
El melanoma cutáneo es conocido por ser uno de los tumores más desafiantes para los científicos. A pesar de las numerosas mutaciones que caracteriza a este tipo de cáncer, las cuales en teoría deberían ser reconocidas como una amenaza por el sistema inmunitario, el melanoma parece encontrar formas de evadir la “vigilancia” natural del cuerpo.
En ese sentido, recientemente, un equipo de científicos del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), dirigido por la investigadora Marisol Soengas, ha identificado un mecanismo crucial.
“Las células de melanoma, el cáncer de piel más agresivo, producen una proteína que bloquea el reconocimiento y eliminación del tumor por parte del sistema inmunitario, las defensas naturales del organismo”, repasaron en un comunicado divulgado por el CNIO.
Y ampliaron: “La proteína, llamada Midkine, permite que el melanoma ‘se esconda’ en distintos órganos y aumenta la resistencia a inmunoterapia. El estudio desvela que esta proteína también cumple esta función en otros tipos tumorales”.

“Tras realizar estudios en células, ratones y más de 150 bases de datos de pacientes, el equipo ha descubierto que las células de melanoma secretan una proteína, llamada Midkine, que reduce la cantidad de un tipo de células especializadas en el reconocimiento de los tumores, las células dendríticas”, precisaron en el documento, del cual también es autor Xavier Catena, quien actualmente forma parte de la Universidad de Lund en Suecia.
Para los expertos, “el estudio ayuda además a entender por qué cuando el melanoma se disemina a otros órganos, dando lugar a las metástasis, a menudo desarrolla resistencia a la inmunoterapia convencional”.
En tanto, en palabras de la investigadora Soengas, en este trabajo encontraron “que Midkine actúa como escudo y acelerador al mismo tiempo: previene el reconocimiento y la eliminación de las células tumorales, y además facilita de forma activa que las células malignas progresen y se diseminen”. El trabajo se publicó en Nature.
En el comunicado profundizaron: “Las células dendríticas actúan normalmente como vigías en patrullas de defensa, identificando moléculas extrañas en patógenos como virus y bacterias, y también en tumores. Luego presentan esta información a otras células defensivas, los linfocitos T citotóxicos, para que eliminen a las células malignas. Este artículo demuestra ahora que en los melanomas, Midkine reduce la cantidad de células dendríticas y cambia su funcionamiento”.

Bajo esos preceptos, Soengas analizó: “Lo más relevante del trabajo es que hemos comprendido cómo, a través de Midkine, el melanoma no solo apaga o deja frío al sistema inmunitario, sino que lo pervierte a su favor, contribuyendo de forma activa a que se disemine. Lo hace desde una fase muy temprana, y además as escala de todo el organismo. Esto complica el desarrollo de nuevas terapias”.
Una vez que se identificó el papel de Midkine en la evasión inmunitaria, los investigadores se centraron en su impacto en los tratamientos. En modelos animales, el grupo del CNIO planteó que bloquear la acción de esta proteína mejora la eficacia de las vacunas dirigidas a las células dendríticas. Además, impidiendo la acción de esta proteína, se facilita el trabajo de los inhibidores de puntos de control inmunitario, que son una de las formas más comunes de inmunoterapia.
“Los investigadores del CNIO también analizaron datos de grandes cohortes de pacientes, y encontraron una firma génica asociada a Midkine en células dendríticas que correlaciona con peor pronóstico. Este hallazgo trasciende al melanoma, ya que se observaron efectos similares en cánceres de pulmón, mama, endometrio, glándula suprarrenal y mesotelioma, entre otros”, escribieron los autores en el comunicado.
Mientras que Soengas desarrolló: “Nuestros resultados sugieren que la inhibición de la proteína Midkine podría reactivar las células dendríticas y mejorar las terapias contra distintos tipos tumorales agresivos”.