El reciente anuncio de Mark Zuckerberg sobre la eliminación de los verificadores de contenido en Meta —empresa matriz de Facebook, Instagram y WhatsApp— ha desatado fuertes críticas y encendido alarmas sobre los riesgos que esto implica para la convivencia digital y la sociedad en general. La decisión, que podría empeorar la propagación de desinformación, llega en un contexto marcado por la creciente impunidad que parece caracterizar a las grandes plataformas tecnológicas.
Expertos en la materia advierten que figuras como Zuckerberg y Elon Musk, propietario de la red social X, han construido un poder paralelo que opera fuera del alcance de Estados, organismos internacionales y sistemas judiciales. Este poder, dicen, ignora principios básicos como los derechos humanos y la empatía hacia las personas afectadas por los contenidos difundidos en sus plataformas.
El impacto de la decisión de Meta podría ser devastador. Sin un sistema de verificación robusto, se amplía el espacio para la desinformación, los discursos de odio y las teorías conspirativas, desdibujando aún más la línea entre verdad y mentira. Según cifras de la propia compañía, solo en el segundo trimestre de 2023 se eliminaron 7,2 millones de videos con abusos sexuales infantiles, 6,4 millones relacionados con suicidios o autolesiones y 17,5 millones de discursos de odio. Sin embargo, estos datos no reflejan cuánto tiempo permanecieron los contenidos en línea ni cuánto material inapropiado sigue sin detectarse.
En octubre de 2023, 41 fiscales generales de Estados Unidos presentaron una demanda conjunta contra Meta, acusando a la empresa de diseñar intencionadamente productos que generan adicción entre niños y adolescentes. La fiscal general de Nueva York, Letitia James, calificó la situación como una crisis sin precedentes: “Los niños y adolescentes están sufriendo como nunca antes problemas de salud mental, y las compañías de redes sociales son las culpables”.
En paralelo, en una audiencia del Senado de EEUU en enero de 2024, el senador republicano Lindsey Graham confrontó directamente a Zuckerberg, señalando que las plataformas digitales “tienen las manos manchadas de sangre” debido al impacto nocivo de sus productos. Familias de víctimas de abusos y suicidios relacionados con el uso de redes sociales estuvieron presentes, exhibiendo fotos de sus seres queridos en señal de protesta.
El trabajo de los moderadores de contenido en estas plataformas ilustra el impacto humano de esta crisis. Según datos del diario español La Vanguardia, en 2023 Meta contaba con unos 15.000 moderadores —menos que los 20.000 registrados en 2018— para supervisar contenidos en más de 50 idiomas. Estos trabajadores enfrentan una tarea titánica y emocionalmente devastadora: revisar cientos de videos violentos cada día, incluyendo asesinatos, abusos sexuales y suicidios.
Una columna de opinión de Álex Grijelmo en el diario El País advierte que la falta de controles sobre el anonimato en redes sociales es señalada como una de las principales causas de la propagación de delitos y comportamientos dañinos en internet. Desde extorsiones y calumnias hasta la difusión de contenido sexual no consentido, el anonimato facilita la impunidad de los responsables. En España, las denuncias por sextorsión se triplicaron entre 2018 y 2023, según la Fiscalía General del Estado.
El anonimato, argumentan especialistas, también ha contribuido al aumento de los suicidios entre jóvenes, que crecieron un 32% entre 2019 y 2021.
Para mitigar estos problemas, algunos expertos han planteado propuestas innovadoras. Una de ellas sugiere la creación de un registro que vincule nombres reales con seudónimos, administrado por notarios o registradores. Esto permitiría identificar rápidamente a los responsables de delitos cuando lo solicite un juez, sin eliminar la privacidad en general.
Sin embargo, la implementación de estas medidas requiere un esfuerzo coordinado a nivel internacional. Regulaciones como las propuestas por la Unión Europea podrían ser un primer paso para limitar el poder de las grandes tecnológicas y fomentar un entorno digital más seguro. Mientras tanto, el anuncio de Zuckerberg y las políticas de Musk parecen seguir en dirección opuesta, consolidando un modelo de negocios que prioriza las ganancias económicas sobre el bienestar de sus usuarios y el tejido social.