
Aunque Uruguay cambió de signo político, el nuevo equipo económico ha dado varias señales de continuidad. Si bien hay críticas a algunos aspectos de la gestión anterior, la designación de Gabriel Oddone como ministro de Economía fue una señal hacia los mercados de que el gobierno de izquierda no llegaría con grandes sobresaltos. Y lo mismo sucedió con la llegada de Guillermo Tolosa en el Banco Central del Uruguay (BCU).
Tolosa asumió este lunes como presidente de la autoridad monetaria uruguaya y ratificó que continuará con una de las grandes apuestas de la administración de Luis Lacalle Pou: la de mantener controlada la suba de precios. Además, aseguró que no va a intervenir –salvo en circunstancias particulares– el mercado de cambios para incidir en la cotización del dólar.
“Un Banco Central debe dar certezas, por supuesto, sobre una inflación baja, donde cada punto vale para proteger el poder adquisitivo, el bolsillo, el bienestar de los uruguayos, sobre todo, el de los más vulnerables”, dijo Tolosa en su discurso.

El nuevo presidente del BCU aseguró que continuará con el régimen de metas de inflación y que el manejo de la tasa de interés será la herramienta central de la política monetaria. Tolosa también trazó una meta: el objetivo del gobierno es que el Índice de Precios del Consumo (IPC) sea de 4,5%. Y, para lograrlo, aseguró que actuará con “independencia” y con “firmeza”.
Antes del horizonte de la política monetaria –que es de 24 meses–, la intención de las nuevas autoridades es que la inflación esté en ese valor, que es el centro del rango meta (3%-6%).
En febrero, la inflación fue de 5,10% y desde hace 21 meses permanece dentro de ese rango fijado por las autoridades anteriores.
Diego Labat fue el presidente del BCU durante la mayor parte del gobierno de Lacalle Pou. En febrero de 2024, después de algunos meses con el IPC dentro del rango meta, el economista declaró en Búsqueda que se había logrado romper con un “mito”.

“Mi principal conclusión de todo esto –después uno puede entrar en los detalles de los distintos instrumentos– es que se puede. La inflación es una variable que en Uruguay se puede controlar, porque el mito ese del 8% de la zona de confort estaba en que: ‘Bueno, no, en Uruguay no se puede bajar la inflación’. ¿Por qué no? ¿Por qué los países de la región pudieron y nosotros no? ¿En qué somos distintos? Lo principal es que se demostró que se puede”, destacó en ese mes Labat.
En una rueda de prensa tras asumir este lunes, Tolosa destacó que los niveles de inflación en Uruguay son “considerablemente más bajos” comparado a otros momentos de la historia. “En los últimos 20 años tuvimos una inflación de un solo dígito, que es un éxito para Uruguay dado que en las tres décadas anteriores habían sido inflaciones de dos y tres dígitos. Sin embargo, todavía es algo alta en la comparación internacional. Y cada punto, cada décima, vale para lograr nuestro objetivo de 4,5%”, señaló.

Tolosa también ratificó la línea del gobierno anterior en cuanto a la libre flotación del dólar. “El mercado va a seguir dictando lo que es el valor del tipo de cambio. La intervención ha sido una herramienta que se puede utilizar, el gobierno anterior la utilizó esporádicamente. Nosotros no nos amputamos la posibilidad de también –en circunstancias desordenadas del mercado– utilizar ese instrumento. Pero la operativa del tipo de cambio, en el día a día, va a seguir como ha sido hasta ahora: de fluctuación libre”, expresó.
La política monetaria del gobierno anterior ha sido cuestionada por el sector empresarial uruguayo, que se queja de problemas de “competitividad” generado –entre otros motivos– por el “atraso cambiario”. Los exportadores, por ejemplo, expresaron que la inflación se controló por el “ancla del dólar” y no por reformas impulsadas por el gobierno.
Consultado por este reclamo, Tolosa insistió en que el tipo de cambio en Uruguay es “libre” y el valor es fijado por los “actores del mercado”. “El Banco Central no incide en la determinación de su valor”, ratificó.