![El presidente de Bolivia Luis](https://www.infobae.com/resizer/v2/WRAQUYPIRIKI5M67ZQYZI7QO6Y.jpg?auth=f1d6cd4be9a7e04c87c1d82e5b817c43ae2f8f1b787bb206dc38a2e646342bb6&smart=true&width=350&height=233&quality=85)
La puja por la candidatura del Movimiento Al Socialismo (MAS) para las elecciones de 2025 en Bolivia parece estar llegando a su fin. Luego de que un aliado del presidente Luis Arce tomara el control del partido en reemplazo de Evo Morales a través de un controvertido fallo judicial, sus seguidores han manifestado que lo proclamarán candidato para las elecciones presidenciales del 17 agosto.
Arce no ha confirmado que postulará a las elecciones generales previstas para agosto y en su entorno más próximo son cautos cuando tienen que referirse al tema, pero en la segunda línea de la militancia lo dan por hecho.
“Está nuestro presidente como firme candidato para el 2025-2030, quien lo va proclamar es el presidente del MAS, Grover García”, informó el dirigente Alpacino Mojica al canal Unitel. De igual forma 60 alcaldes del departamento de La Paz y el representante de la Regional Urbana del MAS en Santa Cruz anunciaron que apoyan su proclamación “para que continúe con la política acertada hacia una Bolivia industrializada”.
Sin embargo, la vicepresidenta del MAS, Julia Ramos, aclaró en entrevista con Infobae que la candidatura aún no está confirmada y que las organizaciones sociales que componen el partido pueden “proclamar” a quien quieran, pero que la decisión final se tomará en un encuentro nacional. “No vamos a permitir que sea dedazo, se va elegir desde las bases” manifestó.
![El presidente boliviano acompañó al](https://www.infobae.com/resizer/v2/6AXPPM6QLYXXJMUC4C3GUCXRVY.jpg?auth=af3abaf35de99a462f87e49e867fffa607154462370d2844b62de891caecba9f&smart=true&width=350&height=233&quality=85)
Curiosamente, estos anuncios y proclamaciones se dan en las horas más bajas del presidente Luis Arce. Desde inicios de 2023, cuando la crisis económica se empezó a sentir en las calles, su popularidad y la aprobación de su Gobierno no ha hecho más que ir en picada. En las últimas encuestas electorales que han circulado, Arce está incluso por debajo del margen de error: ronda el 2% de la intención de voto.
Buscar la reelección es una práctica habitual y legal en Bolivia, limitada a dos periodos consecutivos, pero no exenta de polémica y por la que los actores políticos se arriesgan a pagar un alto costo. Morales cayó por haber burlado los límites constitucionales para perpetuarse en el poder y la aprobación de Jeanine Añez se desplomó cuando a los dos meses de haber llegado a la Presidencia, anunció su candidatura.
Parece una contradicción pero en el país de larga tradición caudillista, hay una corriente cada vez más grande que exige alternancia y la renovación en los cuadros políticos. Adicionalmente, las encuestas muestran una pulsión fuerte de cambio motivada principalmente por superar las dificultades financieras.
En ese contexto, los analistas no auguran un futuro político prominente al actual mandatario si no logra recomponer las cuentas del país. El presidente y ex ministro de Economía pasó de ser considerado el autor del “milagro económico” que atravesó Bolivia durante más de diez años, gracias al boom de la industria petrolera, a ser el rostro de la crisis financiera que los bolivianos están enfrentando. Pasó del 55% de los votos al 2% de aprobación según las encuestas.
![Una de las últimas encuestas](https://www.infobae.com/resizer/v2/SWPK6OIEJ5GZZJA44UJ7Z65DBM.jpg?auth=7948bad4ab8e21bf28c9c18329cda2d18afa3445bdf9b86f94bc023e918e013c&smart=true&width=350&height=263&quality=85)
“(Arce) no tiene posibilidades si la economía se va en picada, es su marca, lo hace su perfil. Hoy no tiene ninguna chance electoral si no es capaz de repuntar la economía. Si pasa algo con la economía, sí tiene posibilidades de reelegirse porque el escenario político al frente está debilitado”, explicó anteriormente el analista Carlos Saavedra.
Al presidente le quedan seis meses para levantar la el perfil del candidato en un contexto adverso: una inflación en alza, créditos retenidos en el parlamento y un laberinto económico del que no encuentra salida.