la que fue descubierto Cixius palmirandus, la Cueva Honda de Miranda, nunca había sido prospectada previamente, lo que hace aún más significativo este hallazgo. Según los investigadores, este insecto es una de las cuatro especies de artrópodos troglobiontes identificadas en la región. Junto a Cixius palmirandus, se han identificado otras especies como Cixius theseus, Meenoplus skotinophilus, y Tachycixius gomerobscurus, todas pertenecientes a este tipo de fauna subterránea.

Estos insectos, a pesar de su pequeño tamaño (solo miden unos 4 milímetros), se han convertido en un ejemplo clave para el estudio de los organismos extremófilos, aquellos que logran sobrevivir en ambientes con condiciones sumamente inhóspitas. Al igual que otras especies extremófilas como los tardígrados, conocidos como osos de agua, que pueden resistir presiones extremas, radiación o temperaturas extremas, las chicharritas subterráneas también han desarrollado mecanismos de supervivencia que les permiten vivir en la oscuridad total y con muy poca disponibilidad de alimento.

Adaptaciones especializadas para la supervivencia

El medio National Geographic informó que, los insectos que habitan las cuevas volcánicas canarias, como Cixius palmirandus, desarrollaron una serie de adaptaciones especializadas para sobrevivir en estos ecosistemas subterráneos. Su principal fuente de alimentación es la savia de plantas, que extraen mediante un pequeño estilete, un tubo especializado que les permite perforar las plantas y extraer su jugo. En el caso de los insectos que habitan las zonas más profundas de las cavidades, su alimentación está aún más especializada, ya que extraen la savia directamente de las raíces de las plantas.

La habilidad para explotar recursos limitados de forma eficiente es clave para su supervivencia, ya que las condiciones en estos entornos subterráneos son extremadamente restrictivas. La falta de luz y la escasez de nutrientes limitan las opciones de los organismos que habitan estos ecosistemas, por lo que las chicharritas han evolucionado para sobrevivir a estos desafíos de manera óptima.

Cixius palmirandus, ejemplo de adaptación
Cixius palmirandus, ejemplo de adaptación a condiciones extremas en cuevas volcánicas (Crédito: Subterranean Biology)

Vulnerabilidad y riesgo de extinción

A pesar de su increíble capacidad para adaptarse a su entorno, las especies subterráneas, como Cixius palmirandus, son extremadamente vulnerables a las alteraciones humanas. La intervención humana, como la contaminación o la modificación de su hábitat, representa una amenaza directa para su supervivencia. Los expertos señalan que, debido a la escasez de ejemplares en los lugares donde habitan, estas especies tienen pocas probabilidades de sobrevivir a cambios en su entorno, como la alteración del flujo de agua subterránea o la contaminación de sus hábitats.

Como resultado de este riesgo, los científicos han propuesto clasificar estas especies como vulnerables, siguiendo los criterios de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). De esta forma, se busca generar conciencia sobre la importancia de preservar los ecosistemas subterráneos de las Islas Canarias, especialmente aquellos que albergan especies tan raras y delicadas como las chicharritas subterráneas.

El descubrimiento de Cixius palmirandus revela la riqueza de los ecosistemas subterráneos en las Islas Canarias y destaca la necesidad urgente de implementar políticas de conservación. Estas especies subterráneas, testigos de un mundo oculto, enfrentan peligros debido a las actividades humanas. Los expertos enfatizan la importancia de explorar y estudiar estos hábitats para proteger la biodiversidad antes de que desaparezca.

Este hallazgo no solo amplía el conocimiento sobre la fauna en la región, sino que también resalta la necesidad de conservar cuidadosamente estos ecosistemas únicos y frágiles.