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La autopartista Yazaki, una de
La autopartista Yazaki, una de las plantas que cerró en Uruguay (Captura Canal 5)

A menos de un mes de asumir el gobierno, el presidente Yamandú Orsi recibía una mala noticia para el empleo del país: la autopartista japonesa Yazaki decidió retirarse de Uruguay para continuar su producción en Argentina y Paraguay. La multinacional generaba 1.200 puestos de trabajo. Pero más allá del caso puntual, la situación evidenciaba una crisis del sector industrial, advierten empresarios y también gobernantes.

A siete meses de iniciado el gobierno, la ministra de Industria, Fernanda Cardona, aseguró que este sector atraviesa un fenómeno de “desindustrialización”. “Lo que estamos viendo es una realidad que se nos siguen cerrando fábricas, se nos siguen cerrando determinadas industrias. Estamos en problemas coyunturales y estructurales en industrias estratégicas para Uruguay”, dijo la ministra al Canal 12 local.

Cardona señaló que el gobierno debe “gestionar la realidad” porque la gente “se está quedando sin trabajo”.

El presidente de Uruguay, Yamandú
El presidente de Uruguay, Yamandú Orsi, la ministra de Industria, Fernanda Cardona, y el ministro de Economía, Gabriel Oddone (Camilo dos Santos Ayala/Presidencia)

“Nos pasó antes de asumir en marzo que teníamos el cierre de tres industrias complicadas. Tenemos que darnos el tiempo de una reflexión sobre todo en industria”, dijo, en referencia a que el gobierno pretende construir una política estratégica para el sector.

Si bien este fue el cierre más sonado, hubo otras industrias que decidieron suspender su producción. Ante la preocupación que genera esta crisis industrial en ámbitos políticos, empresariales y sindicales, la consultora Exante elaboró un informe con el foco en la industria manufacturera.

En Uruguay, este sector nuclea a unas 20.000 empresas de diferentes tamaños que generan 170.000 empleos. Esta cantidad es un 10% del total de los puestos de trabajo en el país.

La producción del núcleo duro industrial –que excluye a las grandes fábricas, como la refinería de petróleo, las que producen celulosa y concentrado de refrescos– lleva 15 años con la actividad prácticamente estancada.

UPM, una de las principales
UPM, una de las principales industrias de Uruguay (AP Foto/Matilde Campodónico)

Un dato que refleja esta realidad es el siguiente: entre el año 2000 y el 2010, el núcleo de la industria uruguaya creció un 4,2%; en los últimos 15 años, en cambio, lo hizo un 0,7%.

“A pesar del pobre desempeño de la producción manufacturera, el salario real de la industria presentó una clara tendencia creciente, siguiendo de cerca al resto de los salarios privados”, concluyó Exante. En términos reales, en el período 2010-2025, el salario de la industria creció un 27%. Entre 2010 y 2025, en cambio, fue un 31%.

Si se analiza el interior del sector manufacturero, en tanto, se observan comportamientos muy diferentes, aunque hay un moderado predominio de los comportamientos contractivos. La industria farmacéutica y la industria química, por ejemplo, fueron sectores que crecieron en esos 15 años. Pero hay otros que fueron a la baja, como el sector metalúrgico, las curtiembres y las actividades de impresión.

La asamblea de trabajadores de
La asamblea de trabajadores de Yazaki, en Colonia, tras el anuncio del cierre de sus plantas (@MarceAbdalaCNT)

Además, otro comportamiento que evidenció el informe de Exante fue que la importancia de la industria en la economía uruguaya ha caído en los últimos años y es reducida en la comparación internacional. En el año 2000, representaba un 11% del PIB del país mientras en 2008 alcanzó su techo: 13%. En 2024, fue, en tanto, el 10% del total del producto uruguayo.

“De acuerdo a nuestras estimaciones, basadas en una muestra de empresas medianas y grandes del país, la rentabilidad operativa de la industria se ubica por debajo de la de otros grandes sectores de actividad”, concluye esta consultora.

El director de Exante, Pablo Rosselli, advirtió en el programa Desayunos Informales los desafíos que atraviesa el sector. “Si la producción industrial permanece estancada, es muy difícil no perder empleos en un sector en el que la productividad del trabajo crece mucho por los procesos de automatización”, señaló.

Para este economista, hay un conjunto de desafíos sobre los que el país debe trabajar, como su normativa laboral.