El 28 de enero, el avión experimental XB-1, desarrollado por la empresa estadounidense Boom Supersonic, logró romper la barrera del sonido durante una serie de pruebas en el puerto aéreo y espacial de Mojave, en California. Se trata de un hito significativo en la búsqueda de revivir la aviación comercial supersónica, un sector que quedó prácticamente abandonado tras el retiro del legendario Concorde en 2003.
El XB-1, con su diseño aerodinámico y tecnología avanzada, alcanzó una velocidad de aproximadamente Mach 1,11, lo que lo convierte en el primer avión civil en volar a velocidad supersónica sobre territorio continental estadounidense en el siglo XXI. La compañía Boom Supersonic busca demostrar que los vuelos comerciales a estas velocidades pueden ser viables nuevamente, con planes para fabricar en los próximos años un avión de pasajeros supersónico denominado Overture.
Un vuelo histórico
El piloto de pruebas jefe de Boom Supersonic, Tristan “Geppetto” Brandenburg, estuvo al mando del duodécimo vuelo de prueba del XB-1, que resultó ser el primero en alcanzar velocidad supersónica. Durante la prueba, la aeronave realizó tres vuelos supersónicos, demostrando la estabilidad y capacidad del diseño.
El XB-1, con su elegante fuselaje blanco y una cola azul y amarilla, fue diseñado como un prototipo para evaluar tecnologías que podrían aplicarse a aviones comerciales de pasajeros. Esta aeronave experimental, de menor tamaño que un avión de línea comercial, incorpora materiales compuestos avanzados, aerodinámica optimizada y motores especialmente diseñados para operar a velocidades supersónicas.
Durante la prueba, el avión rompió la barrera del sonido en su primera pasada sobre el espacio aéreo de prueba y, posteriormente, realizó dos vuelos adicionales a velocidades supersónicas antes de aterrizar de manera segura.
El legado del Concorde y el vacío en la aviación supersónica
El vuelo supersónico de pasajeros no es una novedad en la historia de la aviación. Entre 1976 y 2003, el icónico Concorde, desarrollado por una colaboración entre Francia y el Reino Unido, permitió a los pasajeros cruzar el Atlántico a velocidades superiores a Mach 2, reduciendo el tiempo de vuelo entre Londres y Nueva York a menos de tres horas y media.
Sin embargo, la operación del Concorde estuvo plagada de desafíos. El alto consumo de combustible, los costos de mantenimiento y las restricciones ambientales debido al impacto del estampido sónico limitaron su viabilidad comercial. La crisis se agravó con el trágico accidente del vuelo 4590 de Air France en el año 2000, en el que murieron 113 personas, lo que contribuyó a su retiro definitivo en 2003. Desde entonces, no ha habido vuelos comerciales supersónicos.
Actualmente, los únicos aviones capaces de volar a velocidades superiores a la del sonido son cazas militares y bombarderos, lo que ha mantenido la aviación supersónica fuera del alcance del público. Sin embargo, el éxito del XB-1 podría marcar el comienzo de una nueva era para este tipo de vuelos.
Boom Supersonic y el futuro del Overture
La empresa Boom Supersonic no solo busca demostrar la capacidad del XB-1, sino que también planea revolucionar la aviación comercial con su ambicioso proyecto: el Overture. Este avión comercial supersónico está diseñado para operar a una velocidad de Mach 1,7 y transportar hasta 80 pasajeros, ofreciendo tiempos de vuelo significativamente más cortos en rutas transatlánticas y transpacíficas.
Boom Supersonic planea iniciar la producción del Overture este año, con el objetivo de comenzar operaciones comerciales en 2029. El interés en este proyecto es significativo: aerolíneas como United Airlines y American Airlines ya han realizado pedidos para incluir estos aviones en sus flotas.
El Overture promete solucionar varios de los problemas que enfrentó el Concorde:
- Mayor eficiencia de combustible con motores diseñados específicamente para vuelos supersónicos sin postcombustión.
- Reducción del impacto acústico para operar en aeropuertos internacionales sin restricciones.
- Sostenibilidad, con el uso de combustibles de aviación sostenibles (SAF).
Si el desarrollo del Overture sigue avanzando como lo planea Boom Supersonic, la aviación comercial supersónica podría regresar dentro de esta década.
Colaboración con la NASA y el X-59
Boom Supersonic no es la única entidad que trabaja en el regreso de los vuelos supersónicos. La NASA también está desarrollando su propio avión experimental, el X-59, un proyecto enmarcado dentro del programa Quesst.
El X-59 ha sido diseñado con una aerodinámica especial para minimizar el estampido sónico, el fuerte ruido generado por las aeronaves cuando superan la barrera del sonido. En lugar del estampido tradicional, este avión produciría un “golpe sónico” mucho más suave, lo que facilitaría la autorización para vuelos supersónicos sobre áreas pobladas, una de las principales restricciones que enfrentó el Concorde.
Tras el exitoso vuelo del XB-1, el piloto Tristan Brandenburg sugirió una futura colaboración entre Boom Supersonic y la NASA, lo que podría significar pruebas conjuntas o intercambio de tecnologías con el X-59. Si esta cooperación avanza, el resultado podría ser una aviación supersónica más silenciosa, eficiente y viable comercialmente.
Hacia una nueva era de los vuelos supersónicos
El éxito del XB-1 marca un paso crucial en la resurrección de la aviación comercial supersónica. Si Boom Supersonic logra materializar el Overture, en colaboración con agencias como la NASA, los vuelos transatlánticos y transpacíficos podrían reducirse drásticamente en la próxima década.
El desafío principal sigue siendo el mismo que enfrentó el Concorde: hacer que los vuelos supersónicos sean económicamente viables y ambientalmente sostenibles. Sin embargo, los avances en tecnología de materiales, eficiencia de motores y reducción del impacto acústico sugieren que esta vez el sueño de volar más rápido que el sonido podría convertirse en una realidad para los pasajeros comerciales.
El XB-1 es solo el comienzo. La pregunta ya no es si los vuelos supersónicos regresarán, sino cuándo podremos volver a experimentarlos como pasajeros.