
El descubrimiento de una nueva planta en el Parque Nacional Big Bend, ubicado en el Desierto Chihuahuense en Texas, marca un hito científico tras casi cincuenta años. Según informó la Academia de Ciencias de California, el hallazgo de la planta conocida popularmente como “diablo lanudo” representa el primer descubrimiento de este tipo en un parque nacional de Estados Unidos desde 1976. Además, se trata de un nuevo género, siendo la última vez que ocurrió un hallazgo similar en el Parque Nacional del Valle de la Muerte, cuando se identificó el arbusto Dedeckera eurekensis.
La planta, bautizada como Ovicula biradiata, pertenece a la familia de los girasoles y se distingue tanto por su peculiar apariencia como por su hábitat restringido. El trabajo conjunto entre científicos de la Academia de Ciencias de California, con la colaboración de científicos de la California Academy of Sciences, el Big Bend National Park, la Sul Ross State University y el Centro Interdisciplinario de Investigación para el Desarrollo Integral Regional (CIDIIR) de Durango, México; quedó reflejado en la publicación de la revista científica PhytoKeys.
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Una iniciativa ciudadana fue clave para este hallazgo. Deb Manley, voluntaria del parque, fotografió la planta en marzo de 2024 y subió las imágenes a la plataforma iNaturalist. Esta acción desencadenó una colaboración internacional que involucró análisis genéticos y morfológicos. Finalmente, el trabajo de los científicos llevó a la publicación oficial del descubrimiento.
El “diablo lanudo” crece exclusivamente en tres pequeñas áreas del extremo norte de Big Bend, donde los botánicos observaron sus flores rojas brillantes que contrastan notablemente con los tonos áridos del desierto. Sin embargo, esta planta enfrenta un futuro incierto. Según los investigadores, cumple con los criterios para considerarse “bajo una alta amenaza de extinción”, lo que subraya su estado crítico. Debido a esta situación, las coordenadas exactas de su ubicación no han sido divulgadas.
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Según destacó el doctor Isaac Lichter Marck, investigador de la Academia de Ciencias de California y autor principal del estudio, en un comunicado: “Es posible que hayamos documentado una especie que ya está en vías de desaparición”. Es por ello que los responsables de su hallazgo optaron por mantener estos datos en reserva.
Desde la perspectiva científica, este descubrimiento es significativo no solo por la singularidad de la Ovicula biradiata, sino también porque resalta la importancia de las iniciativas de ciencia ciudadana para la identificación y preservación de biodiversidad en áreas protegidas.
Un tesoro botánico en el Desierto Chihuahuense

El Parque Nacional Big Bend, que abarca más de 324.000 hectáreas (801.165 acres) en el suroeste de Texas, es conocido por su diversidad biológica y sus paisajes extremos, que van desde vastos desiertos hasta montañas boscosas. Este entorno alberga una rica variedad de flora y fauna, que incluye 89 especies de plantas consideradas de interés para la conservación.
A pesar de ser una región ampliamente estudiada, el descubrimiento del “diablo lanudo” demuestra que aún hay secretos por desvelar en estos ecosistemas protegidos. Es que esta pequeña flor anual, que crece en suelos rocosos y áridos, tiene un tamaño de apenas 1 a 3 centímetros de altura, con un denso follaje blanco lanudo que la hacen casi indistinguible del terreno calcáreo donde habita.

Pero aún tiene un secreto más: su floración es efímera, ocurre únicamente después de lluvias. Su nombre la detalla casi a la perfección, ya que Ovicula significa “pequeña oveja” en latín, y hace referencia a los pelos blancos que cubren sus hojas, mientras que “biradiata” alude a los dos pétalos radiales que caracterizan sus flores. De acuerdo a los expertos, este nombre también rinde homenaje al borrego cimarrón (Ovis canadensis), una especie emblemática y en peligro de extinción que habita en el parque.
El apodo “diablo lanudo” fue adoptado por los investigadores debido a la ubicación de las poblaciones conocidas de la planta cerca de un área llamada Devil’s Den (Guarida del Diablo) y a la forma de sus pétalos, que recuerdan pequeños cuernos. Sin embargo, pese a su nombre, el análisis genético reveló que pertenece a la subtribu Tetraneurinae, dentro de la familia de los girasoles, pero con suficientes diferencias como para justificar la creación de un nuevo género.
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“Esta pequeña planta lanuda no solo es una nueva especie dentro del grupo de los girasoles, sino que también es lo suficientemente única como para ser clasificada en un género completamente nuevo”, resaltó Marck. Hasta ahora, la planta solo ha sido observada en tres ubicaciones específicas en el extremo norte del parque, lo que sugiere que podría estar en peligro crítico.
Ciencia ciudadana y el futuro de la investigación
El papel de la ciencia ciudadana fue crucial en este descubrimiento. La observación inicial de Manley permitió que un equipo de expertos identificara la planta y realizara estudios más detallados. En ese sentido, la botánica del parque, Carolyn Whiting, expresó su entusiasmo por futuras investigaciones: “Ahora que hemos identificado y nombrado la especie, hay mucho que aún debemos aprender sobre ella”.

Además, los investigadores de la Academia de Ciencias de California están explorando posibles propiedades medicinales de la planta. Según la coautora del estudio, Keily Peralta, las glándulas presentes en la planta podrían contener compuestos con propiedades antiinflamatorias o anticancerígenas, similares a los encontrados en otras especies de la familia de los girasoles.
El descubrimiento de Ovicula biradiata también plantea desafíos para su conservación. Las condiciones extremas del desierto, combinadas con el impacto del cambio climático, podrían amenazar la supervivencia de esta especie. Según los investigadores, la planta calificaría preliminarmente como vulnerable bajo los criterios de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).