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El presidente de Bolivia, Luis
El presidente de Bolivia, Luis Arce, en una foto de archivo. EFE/ Luis Gandarillas

A menos de 40 días de culminar su gestión presidencial, Luis Arce manifestó que “vendrán tiempos difíciles” en Bolivia con el próximo gobierno y pidió a las organizaciones sociales que se unan y empiecen “la lucha” en las calles.

“Van a ser tiempos difíciles, pero en unidad, con las organizaciones sociales, como lo ha sido siempre, salir a las calles, empezar la lucha”, alentó Arce, durante el congreso de la organización e mujeres indígenas Bartolina Sisa, en la ciudad de El Alto.

El próximo presidente será elegido en el balotaje del 19 de octubre entre Rodrigo Paz, del Partido Demócrata Cristiano (PDC) y el ex mandatario Jorge Quiroga (2001-2002), de Libre.

En su discurso, el presidente señaló que el próximo gobierno, independientemente de quién resulte ganador, será de “derecha” y que su política hacia las organizaciones sociales y los pueblos indígenas “va a ser muy diferente” a la que condujeron los gobiernos del izquierdista Movimiento Al Socialismo (MAS), que está en el poder de manera casi interrumpida desde hace 20 años.

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Un jurado electoral muestra la papeleta de sufragio a un votante en Cochabamba. 17 de agosto de 2025

En tono de despedida, el jefe de Estado y ex ministro de Evo Morales durante casi todo su mandato, señaló: “Vamos a estar juntos aquí, donde el momento y la patria nos lo demande, donde ustedes nos pidan, hermanas, vamos a estar luchando permanentemente”.

Arce culmina su gestión con uno de los niveles más bajos de aprobación en América Latina. En 2024, el informe de Latinobarómetro reveló que solo el 9% de la población respaldaba su mandato, una caída considerable en relación al 46% de aprobación que gozaba en 2023.

Según un sondeo publicado por el canal Unitel la semana pasada, las principales preocupaciones de los bolivianos tienen que ver con la crisis económica que enfrenta el país desde hace dos años: la inflación, la escasez de combustible y la falta de dólares.

Tras varios años de bonanza impulsada por los altos precios del gas y las materias primas, el país enfrenta hoy un agotamiento de sus reservas internacionales, que han caído a niveles críticos. La producción de gas natural, que fue su principal fuente de divisas y de ingresos fiscales, se ha reducido por la baja de producción y la falta de inversión en exploración.

Imagen de archivo.
La Paz, Bolivia.
Imagen de archivo. La Paz, Bolivia. 4 de junio de 2025. REUTERS/Claudia Morales

A esto se suma un mercado cambiario tensionado: el tipo de cambio oficial permanece fijo, mientras en el mercado paralelo el dólar se vende a un precio mucho más alto, reflejando la escasez de dólares. Esta brecha ha provocado un incremento sostenido en el costo de vida y el aumento de la inflación, que en lo que va del año rebasó la expectativa anual del Gobierno y superó el 18%.

En los últimos dos años, a raíz de la escasez de dólares y las crecientes dificultades de importación, el país ha experimentado también periodos de desabastecimiento de combustible, lo que ha generado largas filas en los surtidores, incremento del contrabando y afectaciones a sectores estratégicos como el transporte y la producción agrícola.

Esta situación ha provocado tensiones sociales y políticas. Arce desistió de buscar la reelección y luego declinó su postulación a senador. En tanto, el aspirante presidencial del oficialismo, su ex ministro de Gobierno (Seguridad), Eduardo Del Castillo, obtuvo poco más del 3% de apoyo en las elecciones y salvó por décimas la sigla del MAS, que hasta hace poco fue el partido hegemónico del país.

A pesar de ese contexto, Arce considera que su Gobierno será recordado como el “impulsor de la industrialización” y atribuye la crisis a la mala gestión de los hidrocarburos en los gobiernos anteriores -incluidos aquellos en los que fue ministro de Economía- y a un “bloqueo” en la Asamblea Legislativa para la aprobación de créditos externos. En defensa de su gestión, el Gobierno afirma que invirtió en reactivar la industria de los hidrocarburos y que los resultados serán visibles en los próximos años.