
El periodista ecuatoriano Patricio Aguilar, director del periódico El Libertador, fue asesinado a tiros este martes en la provincia de Esmeraldas, fronteriza con Colombia, según informó la Fundación Andina para la Observación y Estudio de Medios (Fundamedios).
El crimen ocurrió en una vivienda en el barrio Fundo Limón, en el municipio de Quinindé, mientras Aguilar acudía a cubrir un hecho noticioso. De acuerdo con información del diario Lucero, de Esmeraldas, el periodista recibió más de diez disparos, lo que evidencia la brutalidad del ataque.
Aguilar tenía una amplia trayectoria en el periodismo ecuatoriano. Además de dirigir El Libertador, un periódico comunitario de Quinindé, se desempeñó como corresponsal en medios impresos de Guayaquil, ciudad que en los últimos años ha sido epicentro de la violencia en el país.
El asesinato del periodista ocurre en un contexto de creciente inseguridad en Ecuador, un país sumido en una ola de violencia sin precedentes. La provincia de Esmeraldas, donde ocurrió el crimen, es una de las más afectadas por la actividad de grupos criminales, que han intensificado sus operaciones en la zona debido a su ubicación estratégica para el narcotráfico y otras actividades ilícitas.
El presidente Daniel Noboa, quien asumió el poder en noviembre de 2023, declaró en enero de 2024 un conflicto armado interno contra las bandas criminales y ha impuesto una serie de estados de excepción para frenar la delincuencia. Sin embargo, la crisis de seguridad persiste, y la violencia ha seguido escalando, incluso en regiones bajo vigilancia militar.
Este lunes, Noboa amplió por un mes más el estado de excepción en varias provincias con altos índices de criminalidad, incluyendo Guayas, Los Ríos, Manabí, Orellana, Santa Elena, El Oro y Sucumbíos, así como en el Distrito Metropolitano de Quito y el cantón Camilo Ponce Enríquez, en la provincia de Azuay.
A pesar de estas medidas, la violencia no ha cesado. Horas antes del asesinato de Aguilar, cuatro presuntos miembros de una banda criminal fueron ejecutados en una cancha de fútbol en Guayaquil, lo que refleja el nivel de impunidad con el que operan estos grupos.
En su decreto más reciente, Noboa insistió en que el objetivo del estado de excepción es garantizar el orden público, la paz social y la convivencia pacífica. No obstante, las cifras oficiales reflejan un panorama alarmante.
El inicio del 2025 ha sido el más violento registrado en la historia de Ecuador. Según datos del Ministerio del Interior, en enero se reportaron 781 homicidios, un aumento significativo en comparación con los 505 del mismo mes en 2024 y los 534 de 2023, año en el que el país alcanzó la tasa más alta de muertes violentas en Latinoamérica. Antes de 2022, el número de homicidios en enero no superaba los 150, lo que muestra la drástica escalada del crimen en los últimos años.
El asesinato de Aguilar se produce en un contexto en el que la violencia ha alcanzado niveles históricos y en un momento clave para el futuro político del país. El presidente Daniel Noboa, quien busca la reelección en la segunda vuelta electoral del 13 de abril, se enfrentará a Luisa González, candidata del movimiento Revolución Ciudadana, liderado por el expresidente Rafael Correa (2007-2017). La seguridad y la lucha contra el crimen organizado son temas centrales en la contienda electoral, ya que la ciudadanía vive con temor debido a la creciente inseguridad.

El 2023 cerró como el año más violento en la historia del país, con picos de hasta 800 homicidios mensuales en diciembre. La situación pareció mejorar momentáneamente en enero de 2024, cuando la cifra bajó a 505 homicidios tras la declaración del conflicto armado interno.
Sin embargo, a lo largo de los meses, los asesinatos volvieron a aumentar, superando los 600 en junio y los 700 en diciembre, a pesar de las medidas de excepción impuestas por el gobierno.
Noboa ha recurrido a las Fuerzas Armadas para contener la violencia, ordenando la militarización de cárceles y el despliegue de operativos en regiones afectadas por el crimen organizado. Aun así, la capacidad de los grupos delictivos para seguir operando y ejecutar ataques como el asesinato de Aguilar demuestra los desafíos que enfrenta el país en su lucha por recuperar la seguridad.
(Con información de EFE)