
Entre el 26 de enero y el 3 de marzo, cerca de 120 personas han muerto en accidentes de tránsito en Bolivia, cuando viajaban en buses del transporte público interdepartamental. Según las investigaciones, en tres de los accidentes hubo faltas humanas que se pudieron evitar y en al menos dos fallaron los controles estatales.
El 26 de enero, cuando un bus de la empresa Panamericana se embarrancó en una carretera de Potosí y causó la muerte de 19 personas, se evidenciaron fallas operativas: el conductor era un joven de 24 años que no tenía licencia para conducir ese tipo de vehículos y la lista de pasajeros estaba mal llenada.
Semanas más tarde, el 1 de marzo, en pleno feriado de Carnaval, dos buses -de las empresas Flecha Bus y Emanuel- colisionaron cerca de la localidad de Uyuni, en Potosí, dejando un saldo de 37 personas fallecidas. El chofer de la empresa Emanuel dio positivo a la prueba de alcoholemia y murió horas más tarde en el hospital.
A estos dos accidentes se suman otros dos fortuitos en los que en uno se estableció exceso de velocidad y falta de pericia del conductor. Adicionalmente, en el último mes se difundieron videos en redes sociales en los que se ve a pasajeros de autobuses que obligan a los conductores a bajar al detectar que se encuentran en estado de ebriedad. No son situaciones aisladas en Bolivia.

Ante estas irregularidades, Gabriel Castillo, el jefe de la Unidad de Transportes de la Autoridad de Regulación de Telecomunicaciones y Transporte (ATT), explicó que en las terminales de salida realizan tres controles: alcoholemia de los choferes, verificación de licencia y la tarjeta de operación vigente. Sin embargo, una vez que los buses parten, las revisiones corresponden a la Policía caminera.
“Realizamos controles en terminal de origen pero en el camino encuentran la manera de sobrepasar los controles de la Policía”, explicó Castillo en entrevista con Infobae. El funcionario admitió que existen dificultades logísticas por la cantidad de buses, el tamaño de las terminales, los horarios de trabajo y la cantidad de agentes de la ATT que se necesitan pero dijo que están cumpliendo con verificar todas las unidades en la puerta de salida de las terminales terrestres.
El problema de los accidentes de tránsito excede los controles rutinarios. Choferes denuncian que cumplen horarios de trabajo extenuantes, sin descanso y muchas veces sin un conductor de relevo. De igual forma, el estado de algunas carreteras, principalmente en el área andina del país, influye en la recurrencia de estos hechos.
Las autoridades, fuera de las acostumbradas condolencias a los familiares de las víctimas y de pedir que se investiguen las causas, no se han referido a los problemas estructurales que provocan estos hechos ni a las medidas que deben asumir para evitarlos.
Cuando los accidentes ocurren, inicia un proceso burocrático de investigación penal y otro administrativo que básicamente incluye una multa que pasa al Tesoro General del Estado y la suspensión de la empresa operadora por unos días. Consultado sobre acciones adicionales a las sanciones para evitar que esto siga ocurriendo, Castillo explicó que durante la suspensión se hace una fiscalización a detalle de la empresa, de los buses y se realiza un proceso de capacitación a los choferes y otros trabajadores.

“Estamos trabajando en endurecer las sanciones para las empresas infractoras para que tengan el escarmiento correspondiente”, agregó.
Cuatro accidentes, cinco semanas, 118 muertos
26 de enero. Un bus que llevaba 27 pasajeros se volcó en una carretera de Potosí, a 65 kilómetros del municipio de Uyuni. El vehículo giró y se deslizó varios metros fuera de la vía. El saldo fue de 19 fallecidos.
Las investigaciones revelaron que el conductor tenía 24 años y una licencia de conducir que no era de la categoría indicada para el transporte interdepartamental. De igual forma, la ATT indicó que la lista de pasajeros estaba mal llenada y que habían más ocupantes que los que estaban registrados.
17 de febrero. El accidente de un autobús en la localidad de Yocalla, en Potosí, dejó 31 muertos y 15 heridos. El bus cayó unos 800 metros en una carretera angosta de doble sentido entre Potosí y Oruro.

1 de marzo. Dos buses cargados de pasajeros colisionaron en el municipio de Uyuni en la víspera del domingo de Carnaval y 37 personas perdieron la vida. El chofer de uno de los buses, de la empresa Emanuel, dio positivo a la alcoholemia y falleció horas después del accidente.
Lunes 3 de marzo. El hecho ocurrió en la madrugada en el municipio de Yocalla, en el departamento de Oruro. Una vagoneta impactó contra un bus de pasajeros de la empresa Challapata, provocando que este segundo se embarranque entre cerca de 800 metros. El accidente provocó 31 muertos.