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El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, rechazó las acusaciones derivadas de la filtración de documentos sobre la compra de chalecos antibalas para las Fuerzas Armadas, asegurando que estas revelaciones buscan desestabilizar su gobierno.
“A quienes intentan debilitarnos con filtraciones malintencionadas, a quienes desde la comodidad de una oficina buscan humillarnos y exponernos, les decimos: han fallado. No lograrán quebrar la moral de nuestras fuerzas”, dijo Noboa durante la ceremonia por los 196 años de la Batalla de Tarqui en la Escuela Superior Militar Eloy Alfaro.
El escándalo sobre la adquisición de chalecos y cascos balísticos para el personal militar se desató tras la divulgación de documentos internos del Ministerio de Defensa. Infobae logró acceder a los documentos que revelaban presuntas irregularidades en el proceso de contratación. Entre los documentos filtrados se detalla que la empresa High-End Defense Solutions LLC, encargada del suministro de los chalecos y cascos, tenía antecedentes de incumplimiento contractual con la Policía Nacional.
El gobierno, a través del Ministerio de Defensa, respondió con firmeza a las denuncias y presentó pruebas balísticas que, según sus autoridades, demuestran la calidad del equipamiento adquirido. En una demostración realizada en un polígono de tiro y encabezada por el ministro de Defensa, Gian Carlo Loffredo, se exhibió la resistencia de los chalecos, que lograron detener la penetración de balas de alto calibre entre la segunda y la cuarta capa, lo que según el gobierno “supera los estándares de seguridad”.
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Durante la inspección, Loffredo desestimó los informes que cuestionaban la efectividad de los chalecos y atribuyó las acusaciones a grupos con intereses políticos y económicos que buscan debilitar a las Fuerzas Armadas. “Es gente que quiere disminuir la capacidad de FF.AA. Estas mafias con intereses políticos y delincuenciales quieren debilitar al Ministerio de Defensa en los operativos que están realizando en territorio”, declaró.
Los documentos filtrados indicaban que el proceso de contratación estuvo marcado por una serie de irregularidades, incluyendo la falta de pruebas balísticas en fábrica y la omisión de criterios técnicos fundamentales en la evaluación del material. El informe interno de las Fuerzas Armadas alertaba sobre fallos en la certificación de los chalecos y cuestionaba la idoneidad de High-End Defense Solutions LLC, cuyos representantes fueron registrados como contratistas incumplidos en el Servicio Nacional de Contratación Pública (SERCOP).
Sin embargo, el gobierno defendió la transparencia del proceso y destacó que la empresa adjudicada había sido evaluada por una comisión técnica compuesta por representantes de las tres ramas de las Fuerzas Armadas. Además, se realizaron pruebas en laboratorios en Estados Unidos, supervisadas por el Departamento de Justicia de ese país y respaldadas por certificaciones del National Institute of Justice (NIJ), aseguró Loffredo.
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El Ministerio de Defensa también desmintió las acusaciones de sobreprecio en la compra, afirmando que el presupuesto referencial inicial era de USD 39 millones, pero que la contratación se cerró en USD 34 millones, lo que, según Loffredo, demuestra una gestión eficiente del gasto público.
Noboa, en su discurso ante las Fuerzas Armadas, enmarcó estas acusaciones dentro de un intento de socavar los esfuerzos del gobierno en su lucha contra el crimen organizado y la corrupción. “No vamos a ceder ni un territorio a la criminalidad; queremos una vida de paz, de trabajo y de desarrollo. Esa es nuestra misión y nadie va a detenernos”, afirmó el mandatario.
El caso de los chalecos balísticos se suma a una serie de controversias en un contexto de creciente militarización y confrontación con el narcotráfico y el crimen organizado. La filtración sucede en medio de las acciones política de cara al balotaje de abril de 2025 donde se enfrentará Noboa contra la correísta Luisa González.