
Los periodistas nicaragüenses que ejercen la profesión dentro de su país o desde el exilio -principalmente en Costa Rica y Estados Unidos, donde el costo de la vida es más alto- luchan por sobrevivir combinando otros oficios que les permitan ingresos alternativos, según un informe de la ONG Fundación por la Libertad de Expresión y Democracia (FLED), con sede en San José, divulgado este jueves.
En su informe, la FLED indicó que desde inicios de 2024 ha venido documentando ese “fenómeno cada vez más frecuente entre periodistas nicaragüenses, tanto aquellos que permanecen en el país, resistiendo en condiciones adversas, como los que se encuentran en el exilio: la necesidad de combinar su labor periodística con otras actividades económicas para poder sobrevivir”.
“Esta tendencia obedece, en gran medida, al progresivo deterioro de las condiciones para ejercer el periodismo”, anotó ese organismo, que forma parte de la red regional Voces del Sur.
El cierre de medios independientes, la escasez de oportunidades laborales en el sector, la precarización del oficio y la falta de apoyo sostenido para quienes trabajan desde el exilio o la clandestinidad han obligado a muchos periodistas a diversificar sus fuentes de ingreso, explicó la FLED.

Como ejemplo compartieron el caso de una periodista nicaragüense exiliada en Costa Rica, quien les relató que, por las noches, recorre las calles de San José haciendo entregas en motocicleta para aplicaciones de envíos rápidos, con el fin de obtener ingresos adicionales.
Los datos recopilados por la FLED muestran que entre el primer trimestre de 2024 y el primer trimestre de 2025, un total de 89 periodistas (45 hombres y 44 mujeres) se han visto obligados a alternar el periodismo con otras ocupaciones para sostenerse.
Solo en el primer trimestre de 2025 se registraron 32 casos (18 hombres y 14 mujeres), el número más alto documentado hasta la fecha.
Alertan de apagón informativo sobre Nicaragua
“Esta sistematización incluye tanto a periodistas que continúan informando desde la clandestinidad dentro de Nicaragua, como a quienes ejercen el oficio en el exilio, especialmente en Costa Rica y Estados Unidos”, puntualizó la ONG.
Para la FLED, este panorama expone la urgencia de diseñar estrategias de apoyo económico, asistencia técnica y fortalecimiento del trabajo en red, con el objetivo de sostener a la prensa independiente frente al riesgo real de un apagón informativo, provocado por la necesidad de subsistencia de quienes ejercen el periodismo.
“Desde FLED instamos a organizaciones defensoras de la libertad de expresión, embajadas y cooperantes internacionales a actuar ante la crisis del periodismo independiente en Nicaragua”, abogó.

Según esa ONG, es urgente prevenir que la falta de oportunidades siga ampliando los vacíos informativos, que ya son visibles en medios con equipos reducidos y limitada producción periodística.
Entre 2018 y 2023 se han cerrado al menos 54 medios de comunicación, entre ellos cinco que fueron allanados y confiscadas sus propiedades, incluido el diario La Prensa, Confidencial, 100% Noticias y la Trinchera de la Noticia, según esa ONG.
Además, al menos 289 periodistas nicaragüenses o trabajadores vinculados a los medios de comunicación han abandonado su país rumbo al exilio por razones de seguridad o porque han sido desterrados desde abril de 2018.
(Con información de EFE)