El virus de la gripe aviar es hoy una amenaza latente para la salud pública por su capacidad de saltar de aves a humanos y por su alta peligrosidad.
Aunque aún no se ha documentado la transmisión entre humanos, se sabe que con unas pocas mutaciones en su material genético el patógeno podría propagarse por aerosoles y aumentar significativamente el riesgo de que haya una pandemia.
Un grupo de científicos de los Estados Unidos sugiere que los seres humanos sí tienen células del sistema inmune que podrían ser capaces de reconocer cepas del virus de la gripe aviar H5N1. El nuevo conocimiento sería valioso para el diseño de vacunas eficaces y seguras contra la infección.
Durante los últimos años, el virus afectó a más de 400 especies de aves y 51 especies de mamíferos silvestres, de acuerdo con datos del Sistema Mundial de Información sobre Sanidad Animal (WAHIS), tal como informó Infobae el sábado pasado.
Los investigadores estudiaron células B de personas sanas que aceptaron ser donantes. Identificaron linfocitos que eran capaces de reconocer la región de la “cabeza” de la hemaglutinina específica del H5. La hemaglutinina es una molécula de superficie de los virus de la gripe, y podría neutralizar al H5N1.
“Identificamos anticuerpos vírgenes dentro del repertorio humano que [...] representan una posible ‘primera línea’ de defensa contra un virus prepandémico”, expresaron los autores en el trabajo publicado en la revista Science Immunology. Sin embargo, hay que considerar que los resultados tienen limitaciones.
El equipo estuvo encabezado por Jared Feldman del Instituto Ragon, que depende del Hospital General de Massachusetts, el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) y la Universidad de Harvard. También colaboró Ana Sofia Ferreira Ramos de la Escuela de Medicina Icahn en Mount Sinai, Nueva York.
Qué hace la gripe aviar en los humanos
Los síntomas de la gripe aviar en los seres humanos son tos, secreción nasal, dolor de garganta, escalofríos, fiebre y conjuntivitis en los ojos.
Desde abril de 2024, se reportaron 61 casos de H5N1 en humanos en los Estados Unidos. El 6 de enero pasado murió la primera persona en ese país por ese patógeno. Residía del suroeste de Luisiana, tenía más de 65 años y padecía enfermedades subyacentes.
Antes de empezar el nuevo estudio, los investigadores tuvieron en cuenta que con unas pocas mutaciones el virus de la gripe aviar podría adquirir capacidad de transmitirse entre humanos y que las vacunas actuales se diseñan principalmente para enfrentar cepas estacionales, pero no ofrecen protección contra virus con potencial pandémico.
Por eso consideraron que era necesario entender mejor las respuestas inmunológicas en las personas ante el riesgo de infección por el virus. Se enfocaron entonces en el repertorio de los linfocitos B vírgenes, que son células que no han estado expuestas previamente a un antígeno.
Cómo hicieron el estudio sobre H5N1
Los científicos trabajaron con las células B vírgenes, que son encargadas de producir anticuerpos cuando reconocen un antígeno o sustancia extraña. Esas células fueron aisladas de muestras de sangre de siete personas sanas sin exposición previa conocida al virus H5N1.
Se utilizaron “sondas antigénicas”, que son herramientas que permiten identificar la presencia de anticuerpos específicos al medir cómo interactúan con proteínas como la hemaglutinina del virus. Posteriormente, se secuenciaron los receptores de las células B para estudiar su estructura genética y entender mejor su función.
Los investigadores observaron que los anticuerpos producidos por esas células se unían principalmente a la “cabeza” de la hemaglutinina, que es la región de la proteína responsable de interactuar directamente con las células huésped.
Hannah Isles, editora de Science Immunology, señaló que el estudio “sugiere que los humanos tienen anticuerpos que pueden reconocer cepas de la gripe aviar altamente patógenas, como el H5N1″.
Además, añadió que estos hallazgos revelan una posibilidad alentadora de que el sistema inmune humano podría ofrecer protección inicial frente a estos virus prepandémicos.
Sin embargo, los autores admitieron que la investigación tiene limitaciones. Se basaron en datos obtenidos de siete donantes, lo que limita la capacidad de generalizar los hallazgos a toda la población humana.
Además, no se contaba con información genética o sobre exposiciones previas de los donantes a otros tipos de gripe, lo que podría haber influido en las características de las células analizadas. Los experimentos se realizaron in vitro, es decir, en un entorno controlado de laboratorio, sin evaluar cómo responderían estos anticuerpos en un organismo vivo.
El estudio fue financiado por el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID) de los Estados Unidos y las organizaciones Irma T. Hirschl/Monique Weill-Caulier Trust y Simons Foundation.
Qué implican los resultados para la protección contra la gripe aviar
En diálogo con Infobae, el doctor Jorge Geffner, investigador en inmunología y director del Instituto INBIRS, que depende del Conicet y la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, en Argentina, respondió tras leer el trabajo publicado por los científicos estadounidenses: “El estudio es serio y riguroso. Pero no se desprende que las personas o un grupo de personas puedan estar protegidas frente a la infección por gripe aviar”.
Un concepto clave para entender es el llamado “repertorio B”, que representa la vasta colección de clones de células B que tiene un individuo, aclaró el científico.
“Cada clon expresa una especificidad particular definida por los anticuerpos que producirá al activarse. Al nacer, cada persona cuenta con un repertorio B compuesto por millones de clones B diferentes. Entre ellos, hay clones capaces de reconocer antígenos de múltiples patógenos como el virus de la inmunodeficiencia humana (HIV), Mycobacterium tuberculosis, neumococos y otros cientos de posibles patógenos”, señaló Geffner.
Es decir, esos clones existen antes de que se produzca cualquier infección. “Nacemos con clones B capaces de reconocer el universo de patógenos a los que podríamos enfrentarnos. Sin embargo, la mera existencia de estos clones no garantiza protección frente a un desafío infeccioso, ya que necesitan activarse, proliferar y generar anticuerpos suficientes para proteger al organismo. Este proceso demora entre una y dos semanas, durante las cuales somos vulnerables”, señaló Geffner.
Cuando las personas se vacunan, logran que la inmunización active y amplifique la respuesta, lo que permite conseguir protección desde el momento en que enfrenta al agente infeccioso.
Según el doctor Geffner, “el estudio demuestra que incluso sin haber sido infectados por el virus de la gripe aviar, hay una frecuencia alta de células B capaces de reconocerlo. Estas células producen anticuerpos que neutralizan el virus cuando son activadas en el laboratorio”.
Pero aclaró: “A pesar de esa capacidad del sistema inmune, la vulnerabilidad inicial tras un contagio hace necesaria la vacunación, especialmente si el virus sufre mutaciones que permitan su transmisión eficazmente entre humanos, un escenario altamente probable en el futuro”.
En tanto, Gustavo del Real, investigador del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA-CSIC) comentó sobre el estudio a Science Media Centre España: “El estudio del repertorio linfocitario virgen de los humanos puede ayudar a comprender las características del curso y la patogenia de la infección, no solo por los virus H5N1, sino también por otros agentes infecciosos. Aporta información clave para el diseño racional de vacunas eficaces contra los virus”.