Rafael Correa arremetió contra su prefecta más popular y profundizó la crisis interna de su partido

El encuentro entre la prefecta y una homólogo crítica del correísmo reactivó las tensiones dentro de Revolución Ciudadana

Guardar
Foto de archivo del expresidente
Foto de archivo del expresidente ecuatoriano Rafael Correa. EFE/ Miguel Gutierrez

La reunión pública entre la prefecta del Guayas, Marcela Aguiñaga, y la prefecta de Cotopaxi, Lourdes Tibán, reconfiguró de inmediato el equilibrio interno de Revolución Ciudadana (RC) y desató una nueva ofensiva de Rafael Correa contra una de sus figuras territoriales más visibles. El expresidente reaccionó horas después de difundirse el encuentro, realizado el 20 de noviembre en Guayaquil como parte de un recorrido por la cuenca del río Guayas y de la consolidación de una mancomunidad de siete prefecturas.

En X, Correa anunció que se opondrá a la reelección de Aguiñaga y reivindicó las críticas previas de la presidenta del movimiento, Luisa González, quien cuestionó la actuación de varias autoridades seccionales del correísmo.

La actividad que detonó la ruptura fue difundida inicialmente por Aguiñaga en un video donde aparece junto a Tibán y al alcalde de Guayaquil, Aquiles Álvarez, también del correísmo. En el material, ambas prefectas defienden la necesidad de trabajar coordinadamente en la recuperación del río Guayas y recalcan que la cooperación interprovincial no debe estar condicionada por disputas partidistas.

El video que molestó a
El video que molestó a Rafael Correa.

Tibán declaró: “Venimos a trabajar por la cuenca del río Guayas… estamos aquí para ser parte de los siete prefectos de la mancomunidad”. Aguiñaga, por su parte, señaló que “cuando se trata del río Guayas no hay banderas políticas: hay responsabilidad” y agregó que el trabajo conjunto es “la única ruta posible, sobre todo en tiempos donde algunos prefieren dividir”.

Pero la presencia de Tibán, una dirigente indígena con un largo historial de enfrentamientos políticos con Correa, fue el punto de quiebre para el expresidente. En su mensaje, afirmó: “Después de salir con Lourdes Tibán bajo el argumento de que no hay ‘banderas políticas’ para trabajar –que sí las hay, como también debe haber dignidad– seré el primero en oponerme a la reelección de Marcela Aguiñaga. Luisa tenía toda la razón. Jamás claudicaremos en principios”. Con esa declaración, Correa dejó sin efecto el respaldo que mantenía hacia la prefecta guayasense, quien había emergido como una de las figuras más relevantes del movimiento en territorio.

La reacción de Tibán fue inmediata y elevó el tono político del episodio. En X, la prefecta de Cotopaxi expresó su apoyo a Aguiñaga y cuestionó abiertamente a Correa: “Es difícil para algunos políticos frustrados entender que las mujeres que ejercen un cargo deben tomar decisiones sin consultar a patrones tóxicos. Yo no vine a Guayaquil a contentar al prófugo, yo vine a trabajar por la nueva mancomunidad”. Sus declaraciones se inscriben en una disputa histórica con el expresidente condenado por corrupción.

Imagen de archivo de Luisa
Imagen de archivo de Luisa González (c) Marcela Aguiñaga (2i) y Aquiles Álvarez. EFE/ Mauricio Torres

El quiebre entre Correa y Aguiñaga llega en un momento particularmente frágil para RC. En los días previos, Luisa González, presidenta del movimiento y excandidata presidencial, había señalado que algunas autoridades locales “no fueron leales” y sugirió que nombres como Aguiñaga y Álvarez no deberían ser auspiciados nuevamente. Correa inicialmente calificó esas declaraciones como “inoportunas”, defendió la gestión territorial de Aguiñaga y pidió no caer en “reacciones emocionales”.

El movimiento se encamina ahora hacia una convención nacional prevista para enero, en la que se definirá la renovación de la directiva y la estrategia electoral futura. Aguiñaga evitó profundizar la confrontación y declaró a El Universo que espera “claridad interna respecto del rol que tenemos hoy las autoridades locales” y una discusión ordenada sobre la conducción partidista.

En paralelo, la alianza territorial en torno a la cuenca del Guayas continúa avanzando. El encuentro en Guayaquil incluyó compromisos para fortalecer la recuperación ambiental y la gestión interprovincial del río, una agenda que ha sido prioritaria tanto por gobiernos seccionales de la Costa como de la Sierra central. Aunque ese objetivo fue el motivo formal de la reunión, sus implicaciones políticas se volvieron inevitables.