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Para María Elena Veiga, que reside cerca de La Habana, el fuego del carbón es lo habitual para cocinar debido a los apagones generados por el colapso de la red eléctrica de Cuba.
“Hemos optado por cocinar con carbón, que es lo que podemos hacer, porque de lo contrario vamos a pasar mucho trabajo para poder comer”, dijo Veiga, una ama de casa de 60 años.
Gran parte de los cubanos amanece sin luz y se va a dormir a oscuras, por lo que el uso de los electrodomésticos se parece cada día más a una utopía.
“El día aquí es pésimo”, dijo Veiga en su casa de San Nicolás de Bari, a unos 60 kilómetros al noroeste de La Habana. “No hay corriente y el gas está escaso”.
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La disponibilidad de energía ha sido de las más bajas en las últimas semanas en la isla y pocas centrales eléctricas de petróleo se mantienen en funcionamiento, según el régimen de Miguel Díaz-Canel.
En tanto, una grave escasez de combustible hace casi imposible el funcionamiento de grupos más pequeños de generadores diesel que apoyan al sistema nacional.
La crisis energética ha provocado apagones de más de 20 horas diarias, principalmente en pueblos alejados de la capital. A fines del año pasado varios colapsos de la red dejaron a oscuras al país, de unos 10 millones de habitantes.
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“La luz malísima, el día entero a veces sin corriente”, dijo Mirella Martínez, de 72 años, mientras cocinaba y movía ligeramente una olla de frijoles encima de un pequeño horno de carbón.
El régimen cubano ordenó la semana pasada el cierre durante dos días de las escuelas y pidió a los trabajadores no esenciales quedarse en sus casas para disminuir el consumo eléctrico.
Cuba ha culpado al embargo comercial de Estados Unidos por los problemas para mantener su red eléctrica, adquirir combustible y piezas de recambio para sus obsoletas termoeléctricas.
Apagones simultáneos este miércoles
Cerca del 53% de Cuba sufrirá apagones simultáneos durante el horario de mayor consumo en la tarde-noche de este miércoles, según las previsiones de la empresa estatal Unión Eléctrica (UNE).
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Cuba registró la semana pasada la mayor tasa de déficit en lo que va de 2025 y en al menos los últimos dos años con el 57% del país a oscuras a la misma vez, acorde con los reportes diarios de la UNE.
La UNE, perteneciente al Ministerio de Energía y Minas, calcula para la jornada una capacidad máxima de generación eléctrica de 1.590 megavatios (MW) en el horario ‘pico’, en la tarde-noche, para una demanda que prevé que alcance los 3.200 MW.
El déficit -la diferencia entre oferta y demanda- será de 1.610 MW y la afectación real -los circuitos que se desconectarán preventivamente para evitar un apagón desordenado- alcanzará los 1.680 MW en el momento de mayor consumo.
La UNE informó sobre averías y mantenimientos en ocho de las 20 unidades de producción termoeléctrica (distribuidas en siete centrales). Además, 72 centrales de generación distribuida y una central flotante (patana) están fuera de servicio por falta de combustible (fueloil y diésel).
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Las principales causas de los frecuentes apagones son las averías habituales en las obsoletas centrales termoeléctricas terrestres y la falta de combustible, según el régimen cubano.
Expertos independientes explican que la crisis energética se debe a una infrafinanciación crónica de este sector, completamente en manos del Estado cubano desde el triunfo de la revolución en 1959.
Las centrales termoeléctricas están obsoletas, tras décadas de explotación y déficit de inversiones; y la paralización de otras infraestructuras está ligada a la falta de fueloil y diésel, porque el Estado no tiene divisa para importarlos.
Según diversos cálculos independientes, el régimen cubano precisaría entre 8.000 y 10.000 millones de dólares para reflotar el Sistema Eléctrico Nacional, una inversión fuera de su alcance. Y cualquier solución sería posible tan sólo a largo plazo.
Los frecuentes apagones lastran la economía cubana, que se contrajo un 1,9% en 2023 y no creció el año pasado, según estimaciones del propio régimen. De acuerdo a esas cifras, el PIB de la isla sigue por debajo de los niveles de 2019 y no lo superará este 2025, para el que el Ejecutivo prevé un avance del 1%.
(Con información de EFE y Reuters)