
Los tours de compras masivos de uruguayos en Argentina que hubo durante 2022 y 2023 provocaron reclamos en el sector del comercio, que veía cómo su facturación caía a medida que el consumo se desviaba hacia el vecino. Eso empezó a cambiar con la llegada de Javier Milei a la Presidencia y la devaluación que hubo en diciembre de 2023. Ahora, con el fin del cepo cambiario, desde Uruguay se vuelven a percibir señales positivas.
El gobierno de Milei festejó este lunes el resultado del primer día del dólar flotante, con un tipo de cambio que cerró en $ 1.200, en el centro de la banda ($1.000-$1.400) y sin intervención del Banco Central. Ahora espera el primer desembolso del Fondo Monetario, que reforzará este martes las reservas por USD 12.000 millones.
Los economistas uruguayos coincidieron en que si la fase del programa funciona, será positivo para el país, según los profesionales consultados en El Observador. Esto se debe a que se prevé que siga habiendo un viento a favor para el turismo y porque el desvío del consumo hacia Argentina será menor.

“Hay una facilitación comercial en personas y empresas respecto a Argentina para los flujos con Uruguay, turismo y comercio de bienes”, destacó Ramón Pampín, economista de PwC. Esto sucede porque las personas físicas ya no tienen restricciones en el mercado de cambios, al tiempo que las pequeñas y medianas empresas pueden pagar las importaciones a partir del despacho en el puerto de origen (antes era a los 30 días a partir del registro aduanero).
Pampín comentó que el fin del cepo cambiario se da en un contexto de superávit fiscal, baja de la inflación, incremento de las reservas del Banco Central de la República Argentina (por las inyecciones de los organismos internacionales) y proyecciones de más ingresos de dólares por motivos comerciales (en particular, por la buena cosecha de soja).
“Seguramente el tipo de cambio, luego de una posible suba inicial en estos días, se ubique dentro de niveles relativamente bajos, sobre el piso de la banda”, señaló. Pampín consideró esa el rango de esa banda tendrá que ampliarse y reducir su piso.

Para el economista Ignacio Umpiérrez, no hay que esperar “grandes repercusiones” desde Uruguay. “Argentina continuará su proceso de encarecimiento relativo, con una brecha cambiaria que tenderá a cerrarse y un proceso de desinflación subyacente que se prevé continúe, aunque no linealmente”, analizó.
“Los efectos de este proceso los hemos visto en el segundo semestre del 2024 con un menor desvío del consumo hacia Argentina, que se profundizará, y las mayores exportaciones de turismo de argentinos en Uruguay, que fueron un impulso para la actividad del primer trimestre de 2025”, señaló el economista.
Umpiérrez agregó que Argentina es el único socio comercial de Uruguay que no tiene expectativas de crecimiento a la baja para este año.

El economista Aldo Lema, en tanto, consideró que la decisión del gobierno de Javier Milei es una señal “favorable” para Uruguay, que puede extender el “viento a favor” que hubo durante 2024. Argentina da un “paso correcto”, evaluó Lema, en el programa Desayunos Informales de Canal 12.
Sin embargo, advirtió que la decisión de Argentina no está exenta de los riesgos, principalmente los externos. “Perfectamente puede pasar que si entramos en un escenario externo global muy complejo, donde el dólar eventualmente se fortalece, el tipo de cambio en Argentina le va a seguir ejerciendo presión al Banco Central”, comentó.
Lema consideró que si, de acá a fin de año, la cotización del dólar fluctúa entre $ 1.100 y $1.550, la inflación a fin de año sería de un 20%. Eso provocaría que, de acá a enero o febrero, el país esté un 10% más caro.
“En 2024, una Argentina más parecida a Uruguay (en precios relativos) nos dio un gran impulso. Eso se mantiene, pero el segundo efecto ya no va a ser de tanto impulso como fue el primero, donde cambiar las condiciones tan radicalmente nos favoreció mucho en la temporada turística”, expresó.