Uruguay: un hombre que mató a puñaladas a su hijo adicto fue condenado a 18 años de prisión

El padre acusaba al joven de robarlo para comprar droga y de haber destrozado la casa varias veces; estaba alcoholizado cuando lo asesinó por la espalda

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El barrio Cauceglia de Montevideo
El barrio Cauceglia de Montevideo (Archivo/Intendencia de Montevideo)

Un hombre de 64 años estaba en su casa –en el barrio Cauceglia, en uno de los accesos de Montevideo– junto a sus dos hijos. En un momento comienza una discusión con uno de ellos, un joven de 19 años que tenía problemas por el consumo de drogas. El padre le comenzó a reclamar por las veces que le había robado para comprar sustancias y porque, en otras discusiones, había roto la casa, según surge de los documentos judiciales informados este lunes por El País. Era marzo de 2022.

En plena discusión, el hombre –alcoholizado– agarró un cuchillo que siempre tenía en el pantalón y le dio a su hijo varias puñaladas por todo el cuerpo, de acuerdo con la sentencia judicial. El joven salió a la calle a pedir auxilio, pero se desvaneció y murió mientras era trasladado a un centro de salud, en el barrio Cerro.

El hombre, mientras tanto, fue detenido por el personal de la Guardia Republicana. Ante ellos relató los episodios de consumo que tenía su hijo. La víctima había consumido cocaína horas antes de ser asesinado.

La Suprema Corte de Justicia
La Suprema Corte de Justicia estableció una pena de 18 años para el padre que mató a su hijo

El hombre fue condenado a 18 años de prisión. El plazo de la pena tuvo que ser ratificado por la Suprema Corte de Justicia (SCJ) ya que el fallo de primera instancia indicó que tenía que ir a prisión durante 14 años.

La autopsia de la muerte del joven reveló que su cuerpo presentó cinco heridas de arma blanca. Una de ellas ingresó por la espalda, atravesó uno de sus pulmones y llegó al corazón. Fue la que le ocasionó la muerte.

A pesar de que el joven salió desesperado a la calle a pedir ayuda, terminó desvanecido y murió al llegar al centro de salud. Debido a las marcas que tenía en el cuerpo, se determinó que intentó defenderse, pero igualmente fue alcanzado por el agresor, que estaba alcoholizado.

El 19 de marzo de 2024, la Justicia de primera instancia estableció esos 14 años, a pesar de que la Fiscalía había solicitado una pena de 21. Meses después, por una apelación de la fiscal, un Tribunal de Apelaciones resolvió aumentarla a 18 años, algo que fue confirmado por la SCJ.

La condena llegó dos años después del episodio y tras una larga investigación. La Justicia estableció ese tiempo por considerarlo un homicidio especialmente agravado, teniendo en cuenta los agravantes de que el crimen fue contra su hijo y que hubo un abuso de la superioridad de armas.

El Tribunal de Apelaciones entendió que era necesario llevar la pena a 18 años porque quedó demostrada la “peligrosidad” del condenado debido a una “sucesión de hechos de violencia física y verbal” que ejercía contra integrantes de su familia.

La Fiscalía uruguaya pedía una
La Fiscalía uruguaya pedía una pena de 21 años para el hombre que mató a su hijo (Javier Calvelo adhoc FOTOS)

La defensa del agresor no se había opuesto a la primera resolución de la Justicia, pero luego interpuso un recurso de casación en el que aseguró que no existe justificación para la nueva resolución tomada. “Es arbitraria, no se tomaron en cuenta los hechos ni la prueba en su totalidad”, señaló la defensa del hombre. El aumento fue “a través de consideraciones subjetivas, más allá de lo que surgió en el juicio”, argumentó, según consignó el diario uruguayo.

Pero la SCJ desestimó este recurso al considerar que “no es cierto que la decisión carezca de motivación”. “La defensa afirma que se vulneraron los principios de proporcionalidad de la Pena, razonabilidad, justicia y resocialización, pero no explica cómo ello ha ocurrido en el caso concreto”. “No se advierte arbitrariedad, ni ejercicio absurdo o irracional de la potestad discrecional con que cuenta los órganos de mérito para la fijación de la pena”, consideraron.

El padre del fallecido cumplía con arresto domiciliario mientras esperaba la decisión final de la Justicia, pero ahora pasará a un centro de reclusión.