Un hallazgo uruguayo sobre los amiloides da nuevas opciones para el tratamiento del cáncer de vejiga

El descubrimiento permite el desarrollo de métodos de detección precoz, algo que sería fundamental porque actualmente no existe esa posibilidad

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Célula cancerígena en un microscopio
Célula cancerígena en un microscopio (Adobe Stock)

El investigador Diego Alem trabajaba en un estudio sobre compuestos naturales con actividad antitumoral. Durante el desarrollo de la investigación, él, junto a su equipo, encontraron una molécula que tenía el potencial de eliminar células cancerígenas en cultivo. Lo que más sorprendió a los investigadores es que la clave estaba en los amiloides, una proteína anormal que se acumula en los tejidos y daña las células cercanas.

El estudio de los investigadores uruguayos revela una conexión entre esta proteína –que está asociada a enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson– y el cáncer, en particular el cáncer de vejiga. Las conclusiones de este trabajo fueron informadas este jueves por el diario uruguayo El País.

En el hallazgo participaron investigadores del Instituto Clemente Estable, en colaboración con la Universidad de la República y el Institut Pasteur de Montevideo.

El Institut Pasteur de Montevideo
El Institut Pasteur de Montevideo (Presidencia Uruguay)

Originalmente el estudio se publicó en la revista Scientific Reports. La conexión entre los amiloides y el cáncer tiene el potencial de transformar estrategias de diagnóstico y el tratamiento de los tumores de vejiga.

La clave del estudio es que revela que esta proteína anormal desempeña un papel muy diferente en el cáncer si se lo compara con su rol en las enfermedades como el Párkinson, en las que se la considera responsable de la degeneración.

Lo que más sorprendió a los investigadores es la rapidez con la que los amiloides eliminan las células cancerígenas en cultivo. Este hallazgo obligó a los investigadores a replantearse todo lo que se sabía sobre esta proteína.

Vista de un microscopio en
Vista de un microscopio en un laboratorio, en una fotografía de archivo. EFE/Raúl Martínez

“Al principio, lo que sabíamos sobre los amiloides en enfermedades neurodegenerativas nos decía que eran ‘los malos’. Pero, en el cáncer, los amiloides parecen hacer que las células tumorales sean inmortales, lo que da una ventaja a las células cancerígenas. Sin embargo, cuando se desarman, esas células se mueren”, explicó a El País la investigadora del Departamento de Genética del Instituto Clemente Estable.

Los amiloides, entonces, en lugar de ser los “malos” de la película tienen una función diferente. Ante estos resultados, los investigadores proponen una hipótesis diferente. La llaman “hipótesis chupetín”: el problema no es que las proteínas se pliegan en forma de amiloides sino que estos agregados inducen a otras proteínas importantes para el mantenimiento celular a unirse a ellos, volviéndolas inactivas. Estas proteínas, al atraparse en los amiloides, dejan de ejercer su función normal y favorecen la proliferación descontrolada de células cancerígenas.

Esto es particularmente relevante en el cáncer de vejiga. “En los cánceres más malignos, hemos observado que los amiloides están presentes en mayor cantidad”, dijo Canclini.

En general, el cáncer de
En general, el cáncer de vejiga se diagnostica en etapas avanzadas, lo que complica su tratamiento. Crédito: Freepik

El descubrimiento permite abrir nuevas oportunidades para este cáncer, en especial para su tratamiento y diagnóstico. Permitiría, por ejemplo, saber cuál es el estadío de la enfermedad, dado que cuanto más avanzada está, más amiloides se encuentran en las células tumorales.

Esto podría permitir desarrollar métodos de detección precoz. Los investigadores consideran que esto sería fundamental dado que actualmente no existe un sistema de detección temprana del cáncer de vejiga, a diferencia de otros tipos (como el de mama o próstata).

Otros resultados de la investigación mostraron que, al desarmar los amiloides, las células cancerígenas que están en cultivo morirían. Y este enfoque permitiría ser la base de futuras terapias dirigidas, en especial para pacientes que se encuentran en etapas avanzadas de la enfermedad, señala el texto.

“El cáncer es una enfermedad devastadora, y todos tenemos a alguien querido que lo ha sufrido. Este descubrimiento podría ser un paso importante en la búsqueda de nuevos métodos de diagnóstico y tratamiento”, destacó Canclini.

En Uruguay, el cáncer de vejiga es el quinto más común. En general, se diagnostica en etapas avanzadas, lo que complica su tratamiento.

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