
El dictador Nicolás Maduro reiteró la posición oficial del país sobre el Esequibo, al asegurar que Caracas jamás aceptará el laudo arbitral firmado en París en 1899, que definió los límites en favor de la entonces Guayana Británica, hoy Guyana.
Además, calificó ese arbitraje como nulo y resultado de presiones externas, en un mensaje difundido al cumplirse 126 años del fallo.
El territorio del Esequibo abarca unos 160.000 kilómetros cuadrados al oeste del río homónimo y permanece en disputa desde el siglo XIX. Desde la óptica venezolana, el dictamen de 1899 fue una imposición surgida de las ambiciones coloniales europeas, con el respaldo de Estados Unidos.
Caracas sostiene que ese laudo privó injustamente a Venezuela de una vasta área y recursos estratégicos, ignorando los derechos soberanos del país al dejarlo completamente apartado del proceso.

Dicho acuerdo, firmado con el Reino Unido, establece la negociación y el acuerdo directo entre las partes como mecanismo de resolución, evitando la imposición de decisiones externas.
El canciller venezolano, Yván Gil, refrendó este planteamiento al subrayar que el laudo arbitral siempre carecerá de legitimidad para Caracas y que es producto de una maniobra colonial.
A su vez, denunció la presencia de empresas extranjeras, identificadas como transnacionales, en tareas de explotación de recursos en la zona, bajo autorización de las autoridades guyanesas. Desde Venezuela, se considera que la gestión actual de Guyana perpetúa esa lógica colonial y representa una amenaza al reclamo histórico sobre el Esequibo.
La reivindicación venezolana también se expresa simbólicamente, a través de la inclusión de una octava estrella en la bandera nacional, que representa a la provincia de la Guayana Esequiba. El régimen de Maduro defiende que este elemento refuerza la naturaleza identitaria y libertaria de la reclamación territorial.
Por su parte, Guyana mantiene una postura diametralmente opuesta. El Estado guyanés respalda la validez del laudo de 1899 y continúa el proceso ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), donde busca dirimir la controversia según los principios del derecho internacional.
A este contexto de posiciones contrapuestas se suma el creciente interés internacional por la región del Esequibo debido a sus riquezas naturales. Las recientes licitaciones petroleras y la presencia de empresas extranjeras en el área han intensificado la tensión entre ambos países, situando el territorio en el centro de la atención global.

Mientras tanto, las delegaciones diplomáticas de Venezuela y Guyana mantienen su participación en foros internacionales y continúan el diálogo ante instancias como Naciones Unidas y la Corte Internacional de Justicia, sin que se vislumbre por ahora una resolución definitiva.
Ali pide unidad caribeña ante la tensión en el Esequibo y el aumento militar en la región
El presidente de Guyana, Irfaan Ali, llamó hace unos días a los líderes de la Comunidad del Caribe (Caricom) a mantener un diálogo abierto y constructivo para afrontar los actuales desafíos de seguridad en la región, especialmente ante el aumento de la presencia naval de Estados Unidos en el Caribe.
Ali subrayó la importancia de la transparencia, la cooperación y el intercambio de inteligencia entre los países caribeños para proteger la paz colectiva y responder a situaciones como el narcotráfico, la migración ilegal y el uso irregular de rutas fluviales, temas que considera prioritarios junto con la disputa territorial con Venezuela.
(Con información de EFE)