
Con una fractura nasal terminó en el Hospital de Iquique (1,760 kms al norte de Santiago), Glenda Espinoza, de 51 años, luego de ser agredida por otras reclusas en el Centro Penitenciario de Alto Hospicio, donde cayó en prisión preventiva este lunes tras revelarse los brutales maltratos a los que sometía a su hijastro de solo 13 años.
La noticia que indignó a todo el país se dio a conocer el fin de semana pasado y, según detalló la fiscal Paula Arancibia, jefa de la Unidad Regional de Atención a Víctimas y Testigos (Uravit), la madrastra, de nacionalidad chilena y que fue formalizada por los delitos de homicidio frustrado y de maltrato habitual, hacía dormir al menor en el patio y lo obligaba “a realizar acciones como lavar el auto o recoger excrementos de animales con la mano“.
“No le dejaban entrar a la casa salvo para hacer aseo, le privaban de agua y comida y sus necesidades las hacía en bolsas o botellas“, detalló.
“Quien detentaba el cuidado personal decretado por el Tribunal de Familia ejecutó acciones que significaron en el niño graves lesiones, en distintas partes de su cuerpo propinadas con distintos objetos", complementó la persecutora.
También se leyeron las declaraciones “de otra testigo y de su hija, de 13 años, que estuvieron viviendo en la casa de la imputada por un mes y presenciaron las denostaciones verbales y agresiones físicas hechas al niño“, agregó la persecutora, quien indicó que la mujer también lo insultaba con frases como “nadie te quiere” o “te gusta que te violen”.
Además, el menor presentaba desnutrición severa -pesaba 39 kilos- y no asistía a la escuela desde agosto del año pasado.
El defensor nacional de la Niñez, Anuar Quesille, fustigó en la audiencia de este lunes el fallo de noviembre de 2023 que le dio la custodia del niño a la mujer.
“Pretendemos solicitar información al Tribunal de Familia para determinar los criterios que permitieron entregar el cuidado a alguien que cometía vulneraciones graves”, señaló en conversación con La Estrella de Iquique.
Finalmente, el Juzgado de Familia dictaminó que el menor quede a cargo de un “tercero significativo” por 30 días, mientras se define a cuál de sus familiares cercanos entregarle su custodia definitiva y no derivarlo a un hogar de menores, y estableció “la reserva absoluta de la causa y la prohibición de revelar imágenes y antecedentes del adolescente, con el fin de evitar mayor vulneración de sus derechos”.

El relato del niño
Cabe señalar que la madrastra estaba a cargo de la custodia del niño luego que el padre abandonara el hogar y se fuera a vivir al sur de Chile tras ser denunciado por la propia mujer por sus constantes agresiones a ambos.
La indignación creció cuando la fiscal de Iquique, Camila Abarracín, leyó la declaración del menor, quien acusó que la mujer lo hacía dormir en el patio a veces incluso sin ropa.
"No me dejaba entrar al baño, no me podía bañar, a veces pasaba meses sin bañarme. En una oportunidad estuve 6 días sin comer y 3 días sin tomar agua“, aseguró el niño, quien recordó que un día incluso fue abandonado lejos de su hogar, al que tuvo que volver luego de una caminata de tres horas en plena madrugada.
El maltrato se incrementó con el tiempo, cuando la agresora comenzó a golpearlo. ”Al principio eran con chancletas, pero después fue hasta con palos“, agregó.
"Me decía que soy tonto, que soy un inútil, que me odiaba, que nadie me quería, que no tenía mamá“, detalló además sobre el maltrato psicológico al que era sometido.