¿Planetas habitables en torno a estrellas muertas? Un estudio sugiere que es posible

Científicos estadounidenses usaron simulaciones computacionales para analizar exoplanetas que orbitan enanas blancas, restos de antiguos soles. Por qué los expertos aseguran que estos mundos podrían ser más cálidos de lo esperado

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Interpretación artística de un exoplaneta
Interpretación artística de un exoplaneta parecido a Júpiter recién descubierto que orbita una enana blanca o estrella muerta. (W. M. KECK OBSERVATORY)

Durante mucho tiempo, las enanas blancas fueron catalogadas como estrellas moribundas e inhóspitas para la vida. Sin embargo, un nuevo estudio desafía esta creencia y sugiere que los exoplanetas que orbitan alrededor de estas estrellas podrían ser más cálidos de lo esperado, lo que ampliaría las posibilidades de encontrar vida en la Vía Láctea.

Investigadores de la Universidad de California en Irvine (EEUU) descubrieron que los exoplanetas que orbitan enanas blancas podrían tener condiciones climáticas más favorables de lo que se creía.

Una estrella gigante roja y
Una estrella gigante roja y una enana blanca orbitan entre sí en esta animación de una nova similar a T Coronae Borealis. (Centro de vuelo espacial Goddard de la NASA)

El estudio, publicado en la revista The Astrophysical Journal y liderado por la profesora asociada Aomawa Shields, comparó el clima de exoplanetas en dos sistemas distintos: uno con una enana blanca y otro con la estrella de secuencia principal Kepler-62, similar a nuestro Sol.

Las simulaciones por computadora, que emplearon modelos climáticos globales en 3D, revelaron que los planetas en órbita de enanas blancas pueden ser sorprendentemente cálidos, a pesar de que estas estrellas cesaron la fusión nuclear en sus núcleos. Este hallazgo desafía la noción de que los sistemas de enanas blancas son entornos hostiles para la vida.

La clave está en la rotación y la cobertura de nubes

Las enanas blancas antes consideradas
Las enanas blancas antes consideradas inhóspitas podrían albergar exoplanetas habitables según nuevas simulaciones climáticas de la UC Irvine (Europa Press)

“Aunque las estrellas enanas blancas pueden seguir emitiendo algo de calor a partir de la actividad nuclear residual en sus capas externas, ya no presentan fusión nuclear en sus núcleos. Por este motivo, no se ha prestado mucha atención a la capacidad de estas estrellas para albergar exoplanetas habitables”, explicó Shields.

“Nuestras simulaciones por ordenador sugieren que, si existen planetas rocosos en sus órbitas, estos planetas podrían tener más espacio habitable en sus superficies de lo que se creía anteriormente”, agregó.

Una diferencia crucial entre los sistemas estudiados fue la rotación de los exoplanetas. Aquellos que orbitan enanas blancas tienen períodos de rotación mucho más rápidos (aproximadamente 10 horas), en contraste con los planetas que orbitan estrellas como Kepler-62, cuya rotación puede durar hasta 155 días.

Reproducción artística de la enana
Reproducción artística de la enana blanca WD 0816-310 y su cicatriz metálica, el resultado de haber ingerido restos planetarios. Cuando objetos como planetas o asteroides se acercan a la enana blanca, quedan atrapados, formando un disco de escombros alrededor de la estrella muerta. Parte de este material puede ser devorado por la estrella, dejando rastros de ciertos elementos químicos en su superficie. (Crédito:ESO/L. Calçada)

Este factor es determinante para el clima de los exoplanetas, ya que influye en la formación de nubes y la retención de calor. En los planetas con rotación más lenta, la acumulación de nubes en el lado diurno refleja gran parte de la radiación entrante, lo que reduce la temperatura en la superficie. En cambio, la rápida rotación de los planetas en órbita de enanas blancas impide la acumulación de grandes masas de nubes, permitiendo que el calor se conserve mejor.

“Esperamos que la rotación sincrónica de un exoplaneta en la zona habitable de una estrella normal como Kepler-62 cree más cobertura de nubes en el lado diurno del planeta, reflejando la radiación entrante lejos de la superficie del planeta”, dijo Shields. “Eso suele ser algo bueno para los planetas que orbitan cerca del borde interior de las zonas habitables de sus estrellas, donde podrían enfriarse un poco en lugar de perder sus océanos en el espacio en un invernadero desbocado. Pero para un planeta que orbita directamente en el medio de la zona habitable, no es una buena idea”, completó.

El estudio concluyó que la menor cantidad de nubes en los planetas de enanas blancas, combinada con una circulación atmosférica distinta, genera temperaturas más templadas y amplía la región habitable en su superficie.

Una nueva oportunidad en la búsqueda de vida

Un exoplaneta que gira rápido
Un exoplaneta que gira rápido alrededor de una enana blanca retiene más calor evitando el enfriamiento extremo observado en órbitas más lentas (NASA, ESSA, JOSEPH OLMSTED (STSCI))

Los hallazgos de este estudio podrían tener un impacto significativo en la astrobiología. Hasta ahora, los científicos enfocaron la búsqueda de exoplanetas habitables en estrellas similares al Sol. No obstante, con aproximadamente 10 mil millones de enanas blancas en la Vía Láctea, la posibilidad de encontrar planetas con condiciones propicias para la vida en estos sistemas es mucho mayor de lo que se pensaba.

“Estos resultados sugieren que el entorno estelar de las enanas blancas, que antes se consideraba inhóspito para la vida, puede ofrecer nuevas vías para que los investigadores de exoplanetas y astrobiología las exploren”, señaló Shields.

Además, el avance de la tecnología en telescopios espaciales, como el James Webb, permitirá un análisis más detallado de las atmósferas de estos exoplanetas, lo que ayudará a determinar si realmente pueden albergar vida, entrando en una nueva fase en la que estudiemos una clase completamente nueva de mundos alrededor de estrellas que antes no se habían considerado.

Si bien el estudio abre nuevas puertas en la exploración de exoplanetas, aún quedan muchas preguntas por responder. Una de ellas es cómo se formarían y mantendrían estos planetas en las órbitas cercanas a enanas blancas, dado que estas estrellas atraviesan un proceso destructivo al final de su vida. La posibilidad de que los exoplanetas hayan migrado a sus posiciones actuales tras la transformación de la estrella es una de las hipótesis que los científicos deberán investigar.

A pesar de su falta
A pesar de su falta de fusión nuclear las enanas blancas aún emiten algo de calor lo que podría permitir condiciones favorables en exoplanetas (Europa Press)

Otro aspecto crucial es la composición atmosférica de estos exoplanetas. Si bien las simulaciones muestran que podrían ser más cálidos de lo esperado, la presencia de elementos esenciales para la vida, como oxígeno y agua, aún no está confirmada.

El descubrimiento de que los planetas que orbitan enanas blancas podrían tener condiciones favorables para la vida cambia la forma en que los astrónomos abordan la búsqueda de exoplanetas habitables. Con más de 10 mil millones de estas estrellas en nuestra galaxia, el estudio sugiere que podría haber muchos más mundos potencialmente habitables de lo que se creía.

A medida que la tecnología avance y se desarrollen nuevos telescopios espaciales, los científicos podrán investigar más a fondo estos sistemas y determinar si efectivamente pueden albergar vida. Mientras tanto, este hallazgo refuerza la idea de que el universo es un lugar lleno de sorpresas y que la vida podría florecer en los lugares más inesperados.

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