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La madrugada del 16 de diciembre de 2024, la Policía Nacional del Ecuador ejecutó un nuevo golpe al narcotráfico con la incautación de 3.309 bloques de cocaína en un puerto de Guayaquil. La operación, denominada “Poseidón LXI”, fue ejecutada por la Dirección Nacional de Investigación Antidrogas (DNIA) y permitió la aprehensión de tres personas con fines investigativos.
El hallazgo se produjo durante una inspección rutinaria a un contenedor de exportación con destino a Alemania, cuando los canes detectores de drogas alertaron sobre la presencia de sustancias ilícitas. Tras un registro minucioso, se descubrió que los paquetes rectangulares escondidos entre la carga contenían un total de 3.2 toneladas de cocaína, lo que equivale a más de 32 millones de dosis. Los detenidos fueron identificados como Isidro P. P., Iván C. M. —quien ya registraba antecedentes por tenencia y porte de armas— y Javier G. P. De acuerdo con la Policía, la droga incautada habría alcanzado un valor de USD 130 millones en Europa.
La incautación confirma la creciente importancia de Ecuador en la cadena global del narcotráfico. Según la Evaluación del Narcotráfico en Ecuador, elaborada con apoyo de la Fundación Panamericana para el Desarrollo (PADF) y publicada en el 2023, el país ha pasado de ser una zona de tránsito a convertirse en una plataforma prioritaria para el almacenamiento y envío de drogas hacia mercados internacionales. Su ubicación geográfica, colindante con Colombia y Perú —principales productores de cocaína en el mundo—, facilita el ingreso de grandes cargamentos de droga que posteriormente son enviados desde los puertos de Guayaquil y otras zonas costeras.
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El informe también destaca que la dolarización y la baja bancarización del país han permitido que las transacciones ilícitas y el lavado de dinero sean más fluidos, mientras que la infraestructura vial facilita el transporte de sustancias ilícitas entre las fronteras norte y sur en menos de 12 horas. Además, la permeabilidad de los controles en los terminales portuarios ha hecho que el tráfico marítimo sea una de las principales modalidades de exportación de droga, junto con las rutas terrestres y aéreas.
Ecuador en la ruta clave del narco
En los últimos años, las organizaciones criminales transnacionales han fortalecido sus operaciones en Ecuador mediante alianzas estratégicas con bandas locales, a quienes suministran armas de fuego y dinero a cambio de apoyo logístico en el transporte y almacenamiento de droga. Esta relación ha incrementado la violencia criminal en el país, al punto de que en 2022 la tasa de homicidios alcanzó los 25,9 por cada 100.000 habitantes, una de las cifras más altas en la historia de Ecuador.
Las incautaciones de droga han crecido de manera significativa en los últimos años. Entre 2019 y 2022, la DNIA reportó la confiscación de 619 toneladas de sustancias sujetas a fiscalización, de las cuales el 87% estaban destinadas al tráfico internacional. En 2022, Ecuador fue el tercer país del mundo en incautación de drogas, lo que refleja el rol estratégico que ha adquirido en la cadena del narcotráfico global.

El aumento de los decomisos también está vinculado al incremento de la producción de cocaína en Colombia, que pasó de 143.000 hectáreas de cultivos de hoja de coca en 2020 a 204.000 hectáreas en 2021. La sobreoferta ha generado una mayor presión para la exportación de cocaína, lo que ha llevado a los narcotraficantes a diversificar sus rutas y a consolidar su presencia en Ecuador.
Además del tráfico marítimo a través de los puertos de Guayaquil, se han identificado otros métodos de transporte, como lanchas rápidas tipo go-fast y el uso de semisumergibles para el envío de droga a Centroamérica y Estados Unidos. Entre 2019 y 2022, la Policía detectó al menos cinco semisumergibles en las provincias de Esmeraldas, Guayas y El Oro, utilizados para el transporte de cocaína hacia el mercado estadounidense. También se ha identificado el uso de avionetas con estructuras modificadas para extender su autonomía de vuelo hasta siete horas y realizar envíos clandestinos de droga y armas.
La modalidad de contaminación de contenedores sigue siendo una de las preferidas por los narcotraficantes. En 2022, los principales destinos de la cocaína ecuatoriana fueron Bélgica, los Países Bajos, España, Suecia y México, evidenciando una creciente tendencia de envíos hacia Europa.