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Una fila de cadáveres se
Una fila de cadáveres se acumula en la favela Penha, en Río de Janeiro (REUTERS/Ricardo Moraes)

La Oficina de la ONU para los Derechos Humanos dijo sentirse “horrorizada” por la macrooperación policial contra una importante banda del crimen organizado en Río de Janeiro, en la que murieron el martes 64 personas, la cifra más alta nunca antes registrada en una acción de este tipo en la ciudad.

Sin embargo, esa cifra se duplicará, según las estimaciones que generó la aparición de al menos 60 cadáveres que civiles trasladaron a las calles de una favela en la que Defensa Civil acudió horas después a recogerlos, un proceso que se está llevando a cabo.

Las imágenes son impactantes y se han visto camionetas que volvieron a descargar más restos humanos en la zona, lo que hace aún más difícil calcular un número fehaciente de muertes.

Según las primeras estimaciones, al
Según las primeras estimaciones, al menos 64 cadáveres fueron recogidos por civiles (REUTERS/Ricardo Moraes)
Vecinos de la zona trata
Vecinos de la zona trata de reconocer a familiares entre los mmuertos (REUTERS/Ricardo Moraes)

Recordamos a las autoridades sus obligaciones ante el derecho internacional, y urgimos a que se conduzcan investigaciones de forma pronta y efectiva” sobre las muertes, indicó la oficina que dirige el alto comisionado Volker Türk.

La operación, añadió, sigue una tendencia de violentas operaciones policiales contra comunidades marginales de Brasil.

La ONU se mostró "horrorizada" por la operación letal contra el crimen organizado en Río

El operativo contra el Comando Vermelho movilizó a unos 2.500 agentes para ejecutar 100 órdenes de arresto en los populosos complejos de favelas Alemão y Penha, ubicados en uno de los sectores más pobres y violentos de Río, en la zona norte de la ciudad.

De acuerdo con el último reporte oficial, entre los fallecidos hay 60 presuntos sospechosos y cuatro agentes de seguridad, mientras que al menos otros ocho policías y tres civiles resultaron heridos de bala.

Así trasladaban los cuerpos de algunos de los muertos en el operativo en Rio

Las calles de Río de Janeiro quedaron desiertas

En la noche, la tensión persistía. Una mujer paseaba con su perro por la Praça Varnhagen, en Tijuca, y comentó a O Globo: “Parece Covid. Muy extraño”. Si alguien hubiese visitado Río durante las primeras semanas de la pandemia y regresara en la madrugada posterior a la operación, encontraría un ambiente similar. El lugar, apodado “Buxixo”, usualmente rebosante de actividad, bares y samba, permaneció vacío.

Los bares y restaurantes de la zona estuvieron cerrados, y las calles habituales del entretenimiento nocturno lucieron desiertas.

En el Boulevard 28 de Setembro, en Vila Isabel, únicamente dos barrenderos, dos recicladores y un pequeño bar permanecían en el sitio. Esta avenida, famosa por sus bares vinculados a compositores como Noel Rosa y Martinho da Vila, mostraba una imagen inusual. La Rua Teodoro da Silva, que conecta varios barrios, tampoco presentaba circulación vehicular. En el Largo Verdun, en el Grajaú, una farmacia 24 horas cerró, reflejando la ausencia de movimiento registrada también en Maracanã y la Avenida Rei Pelé.

La autoestrada Grajaú-Jacarepaguá, importante vínculo entre la Zona Norte y la Sudoeste, también se mantuvo cerrada, lo que llamó especialmente la atención. Esta vía, que recorre comunidades bajo control del Comando Vermelho, fue objetivo de la operación.

Hacia las 3:30 de la madrugada, el Centro de Operações e Resiliência do Rio (Cor-Rio) anunció que todas las vías quedaron liberadas, siendo la última la mencionada Grajaú-Jacarepaguá.

Las calles de Río estuvieron
Las calles de Río estuvieron desiertas en la madrugada

En la Zona Sur, la madrugada mostró un clima tenso y zonas vacías, consecuencia de la movilidad restringida y la vuelta anticipada de los residentes. En la Praça São Salvador, barrio de Laranjeiras, no se observó el movimiento habitual.

Solo estoy de paso, porque necesitaba comprar algo urgente en el mercado, pero estoy apurado. En una noche cualquiera, estaría viendo un partido en una mesa, pero hoy me quedo en casa”, explicó un vecino al medio local G1.

Esta situación se repitió en el Largo do Machado, donde la mayoría de los negocios mantuvo las puertas cerradas y, quienes abrieron, notaron menor flujo de clientes. Luis Felipe, camarero de un restaurante local, afirmó: “Hoy está muy difícil, las calles están desiertas y los clientes que llegan se quedan menos tiempo que de costumbre”.

Establecimientos de servicio 24 horas, como farmacias y cerrajerías, también cesaron actividades.

En Botafogo, la falta de movimiento en la Rua Voluntários da Pátria, una de las principales vías del barrio, fue notoria. Ni siquiera la conocida Rua Arnaldo Quintela, destacada por la revista Time Out como una de las más “cool” del mundo, registró afluencia.

Durante la madrugada de este miércoles, la alcaldía de Río de Janeiro informó que ya no había carreteras bloqueadas tras la contraofensiva del Comando Vermelho. “La última vía en ser reabierta fue la autopista Grajaú-Jacarepaguá, en dirección a Jacarepaguá, a las 2:45”, comunicó el Centro de Operaciones y Resiliencia.