La relación comercial entre Colombia y Estados Unidos enfrenta un momento de reflexión profunda, marcado por cambios en las dinámicas globales y decisiones políticas que han puesto en evidencia la dependencia económica del país sudamericano respecto a su principal socio comercial. En este contexto, Bogotá enfrenta la necesidad de replantear su estrategia geopolítica y económica.
Según Bruce Mac Master, economista de la Universidad de los Andes y presidente de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi), la clave radica en tomar decisiones de política pública que permitan el desarrollo de sectores estratégicamente definidos y, a la vez, mantener una relación fluida con los actores globales más relevantes.
Mac Master señala, en un artículo publicado en el sitio del think tank CCLATAM, que la administración de Donald Trump, al igual que otras tensiones comerciales internacionales, ha acelerado el replanteamiento de los modelos económicos abiertos. Estados Unidos, por ejemplo, ha comenzado a exigir que las ventas en su mercado estén directamente vinculadas con la generación de empleo y riqueza en su propia economía, una posición que refleja un enfoque más proteccionista y un modelo de comercio que va más allá de la simple apertura.
Este cambio de paradigma es particularmente relevante para Colombia, cuyo comercio con los EEUU representa una parte significativa de su economía. Con exportaciones que alcanzan los 14.337 millones de dólares y una deuda externa de más de 200.000 millones de dólares, de la cual gran parte está vinculada a intereses provenientes de mercados estadounidenses, la relación bilateral es fundamental.
Sin embargo, Mac Master destaca que el gobierno colombiano ha comenzado a insinuar la posibilidad de diversificar sus relaciones, con un enfoque particular en China. “Mirar hacia el este”, como se mencionó en ciertos círculos oficiales, plantea la opción de sustituir en parte las relaciones con Estados Unidos por un acercamiento al régimen de Xi Jinping, particularmente con propuestas como la participación en la Ruta de la Seda.
Mac Master expone una serie de desafíos y contradicciones en esta posible alianza con el gigante asiático. Si bien las exportaciones colombianas a China suman 2.377 millones de dólares, principalmente en productos básicos como minerales y petróleo, las importaciones desde el gigante asiático ascienden a 15.936 millones de dólares. Además, la inversión extranjera directa de China en Colombia fue de apenas 115 millones de dólares, muy por debajo de los niveles de inversión provenientes de Estados Unidos.
El panorama no es más alentador en términos de desarrollo industrial. Colombia sigue sin contar con políticas públicas claras y efectivas para desarrollar sectores clave como la manufactura, los servicios industriales o el comercio internacional más diversificado. Esto se ve reflejado en la competencia desleal derivada del contrabando de productos chinos, como confecciones y electrodomésticos, que afectan gravemente las industrias colombianas. Sin una verdadera inversión en la industria nacional, es difícil prever que Colombia pueda competir de manera efectiva con China a nivel comercial.
Ante estos retos, Mac Master sugiere que Colombia debe tomar decisiones estratégicas claras respecto a su geoeconomía. La diversificación de mercados es una opción viable, pero también lo es el reforzamiento de relaciones con socios clave, definiendo claramente los términos de dichas alianzas. No se puede ser ingenuos, hay que reconocer que la geopolítica mundial exige posiciones claras, sostiene Mac Master.
La segunda gran decisión que enfrenta el país, según el análisis, es la necesidad urgente de políticas industriales que fomenten el desarrollo de sectores productivos específicos. Este es un aspecto esencial que sigue sin abordarse con la seriedad que requiere, especialmente cuando el actual gobierno no considera a la empresa privada ni a los emprendimientos como motores fundamentales del desarrollo económico.
La cuestión es clara: Colombia debe dejar atrás la incertidumbre y construir una estrategia sólida para enfrentar los desafíos de la geopolítica moderna. Ya es hora de tomar decisiones estratégicas en relación con los mercados internacionales, evaluando las posibilidades reales y los compromisos que se deben asumir. La geopolítica, como observa Mac Master, no solo exige reflexión, sino acción, y en ello radica la clave para asegurar el futuro del país en el escenario internacional.
La pregunta es, por tanto: ¿Cómo responderá Colombia ante este nuevo panorama global? La respuesta podría definir el rumbo de la nación en los años venideros.
“El error diplomático del 26 de enero”
El pasado 26 de enero, el presidente colombiano, Gustavo Petro, causó revuelo con su respuesta a las sanciones de su par estadounidense, Donald Trump: “Si conoce alguien terco, ese soy yo”, expresó el sudamericano.
En su análisis, Mac Master califica de “error diplomático” lo ocurrido ese día. “En el caso de Colombia, el error diplomático del 26 de enero no solo levantó muchas alarmas, sino que despertó la conciencia de la importancia que tiene para nosotros la relación comercial con EEUU“, destacó el analista.
Y lo ejemplificó con cifras: “Más de 14.337 millones de dólares en exportaciones, importaciones de 16.465 millones de dólares, la gran mayoría de ellas son materias primas para productos de la canasta familiar, inversión extranjera directa de 4.163 millones de dólares, una deuda externa de más de 200.000 millones de dólares, de la cual 113.000 millones de dólares son del sector público y 87.000 millones del privado, muchos de los cuales provienen de los mercados internacionales norteamericanos o de entidades multilaterales en las cuales EEUU tiene mayoría y poder de veto”.
La disputa entre Petro y Trump se desató cuando dos vuelos destinados a devolver a migrantes ilegales fueron rechazados en territorio colombiano, lo que generó una serie de tensiones entre ambos gobiernos.
Las sanciones anunciadas por Trump, que luego se levantaron, incluían medidas económicas y migratorias contra Colombia, y fueron difundidas a través de su cuenta en la red social Truth, donde calificó la negativa del país sudamericano como una amenaza a la seguridad nacional de Estados Unidos.
