
El Gobierno del Ecuador anunció que cerca de 220.000 personas salieron de la pobreza en el último año, una cifra que ha sido calificada por sus voceros como un logro de la administración. Si bien, la pobreza por ingresos se redujo en 1,5 puntos porcentuales entre junio de 2024 y junio de 2025, al pasar del 25,5% al 24%, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC); el mismo informe revela que la pobreza extrema aumentó en 2,2 puntos porcentuales en el mismo periodo, alcanzando el 10,4%, su nivel más alto desde diciembre de 2022.
Este contraste entre la disminución de la pobreza general y el incremento de la pobreza extrema revela una complejidad en los efectos de la política social y económica del país. Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), desde diciembre de 2007 se mide la pobreza por ingresos tomando como referencia una línea actualizada mediante el Índice de Precios al Consumidor (IPC). De este modo, una persona es considerada pobre si el ingreso mensual que recibe —dividido entre todos los miembros del hogar— es inferior a ese umbral de referencia. El mismo procedimiento se aplica para identificar a quienes se encuentran en pobreza extrema, aunque con una línea más baja que refleja únicamente la cobertura de necesidades alimentarias mínimas.
En junio de 2025, el INEC fijó la línea de pobreza en USD 91,98 mensuales por persona, mientras que la línea de pobreza extrema se ubicó en USD 51,83 dólares. Esto significa que cualquier individuo cuyo ingreso per cápita esté por debajo de ese valor mínimo es considerado extremadamente pobre. La diferencia entre ambas líneas refleja distintos niveles de exclusión económica: mientras los pobres no alcanzan a cubrir una canasta básica, los extremadamente pobres ni siquiera logran garantizar su alimentación diaria. Por eso, un aumento en la pobreza extrema, aun cuando la pobreza general se reduzca, indica que los sectores más vulnerables están cada vez más desprotegidos.

Una familia de cuatro integrantes se considera pobre por ingresos cuando el ingreso mensual total que recibe, dividido entre los miembros del grupo familiar, es de menos de USD 367,92. Mientras que si una familia de cuatro miembros, recibe menos de USD 207,32 al mes se encuentra en situación de pobreza extrema.
Carolina Jaramillo, vocera del Ejecutivo, atribuyó la reducción de la pobreza a políticas como los bonos sociales, las compensaciones económicas, el impulso al crédito productivo, y la entrega de microcréditos y créditos de consumo. Según dijo, estas medidas habrían incrementado la capacidad de consumo de los hogares ecuatorianos y permitido que más personas emprendan y generen ingresos. “Este índice de pobreza es el más bajo desde diciembre de 2018”, afirmó, en referencia al 23,2% registrado en ese entonces.
Sin embargo, en el propio informe del INEC citado por Ecuador Chequea, se aclara que “no existe una diferencia estadísticamente significativa” entre los valores de junio de 2024 y junio de 2025, por lo que la reducción, aunque numéricamente positiva, podría no reflejar un cambio estructural robusto en las condiciones de vida de los ecuatorianos.

En cuanto a la pobreza extrema, el aumento de 8,2% en 2022 a 10,4% en junio de 2025 prende las alarmas. Esto podría estar vinculado a factores como la informalidad laboral, el encarecimiento de productos básicos y la falta de acceso a servicios públicos en zonas rurales y marginales. Aunque no fue abordado en profundidad por el Gobierno, este dato contradice el optimismo oficial sobre los avances en materia de equidad.
El anuncio del Gobierno se dio junto con otros temas de gestión, como la reinserción escolar de más de 92.000 estudiantes y el pago de la homologación salarial de 1.835 docentes. También se destacó un récord en exportaciones no petroleras y no mineras, que alcanzaron USD 10.480 millones entre enero y mayo de 2025, impulsadas por productos emblemáticos como el camarón, banano, cacao, atún y flores.