
La copresidenta del régimen de Nicaragua, Rosario Murillo, celebró este martes que los nicaragüenses que se oponen y critican al Gobierno encabezado por su marido, Daniel Ortega, y han sido expulsados o les han prohibido el ingreso al país, o han huido alegando motivos de seguridad, anden “errantes por el mundo”.
“Y ahí andan errantes, errantes por el mundo, porque es eso lo que merecen”, enfatizó Murillo a través de medios oficiales en Managua.
“No tienen patria, no tienen carácter, no tienen cariño, no conocen el amor”, agregó la esposa de Ortega, que desde la semana pasada ha lanzado una serie de epítetos contra los nicaragüenses que se manifestaron contra su régimen en abril de 2018.
Según la copresidenta, una figura creada en una reciente reforma a la Constitución, “esa gente que atacó a mansalva nuestra Nicaragua consagrada, como engendros de William Walker (un filibustero estadounidense que intentó apoderarse de Centroamérica en la década de 1850), esa gente jamás volverá” al país.
Sostuvo que su Gobierno no permitirá que vuelva el odio, “porque quienes practicaron el odio contra la patria bendita y contra el pueblo nicaragüense jamás podrán volver” a Nicaragua, “no pasarán, no vendrán, no pudieron, no podrán”.
“¡Cuánta sangre santa fue derramada por el odio, por la ambición, por el egoísmo, por el terrorismo y por esa mentalidad de esclavos que tienen ellos!”, afirmó Murillo.

“No son nicaragüenses, gracias a Dios”
Según la dignataria, su régimen fue “atacado en el mes más crudo de la siembra” -en abril- y “los derrotamos”.
“Son fracasados y es lo que no soportan. ¡Cómo les duele, cómo les arde, cuando les recordamos sus fracasos, su derrota!”, anotó.
Asimismo, Murillo dijo que “los que nacieron traidores, los que son indignos, los que son cobardes, los que son vándalos, lacayos, esclavos de los imperialistas de la tierra, no son nicaragüenses, gracias a Dios”.
“Aquí vivimos con Cristo y en Cristo Jesús. Aquí no somos hijos del demonio, jamás. Aquí vivimos de verdad en amor a la patria bendita y en amor entre nosotros, hijos e hijas de nuestra Nicaragua bendecida siempre”, continuó.
“Somos patria, somos corazón, y seguimos venciendo porque luchamos contra la pobreza, sin esos estorbos, esos chingaste, de otros tiempos, esos que no volverán”, añadió.
Murillo dijo que seguirán “restregando” a sus opositores y críticos “que aquí no se vende ni se rinde nadie, que no pudieron ni podrán jamás con la valentía, con el heroísmo, con la historia, con la memoria, con la gloria de este pueblo nuestro que somos todos”.
“No somos traidores, otros, los que ya no están (en Nicaragua), gracias a Dios, son los indignos, son los cobardes, son los traidores, son los esclavos de los imperialistas de la tierra, y como decíamos: no son nicaragüenses gracias a Dios”, insistió.

Preparan “intensas celebraciones” en abril
La semana pasada, Murillo anunció “intensas celebraciones” en abril próximo, en el marco del séptimo aniversario de las manifestaciones antigubernamentales que estallaron en 2018 y que el Ejecutivo sandinista neutralizó a la fuerza.
En abril de 2018, miles de nicaragüenses salieron a las calles a protestar por unas controvertidas reformas a la seguridad social, que luego se convirtieron en una exigencia de renuncia de Ortega, en el poder desde 2007, tras responder con la fuerza.
Las protestas dejaron al menos 355 muertos, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), aunque organismos nicaragüenses elevan la cifra a 684, mientras que Ortega reconoce que fueron “más de 300” y mantiene que se trató de un intento de golpe de Estado.
Nicaragua atraviesa una crisis política y social desde abril de 2018, que se acentuó tras las controvertidas elecciones de noviembre de 2021, en las que Ortega fue reelegido para un quinto mandato -cuarto consecutivo-, con sus principales contendientes en prisión y a los que luego expulsó del país, y los privó de su nacionalidad y de sus derechos políticos tras acusarlos de “golpistas” y de “traición a la patria”.
Diversos países y organizaciones internacionales han acusado al Ejecutivo sandinista de violar los derechos humanos de la población en medio de esta crisis en la que, además de organizaciones, han sido cerrados por el régimen medios de comunicación e instituciones académicas.
(Con información de EFE)