
A medida que se acerca la votación presidencial, el escenario electoral en Bolivia va tomando forma con el lanzamiento de campañas, declinaciones de candidaturas y pactos entre actores políticos. En la última semana, Vicente Cuéllar, uno de los precandidatos de la principal alianza opositora renunció a su intención de postular a la Presidencia y sumó su apoyo al empresario y ex candidato, Samuel Doria Medina.
En diciembre de 2024, cuatro actores de oposición firmaron un acuerdo de unidad para garantizar una candidatura única de la oposición y hacerle frente al Movimiento Al Socialismo (MAS), partido que está en el Gobierno desde 2005 con excepción de un año.
El bloque fue integrado inicialmente por los ex presidentes Carlos Mesa (2005-2006) y Jorge Quiroga (2001-2002), el gobernador suspendido Luis Fernando Camacho y el empresario Doria Medina. Posteriormente se sumaron el rector universitario Vicente Cuéllar y la ex ministra Amparo Ballivián, quienes manifestaron su intención de ser candidatos.
A pesar del acuerdo, algunos de los miembros de la alianza continuaron haciendo actos proselitistas de manera individual y sellando alianzas regionales, por lo que muchos analistas consideran que será difícil lograr consensos para elegir a un solo postulante. A pesar de sus campañas personales, los integrantes del bloque han anunciado que harán una encuesta para definir al “candidato único” que los represente.

En elecciones anteriores, la división de la oposición permitió que el MAS no solo ganara la votación en primera vuelta sino también obtuviera dos tercios en el Legislativo. “No creo que se llegue a la candidatura única, si no hubo cuando es el MAS estaba en su clímax de popularidad, es más difícil ahora que el MAS está en franco deterioro e implosión”, manifestó en diálogo con Infobae, la analista y ex diputada Erika Brockmann .
Luego de la firma del acuerdo de unidad, Mesa también renunció a disputar la candidatura por lo que quedan en carrera Quiroga, Doria Medina, Camacho y Ballivián. Esta representación de la oposición no es la única porque también se anunciaron otras candidaturas fuera del bloque como la del alcalde Manfred Reyes Villa y el pastor evangélico Chi Hyung Chung.
Las elecciones están previstas para el 17 de agosto y según el calendario electoral, los binomios que participen en la contienda tienen que registrarse en mayo.
Fragmentación en ambos polos
La oposición está dividida desde que el MAS llegó al poder, pero en estas elecciones la novedad es la fragmentación en el bloque oficialista que se hizo irreversible tras la salida de Evo Morales del partido que lideró durante más de 25 años.

El presidente Luis Arce está distanciado de su antiguo jefe y mentor desde el año 2021, primero por diferencias sobre el rumbo del Gobierno que luego derivaron en una disputa por el control del partido y la candidatura de 2025. En noviembre de 2024, dos controvertidos fallos del Tribunal Constitucional vetaron a Morales la posibilidad de reelegirse y le quitaron la jefatura del MAS, al reconocer la elección de un aliado de Arce como nuevo presidente del partido.
En ese marco, Morales selló recientemente una alianza con el Frente Para la Victoria, un partido familiar con poca militancia que tiene un pasado corto pero envuelto en polémica por denuncias de cobros a sus candidatos y plagio de programas de Gobierno. Aunque el líder cocalero tiene impedimentos legales para postular a la Presidencia, insiste en forzar su registro y llevar a sus seguidores hacia un nuevo proyecto político tras lo que considera el “robo” de su histórica sigla.
“Vivimos una polarización fragmentada en los polos”, explicó Brockmann al señalar que por primera vez la división no solo está en la oposición sino también en el partido que hasta hace poco era hegemónico. Más allá de cómo se acomoden las fichas electorales, los analistas tienen un certeza: un resultado electoral ultrafragmentado que obligará al siguiente gobernante a negociar y pactar con las otras fuerzas, una práctica que tras los triunfos rotundos del MAS dejó de existir.