El topo marsupial australiano, conocido como “itjaritjari” entre los indígenas Aṉangu, es una de las criaturas más enigmáticas de la fauna australiana. Aunque a primera vista su apariencia recuerda a los topos “verdaderos” del hemisferio norte, la ciencia está revelando una historia evolutiva mucho más compleja. Nuevos estudios, encabezados por investigadores de la Universidad de Melbourne y publicados en Science Advances, ofrecen una mirada fascinante a las adaptaciones, orígenes y desafíos de conservación de esta especie que sigue siendo un misterio incluso para los expertos.
Adaptaciones extremas y su evolución
Una genética sorprendente
Un aspecto destacado del reciente análisis genómico es el descubrimiento de un gen adicional de hemoglobina. Según los científicos, esta variante podría representar una adaptación clave para sobrevivir en las condiciones subterráneas de bajo oxígeno donde habita el topo marsupial. Dr. Stephen Frankenberg, especialista en biología reproductiva y genética, destacó que estos hallazgos subrayan lo “único” de la biología de esta especie, que sigue desafiando las nociones tradicionales sobre los marsupiales.
Otro hallazgo significativo es el proceso de pérdida progresiva de la vista. El análisis genético mostró que los topos marsupiales comenzaron a perder la vista hace millones de años, con un deterioro inicial de la lente seguido por la desaparición de la visión a color. Estas adaptaciones reflejan la vida completamente subterránea de estos animales y cómo su biología ha cambiado radicalmente para ajustarse a un entorno hostil y oscuro.
Relación genética con especies australianas
A pesar de su semejanza externa con los topos de África y el hemisferio norte, los marsupiales australianos están más estrechamente relacionados con bandicuts y bilbies, especies emblemáticas de la región. Este dato, respaldado por el análisis filogenético del genoma, resalta la diversidad evolutiva que distingue a la fauna australiana y cómo estos animales compartieron un ancestro común antes de especializarse en nichos particulares.
De los bosques lluviosos a los desiertos
Evidencias fósiles en el pasado tropical
Las raíces evolutivas del topo marsupial se remontan a los antiguos bosques lluviosos del norte de Queensland. Un fósil de 20 millones de años hallado en el área de Riversleigh, un sitio de patrimonio mundial, confirmó esta conexión. Según Mike Archer, profesor de la Universidad de Nueva Gales del Sur, este descubrimiento refleja cómo muchas especies australianas que ahora habitan ambientes áridos, como desiertos, tuvieron sus ancestros en ecosistemas húmedos y densos. “El topo marsupial es solo uno de los muchos ejemplos de animales que se adaptaron a estos cambios drásticos en el hábitat”, explicó Archer.
Este cambio de un entorno húmedo a uno seco ha moldeado profundamente la evolución de estos animales, permitiéndoles prosperar en las duras condiciones del desierto. Su capacidad para adaptarse destaca la resiliencia de las especies australianas y su lucha por sobrevivir en un continente de extremos.
Distribución actual y hábitos
Hoy en día, los topos marsupiales se encuentran en regiones del noroeste, centro y sur de Australia, cavando túneles en busca de alimento como ciempiés. Su vida bajo tierra, caracterizada por la falta de luz y la escasez de oxígeno, los ha llevado a desarrollar adaptaciones únicas que los diferencian de cualquier otra especie.
La importancia de conservar una especie única
Dificultades para su estudio
Una de las mayores barreras para la comprensión del topo marsupial es su naturaleza extremadamente esquiva. Dr. Sean Buckley, ecólogo molecular de la Universidad Edith Cowan, señaló que los investigadores rara vez los encuentran en la naturaleza, dificultando la recopilación de datos. Esto se suma a su rareza, lo que refuerza la urgencia de proteger a estos animales.
Buckley describió a los topos marsupiales como “el ejemplo perfecto de la fauna fantástica y bizarra de Australia”, subrayando la importancia de su conservación. Su singularidad los convierte en un símbolo de la biodiversidad australiana y en un recordatorio de por qué es esencial preservar los ecosistemas que sostienen a especies tan inusuales.
Relevancia ecológica y cultural
El topo marsupial no solo es un componente esencial de la biodiversidad de Australia, sino también una figura simbólica en las culturas indígenas. Su nombre tradicional, “itjaritjari”, refleja el vínculo histórico entre estos animales y las comunidades locales. Al destacar su conservación, también se pone de relieve la necesidad de proteger el conocimiento ecológico tradicional que rodea a estas especies.