Descubren en Siria vestigios de trabajo infantil en la cerámica de la Edad del Bronce

Investigadores hallaron huellas dactilares de menores en piezas antiguas, evidenciando su participación en un sistema de producción estructurado y organizado

Guardar
Dos tercios de las vasijas
Dos tercios de las vasijas analizadas en Hama fueron fabricadas por niños a partir de los siete años (Imagen Ilustrativa Infobae)

El equipo de investigación de la Universidad de Tel Aviv y el Museo Nacional de Dinamarca ha realizado un descubrimiento significativo en Hama, una antigua ciudad del Reino de Ebla, en lo que hoy es Siria. A través del análisis de cerámica, los arqueólogos encontraron huellas dactilares de niños, algunas de tan solo siete años, en fragmentos cerámicos. Este hallazgo, publicado en la revista Childhood in the Past, proporciona una visión única de la vida en la Edad del Bronce, destacando una faceta de la infancia que hasta ahora había sido poco explorada en el contexto arqueológico.

El descubrimiento de estas huellas dactilares de niños marca un contraste con las investigaciones previas que se centraban en las grandes estructuras o en las inscripciones regias, generalmente asociadas con las élites o con los aspectos bélicos de las antiguas civilizaciones. “Los infantes no solo eran observadores pasivos de la vida adulta, sino que desempeñaban un papel activo en la economía y producción”, participando en actividades como la fabricación de cerámica.

La participación infantil en la producción cerámica: entre el trabajo y la creatividad

En el Reino de Ebla, aproximadamente dos tercios de las vasijas analizadas fueron creadas por niños, lo que revela su rol crucial en la producción de cerámica en la Edad del Bronce. Estos pequeños artesanos comenzaban su formación a edades tan tempranas como los siete años, participando principalmente en la fabricación de copas estándar utilizadas en los banquetes reales. Este tipo de producción era repetitiva y estandarizada, sugiriendo que los niños recibían una formación rigurosa que los preparaba para replicar los mismos movimientos y técnicas una y otra vez, similar a un proceso industrial controlado por adultos.

Sin embargo, la faceta más sorprendente de este hallazgo es que los mismos niños también crearon pequeñas figurillas y miniaturas cerámicas, claramente diferentes de las copas producidas en masa. Estas piezas, mucho más variadas y espontáneas en su forma, sugieren que los niños no solo estaban involucrados en trabajos estructurados, sino que también disponían de un espacio para la creatividad y el juego.

Las miniaturas podrían haber servido como juguetes, amuletos o incluso representaciones simbólicas del mundo infantil. Esta combinación de trabajo y juego dentro del proceso productivo refleja una experiencia infantil que abarcaba tanto la necesidad económica como el deseo de expresión creativa.

La urbanización en el Reino
La urbanización en el Reino de Ebla impulsó la inclusión infantil en la producción masiva. Fuente: J. Sanders, A., Childhood in the Past (2024)

La producción en los talleres cerámicos

La producción de cerámica en Hama estaba claramente organizada y controlada, lo que sugiere una metodología industrial temprana. Las copas fabricadas por los niños, y en menor medida por los adultos, eran de un diseño uniforme y estandarizado. Este patrón de producción sugiere una demanda constante de copas para los grandes banquetes reales que se realizaban en el Reino de Ebla. Las copas, una vez utilizadas en estos festines, eran desechadas, lo que requería una producción continua y eficiente para satisfacer la necesidad.

La estandarización de los productos refleja un sistema organizado en el que los niños, que formaban una parte esencial del proceso, eran entrenados para reproducir los mismos moldes y formas una y otra vez, siguiendo un proceso casi mecánico. Este modelo de trabajo también indica que los talleres cerámicos en Hama funcionaban de manera similar a una fábrica, donde la producción masiva no solo implicaba la repetición de tareas, sino una estructura jerárquica con adultos que supervisaban el proceso.

Este tipo de organización de la producción no era exclusivo del mundo antiguo, sino que puede verse como un antecedente remoto de la industrialización que más tarde caracterizó a la Revolución Industrial, en la que el trabajo infantil también desempeñó un papel esencial en la fabricación a gran escala. Los pequeños artesanos de Hama, aunque involucrados en un trabajo repetitivo, estaban también moldeando, sin saberlo, una parte crucial de la estructura productiva de su sociedad.

Investigadores de la Universidad de
Investigadores de la Universidad de Tel Aviv y el Museo Nacional de Dinamarca descubren huellas dactilares infantiles en cerámicas de Hama, Siria. Foto: Akiva Sanders / Universidad de Tel Aviv

Impacto de la urbanización en la infancia y el trabajo

El descubrimiento de huellas dactilares infantiles en cerámicas de Hama evidencia la participación temprana de niños en la producción durante las primeras sociedades urbanas. Ciudades como Ebla crecían, la urbanización y la necesidad de producción masiva integraron a los niños como mano de obra accesible, pasando de observadores a trabajadores activos en economías emergentes. En Hama, la demanda de objetos como copas para banquetes reales intensificó esta práctica.

Este fenómeno, recurrente en sociedades preindustriales y durante la Revolución Industrial, muestra cómo el trabajo infantil ha sido una estrategia económica clave en contextos de expansión urbana y producción masiva.