
Cientos de manifestantes se movilizaron el jueves en la capital de Honduras para expresar su rechazo al gobierno de la presidenta Xiomara Castro y su partido, Libertad y Refundación (Libre), al que acusan de intentar permanecer en el poder mediante maniobras políticas y electorales.
La protesta, convocada de forma no oficial según los participantes, culminó frente a la sede del Consejo Nacional Electoral (CNE). Los asistentes vestían camisas blancas y portaban banderas nacionales, mientras gritaban consignas como “Aquí no es Venezuela”, en alusión al modelo dictatorial impulsado por el régimen de Nicolás Maduro, con quien la presidenta hondureña mantiene una relación de alianza.
El jefe de la bancada del derechista Partido Nacional (PN), Tomás Zambrano, afirmó que “los hondureños han salido a las calles ante una llamada espontánea. El pueblo está cansado de Libre, la gente quiere elecciones, quiere democracia”. Añadió que “venimos a pedir elecciones porque Libre [...] quiere quedarse a la fuerza”.
La oposición acusa a Libre de promover el llamado “socialismo del siglo XXI” y de planear un “fraude” en las próximas elecciones generales, previstas para el 30 de noviembre, en las que se definirá al sucesor de Castro y se renovará el Congreso Nacional.

El pasado 9 de marzo, el CNE organizó elecciones primarias de los tres principales partidos: Libre, el PN y el Partido Liberal. La autoridad electoral tiene previsto proclamar a los ganadores de esas contiendas el 8 de abril.
Xiomara Castro amenazó con cerrar la base militar estadounidense en Honduras si Trump adopta medidas “hostiles” contra migrantes
La presidenta de Honduras, Xiomara Castro, amenazó el 1 de enero que su gobierno podría revisar la continuidad de la presencia militar estadounidense en el país si la nueva administración del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, implementa políticas consideradas “hostiles”, como una expulsión masiva de migrantes hondureños.
En su mensaje a la nación, Castro cuestionó la permanencia de la Fuerza de Tarea Conjunta Bravo, instalada en la Base Soto Cano desde 1982, en caso de que se deteriore la cooperación bilateral con Washington.

“Frente a una actitud hostil de expulsión masiva de nuestros hermanos, tendríamos que considerar un cambio en nuestras políticas de cooperación con Estados Unidos, especialmente en el campo militar, en el que sin pagar un centavo por décadas mantienen bases militares en nuestro territorio, que en este caso perderían toda la razón de existir en Honduras”, afirmó.
La Fuerza de Tarea Conjunta Bravo, integrada en el Comando Sur de Estados Unidos, opera desde Soto Cano, en el departamento de Comayagua, y tiene como misión mantener la capacidad de respuesta para apoyar a fuerzas estadounidenses y países aliados en la región. La pista aérea de la base fue construida por militares estadounidenses a comienzos de la década de 1980, durante el contexto de la Guerra Fría.
(Con información de EFE y AFP)