
A principios de abril -el 5, para ser exactos- la alarma sanitaria volvió a sonar en el mundo. Esta vez no era el COVID-19, sino un extraño cuadro de hepatitis infantil de origen desconocido. Un mes más tarde, el 4 de mayo, la Argentina detectaba en la provincia de Santa Fe su primer caso. En su último reporte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) informó que se notificaron 1.010 enfermos en todo el mundo.
Con casos confirmados en 35 países, alrededor del 5% de ellos requirió trasplantes de hígado y fueron notificadas 18 muertes. Desde el comienzo, la hipótesis más fuerte aseguraba que el adenovirus 41F era el responsable de las infecciones. Luego, otros supuestos sugerían que la causa podría ser una coinfección de SARS-CoV-2 con adenovirus.
Y si bien no hay conclusiones categóricas al respecto, dos nuevos estudios científicos parecen sumar algunas pistas acerca del origen de los cuadros.
Las dos investigaciones publicadas en el New England Journal of Medicine dieron cuenta que dos centros médicos, uno en Birmingham, Alabama, y otro en Birmingham, Inglaterra, vieron aumentos en la cantidad de niños con hepatitis aguda de origen desconocido en los últimos meses.

La investigación también presentó evidencia más circunstancial de que el adenovirus 41, que a menudo causa síntomas gastrointestinales, puede ser un factor contribuyente. En ambos estudios, se detectaron infecciones por adenovirus en aproximadamente el 90% de los niños examinados, y los niños que desarrollaron insuficiencia hepática aguda o requirieron trasplantes tenían niveles promedio más altos del virus en la sangre que aquellos con casos más leves.
“La viremia del adenovirus humano estuvo presente en la mayoría de los niños con hepatitis aguda de causa desconocida admitidos en Children’s of Alabama desde el 1 de octubre de 2021 hasta el 28 de febrero de 2022, pero aún no está claro si el adenovirus humano fue la causa. Los resultados de la secuenciación sugieren que si el adenovirus humano fue la causa, este no fue un brote impulsado por una sola cepa”, publicaron los autores de uno de los trabajos en el análisis de sus conclusiones.
Y agregaron: “Se identificó un total de 15 niños con hepatitis aguda, seis (40%) que tenían hepatitis con una causa identificada y nueve (60%) que tenían hepatitis sin una causa conocida. Ocho (89%) de los pacientes con hepatitis de causa desconocida dieron positivo para adenovirus humano. Estos ocho pacientes más un paciente adicional derivado a este centro para seguimiento se incluyeron en esta serie de casos. La prueba PCR de tejido hepático para adenovirus humano fue positiva en tres niños (50%). La secuenciación de muestras de cinco niños mostró tres variantes distintas de hexón de adenovirus humano tipo 41. Dos niños se sometieron a un trasplante de hígado; todos los demás se recuperaron con atención de apoyo”.

La doctora Helena Gutiérrez Sánchez es directora médica del programa de trasplante de hígado pediátrico de la Universidad de Alabama en Birmingham y autora de uno de los nuevos artículos, y en diálogo con The New York Times manifestó: “Creo que el adenovirus podría jugar un papel. Parece ser esa señal común, no solo en nuestra cohorte sino en todo el mundo”.
En Gran Bretaña, en tanto, 44 niños con hepatitis aguda inexplicable fueron remitidos al centro pediátrico de trasplante hepático del Birmingham Women’s and Children’s entre el 1 de enero y el 11 de abril de 2022. Trece fueron admitidos, más de uno a cinco pacientes admitidos en el mismo período de tiempo en años anteriores.
De los 30 niños examinados para adenovirus, 27 dieron positivo. La Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido determinó más tarde que el virus era el adenovirus 41, según precisó la doctora Chayarani Kelgeri, hepatóloga pediátrica consultora del Birmingham Women’s and Children’s Hospital y autora del estudio en ese país.
Tal vez -destacó Kelgeri- “una infección por adenovirus desencadena una respuesta inmunitaria anormal en algunos niños, y es esa respuesta inmunitaria, y no el virus, la que daña el hígado”.
Es que la hepatitis tiene una variedad de causas, incluidos ciertos medicamentos y afecciones médicas, toxinas, consumo excesivo de alcohol y los virus de la hepatitis A a E. Y si bien los adenovirus, una familia de virus que generalmente causan síntomas similares a los del resfriado o la gripe, no suelen estar asociados con la inflamación del hígado en niños sanos, lo cierto es que los médicos detectaron infecciones por adenovirus en muchos de los casos recientes.
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