
El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, firmó un decreto ejecutivo para ratificar el dólar como la única moneda de pago en el país, en respuesta a las recientes declaraciones de asambleístas del correísmo que reavivaron el debate sobre una posible moneda propia. La decisión de Noboa busca disipar cualquier incertidumbre generada por los comentarios de las asambleístas de la Revolución Ciudadana, Paola Cabezas y Gissela Garzón, quienes mencionaron la necesidad de una “dolarización a la ecuatoriana”.
El tema ganó relevancia después de que, en una entrevista en Ecuavisa, Cabezas y Garzón sugirieran desincentivar el uso de billetes físicos y fomentar las transacciones digitales como parte de una estrategia económica. Sus palabras causaron reacciones en redes sociales y en sectores económicos, lo que llevó a la candidata presidencial de la Revolución Ciudadana, Luisa González, a distanciarse de sus declaraciones. “Creo que se enredaron en un tema que, obviamente, no dominan, más allá de que son grandes compañeras. Las estimo mucho (...), pero son asambleístas y ellas han hablado desde su postura personal”, afirmó González en una entrevista con La Contra, la mañana del martes.

González enfatizó que, de llegar al poder, su gobierno no implementaría cambios en el sistema monetario. “La dolarización se sostiene, se defiende y se mejora”, aseguró. Sin embargo, la controversia ya estaba instalada, y el oficialismo no tardó en reaccionar. Noboa respondió con un decreto que ratifica la dolarización.
Un debate con antecedentes históricos
La dolarización en Ecuador fue implementada en enero del 2000, durante el gobierno de Jamil Mahuad, como una medida para contener la crisis económica derivada de la devaluación del Sucre y el colapso bancario de 1999.
La decisión generó un fuerte impacto en la economía y en la sociedad ecuatoriana, estabilizando la inflación y garantizando el acceso a una moneda fuerte, pero también limitando la capacidad del gobierno para manejar su propia política monetaria. Desde entonces, la dolarización ha sido defendida por amplios sectores políticos y económicos, aunque algunos actores minoritarios han cuestionado su sostenibilidad y su impacto en el desarrollo productivo del país.

Las declaraciones de Cabezas y Garzón no son un hecho aislado dentro del correísmo. La idea de una moneda propia ha sido abordada en varias ocasiones por figuras del movimiento. Según Vistazo, el expresidente Rafael Correa calificó la dolarización como “el más grande error de política económica de este país”, mientras que el excandidato presidencial Andrés Arauz propuso la creación de “ecuadoláres” como una alternativa para fortalecer la economía nacional.
Cabezas, en el programa Políticamente Correcto de Ecuavisa, mencionó que la dolarización debe adaptarse a las necesidades del país: “La dolarización no implica pensar en inglés, no. (Sino) a la ecuatoriana, hay que hacer una dolarización que se sujete a las necesidades productivas que tenemos nosotros”, afirmó. Esto generó una rápida reacción de los contertulios opositores, como el asambleísta Jorge Peñafiel, quien replicó: “Ecuadoláres entonces”.
En el mismo programa, Gissela Garzón destacó que en Ecuador ya existen monedas fraccionarias con personajes históricos, sugiriendo que el dinero electrónico podría desempeñar un papel similar. “Estás hablando de devaluar el dólar, de cambiarle el valor del dólar a través de los medios digitales, eso está clarísimo”, le respondió Peñafiel.
Impacto en la campaña electoral

El presidente Noboa aprovechó la controversia para reforzar su postura en defensa de la dolarización. “Fue asesor en Venezuela y siempre hubo un plan para desdolarizar a Ecuador. Ahí se puede ver cuál es la intención”, dijo en referencia a Diego Borja, binomio de Luisa González y exministro en el gobierno de Correa.
A medida que se acerca la segunda vuelta electoral, el tema de la dolarización se perfila como un punto central en el debate entre Noboa y González.