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Durante 2024 se registró la mayor epidemia de dengue en América, con más de 13 millones de afectados. En los próximos años, otros arbovirus poco conocidos también podrían afectar a la población. Incluso podría impactar patógenos que aún no se han descubierto.
Así lo advirtió un equipo de científicos de Colombia, Brasil, Perú, Estados Unidos y Alemania que publicaron un artículo en la revista Travel Medicine & Infectious Disease.
Afirmaron que existe un riesgo potencial de que otros arbovirus, como Mayaro, Oropouche y Usutu, se conviertan en amenazas importantes para la salud pública en la región y en otras zonas del planeta.
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Incluso los investigadores afirmaron: “Una próxima epidemia de arbovirus podría no depender de los virus conocidos, sino de una nueva Enfermedad X, una amenaza potencial que los sistemas de salud pública deben prepararse para enfrentar”.
La capacidad de esos virus para expandirse rápidamente gracias a la movilidad humana y a las condiciones climáticas que los favorecen podría facilitar su propagación en el futuro.
¿Qué son los arbovirus y cómo han impactado en América Latina?
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Los arbovirus son virus transmitidos por artrópodos, como los mosquitos. En América Latina, estos virus ya tienen un impacto importante en la salud pública.
Enfermedades como el dengue, transmitido principalmente por el mosquito Aedes aegypti, han causado miles de muertes y hospitalizaciones.
El Zika, que emergió en la región entre 2013 y 2015, también tuvo consecuencias devastadoras, especialmente por sus efectos como la microcefalia en recién nacidos.
Además, la fiebre chikungunya, que es transmitida por los mismos mosquitos, provocó una alta morbilidad en la población debido a sus síntomas debilitantes.
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“Los arbovirus se han expandido a zonas no endémicas y han pasado a ser una amenaza creciente para la salud pública. Por eso se necesita de manera urgente que haya políticas de salud pública en cada país enfocadas en el control de vectores como los mosquitos y la prevención de nuevas infecciones”, dijo a Infobae uno de los coautores del trabajo, Alfonso Rodríguez-Morales, profesor de la Universidad Científica del Sur en Perú, y miembro del Grupo de Investigación Biomedicina de la Fundación Universitaria Autónoma de las Américas, en Colombia.
Qué factores favorecen los brotes por arbovirus
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El aumento en la frecuencia de brotes por arbovirus está relacionado con factores como la urbanización descontrolada, el impacto del cambio climático y la movilidad de las poblaciones.
Los autores detallaron los factores que han facilitado la propagación de los mosquitos y, en consecuencia, la transmisión de los patógenos en América Latina y el Caribe:
- El aumento de la movilidad humana por las crisis migratorias, especialmente desde Venezuela, Haití y Centroamérica, permite la dispersión de las personas con las infecciones y de los mosquitos vectores. “La crisis migratoria facilita la introducción de arbovirus en regiones previamente no endémicas”, escribieron.
- El cambio climático modificó los patrones de lluvias y temperatura y así se favoreció la expansión de la distribución de los mosquitos transmisores. “El calentamiento global amplía las zonas propicias para la transmisión de arbovirus”, afirmaron.
- El fenómeno de El Niño altera los patrones climáticos al incrementar lluvias y humedad en algunas regiones. Los eventos de El Niño han coincidido con aumentos en la incidencia de arbovirus, como ocurrió por ejemplo en 2023 y 2024 con las epidemias de dengue.
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Los investigadores analizaron datos epidemiológicos y genómicos para evaluar el potencial de los arbovirus en la generación de brotes en la región. El análisis incluyó estudios previos y nuevas evidencias sobre la circulación de estos virus en humanos y mosquitos. Se usaron pruebas moleculares para detectar infecciones recientes y modelar patrones de transmisión.
“El riesgo de nuevos brotes de arbovirus no es una cuestión de si ocurrirán, sino de cuándo”, señalaron. Por eso, consideran que los virus emergentes como el Mayaro, Oropouche y Usutu podrían representar una amenaza creciente en América Latina.
Aunque el Mayaro no ha causado brotes importantes hasta ahora, el estudio reveló que podría estar en expansión. La misma situación señalaron para fiebre Oropouche.
“El virus Oropouche, que antes era ignorado, podría convertirse en un reto para la salud pública en América Latina”, dijo Rodríguez-Morales.
Qué se descubrió en la Argentina sobre el virus Mayaro
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Un equipo de investigadores estudió la capacidad de las poblaciones del mosquito Aedes aegypti en la Argentina para transmitir el virus Mayaro.
El grupo estuvo integrado por científicos del Laboratorio de Arbovirus del Instituto de Virología “Dr. J. M. Vanella”, que depende de la Facultad de Medicina en la Universidad Nacional de Córdoba, y el Instituto de Ecología, Genética y Evolución de Buenos Aires, que forma parte de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires.
“El objetivo de nuestro trabajo fue analizar si las poblaciones de Aedes aegypti pueden transmitir el virus Mayaro en nuestro país. En caso de ser así, queríamos saber en qué medida lo hacen”, contó a Infobae el doctor Adrián Díaz, uno de los coautores e investigador del Conicet.
Para eso, realizaron pruebas en las que expusieron a los mosquitos a diferentes concentraciones del virus y analizaron su reacción. En el experimento, utilizaron mosquitos recolectados en Córdoba, Buenos Aires y Rosario. Luego de infectarlos, estudiaron cómo el virus se propagó en sus cuerpos y si llegaron a transmitirlo mediante su saliva.
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Los resultados mostraron que esos mosquitos requieren una cantidad elevada del virus para infectarse. Solo entre el 3 % y el 65 % de los insectos expuestos adquirieron el virus Mayaro, mientras que entre el 60 % y el 86 % de los infectados lograron que el virus avanzara dentro de su organismo.
Sin embargo, solo entre el 11 % y el 20 % de los casos lograron transmitirlo. “Los resultados sugieren que, en su estado actual, el virus Mayaro tiene una probabilidad baja de establecerse en ciudades argentinas mediante estos mosquitos”, acotó el doctor Díaz.
“Las viremias con Mayaro que desarrollan los humanos no serían suficientemente elevadas para que los mosquitos los piquen, adquieran el patógeno y transmitan el virus a otras personas localmente”, agregó.
Los investigadores, que publicaron su trabajo en la revista Medical and Veterinary Entomology, resaltaron la importancia de conocer la forma en que el virus se transmite en zonas urbanas para diseñar estrategias de salud pública.
Cuáles son los síntomas de los arbovirus menos conocidos
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El riesgo de expansión de otros arbovirus implica que es necesario que la comunidad conozca más sobre sus síntomas. Los de fiebre Oropouche incluyen fiebre, dolor de cabeza intenso, escalofríos, dolores musculares y dolor en las articulaciones.
El virus Mayaro, que se aisló inicialmente en Trinidad en 1954, puede producir fiebre, artritis y rash, aunque a veces no se presenta ningún síntoma. En tanto, el virus Usutu, que fue aislado por primera vez en Sudáfrica en 1959, puede causar fiebre elevada, cefalea y síntomas neurológicos.
Las autoridades sanitarias deberían aplicar medidas más estrictas en las zonas urbanas para evitar la propagación de esos patógenos. Las políticas de control deben incluir medidas preventivas que aborden tanto las áreas rurales como urbanas, sostuvo Rodríguez-Morales y sus colaboradores.
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Para actuar ahora, plantearon estas recomendaciones:
- Se debería mejorar la cooperación internacional en la vigilancia epidemiológica de los arbovirus.
- Los equipos de salud deberían contar o acceder a servicios con técnicas moleculares, como las pruebas de PCR en tiempo real, para identificar rápidamente brotes y cepas virales de las personas afectadas.
- Se debería seguir un enfoque integral para la prevención de arbovirus, que considere tanto la educación pública como la prevención. La población debe estar informada sobre los riesgos y las formas de prevenir la propagación de los mosquitos.