Los delfines del río Amazonas (Inia geoffrensis), conocidos como botos, desconcertaron a los científicos con un comportamiento nunca antes documentado en cetáceos: disparar chorros de orina al aire.
Un grupo de investigadores pasó más de 200 horas observándolos en Brasil y descubrieron que los machos orinan en esta posición inusual. Pero, además, otros delfines parecen interesados en ese chorro, siguiéndolo con el hocico o esperando que caiga al agua.
Pero por qué lo hacen es un debate. Aunque la ciencia aún no tiene una respuesta definitiva, hay varias hipótesis que apuntan a que podría tratarse de una forma de comunicación social. Los hallazgos se publicaron en Behavioural Processes.
Un comportamiento sorprendente y sin precedentes
El hallazgo fue realizado por Claryana Araújo-Wang y su equipo del Grupo de Investigación CetAsia, en Ontario, Canadá. Durante cuatro años, el equipo documentó 36 casos de delfines machos orinando en el aire, alcanzando hasta un metro de altura antes de que la orina cayera al agua.
En una entrevista con New Scientist, Araújo-Wang contó: “En la primera ocasión, vimos a un macho sacar su panza del agua, exponer su pene y luego orinar en el aire. Nos quedamos muy sorprendidos, era algo que nunca habíamos visto antes”.
Este comportamiento fue poco registrado en cetáceos y nunca se había estudiado de manera detallada. Aunque existían reportes aislados, la comunidad científica no había prestado atención hasta ahora.
Orina como herramienta de comunicación
El hecho de que otros delfines machos se acercaran a los chorros de orina sugiere que no se trata de un simple acto fisiológico, sino de un posible sistema de señalización química.
“La micción aérea probablemente cumple una función social más allá de la eliminación de desechos”, concluyeron los investigadores en su estudio, según el medio científico Popular Science.
En otras especies, la orina es un método común de comunicación. Por ejemplo, el pez cíclido africano (Astatotilapia burtoni) la usa para demostrar dominancia territorial, y el cangrejo de río de pinzas estrechas (Astacus leptodactylus) la emplea como señal de agresión.
Pero, en el caso de los delfines, la interpretación de la orina es más difícil de entender, ya que carecen de un sentido del olfato desarrollado.
¿Cómo detectan la orina?
Aquí es donde entra una posible clave: las cerdas del hocico de los botos. Según Araújo-Wang, estos pelos podrían detectar señales químicas presentes en la orina, como hormonas que indiquen el estado físico o la posición social del delfín.
Esta hipótesis toma fuerza si se compara con los delfines nariz de botella (Tursiops truncatus), que demostraron la capacidad de identificar a otros delfines mediante el sabor de su orina.
En un estudio de 2022, el investigador Jason Bruck, de la Universidad Estatal Stephen F. Austin en Texas, descubrió que estos delfines usan su lengua para reconocer individuos bajo el agua, según señaló New Scientist en su artículo.
Al conocer este antecedente, Bruck sugirió que los botos podrían estar haciendo algo similar: “Sería fascinante ver si este comportamiento de los delfines de río se relaciona con esta capacidad”.
Sin embargo, Bruck también duda de que las cerdas del hocico sean la única herramienta para interpretar estas señales. “Parece poco probable que los delfines botos procesen señales sociales complejas utilizando únicamente los pelos de su hocico”, dijo a New Scientist.
¿El sonido del agua podría ser la clave?
Otra hipótesis interesante es que la orina aérea sería ser una señal acústica. Los delfines de río tienen una visión deficiente, por lo que el sonido de la orina al caer en el agua podría ser una manera de indicar a otros delfines dónde deben acercarse para analizarla.
Según Popular Science, los investigadores creen que la micción aérea podría tener una función más comunicativa de lo que se pensaba, pero aún no hay una explicación definitiva.
“Todavía no sabemos qué otra información se puede obtener de la orina, incluido el sexo o el estado reproductivo, por lo que la señalización química representa una nueva y apasionante frontera en la investigación de los delfines”, sentenció Bruck.