La carta de la hermana de uno de los estafadores de los fondos ganaderos en Uruguay: “Fue un jodedor”

El empresario Gustavo Basso murió en un accidente de tránsito el 28 de noviembre, días antes de que se supiera que la firma tenía números rojos por 250 millones de dólares

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Gustavo Basso, director fallecido de
Gustavo Basso, director fallecido de Conexión Ganadera (captura Valor Agregado)

El empresario Gustavo Basso iba casi todos los días a la iglesia de Florida (a 100 kilómetros de Montevideo) a recibir la eucaristía. A una cuadra tenía su escritorio rural y la oficina de Conexión Ganadera, un fondo ganadero que se dedicaba a captar pequeños, medianos y grandes inversores para comprar ganado. A cambio, pagaba una renta fija de al menos un 7%. Era una persona que transmitía “confianza”, como definió el párroco de la Catedral de Florida, César Buitrago.

Basso murió en un accidente de tránsito el 28 de noviembre. Después de su fallecimiento, se supo la crisis que atravesaba la empresa: el dinero de los más de 4.000 ahorristas se había esfumado. A las pocas semanas se conoció que la empresa tenía un pasivo de USD 400 millones y un activo de USD 150 millones: el déficit patrimonial era de 250 millones de dólares.

Miles de inversores decidieron denunciar esta situación ante la Justicia y entre los afectados está la Iglesia Católica.

El mensaje que Bettina Basso
El mensaje que Bettina Basso envió a un grupo religioso hablando de su hermano (Captura Eduardo Preve)

La hermana de Gustavo Basso, Bettina Basso, envió por WhatsApp una carta a un grupo religioso en el que lamentó que su familia esté “llorando a un desconocido”, según el texto consignado por El Observador. La mujer comienza diciendo que se siente en una “película de terror”. “La desilusión, la rabia y la vergüenza ajena, desplazaron el duelo que estábamos transitando. Es desgarrador descubrir que estabas llorando a un desconocido”, dice el texto.

Quienes me conocen saben que no tengo ningún empacho en decir abiertamente y con el mayor dolor: mi hermano fue un jodedor. Agregando que por cierto no fue lo que nos enseñaron nuestros padres”, expresó.

Basso agregó que la familia se está “comiendo un garrón” que “mancha” su vida y su nombre por “culpa de un mentiroso estafador”, expresa sobre su hermano.

Las oficinas Conexión Ganadera en
Las oficinas Conexión Ganadera en el departamento de Florida (Google Maps)

Quienes me conocen de siempre, saben que trabajo desde los 14 años, cuál es mi estilo de vida y mi forma de pensar y actuar”, señaló Bettina Basso. Y cerró pidiendo que el “espíritu santo” le de fuerza a una familia que la está necesitando.

A fines de enero, después de que se conociera la caída de la empresa, el socio de Gustavo Basso, Pablo Carrasco, apareció en un streaming para los inversores.

Carrasco comenzó diciendo que quería “poner la cara” y aclaró que no se iría a “ningún lado”, esto en medio de rumores que indicaban que no estaba en el país. El empresario reconoció “negligencia” y “omisión”, y contó que con su socio tenían un “acuerdo tácito”: “Yo era el hombre de terreno (…); él tenía una habilidad comercial indiscutible y el manejo de las finanzas, al punto que a mí no me interesaba demasiado”.

En la reunión virtual también habló el contador Ricardo Giovio, especialista en “estrés financiero”. Él informó que el déficit patrimonial de la empresa es de cerca de USD 230 millones. “No esperen una presentación comercial ni un mensaje esperanzador, más allá de lo que se puede recuperar”, dijo. El experto aseguró que la empresa no tiene un problema de “liquidez” sino de “solvencia”.

El empresario Pablo Carrasco reapareció
El empresario Pablo Carrasco reapareció en un streaming para explicar la crisis de Conexión Ganadera

Sin haber empezado con un esquema Ponzi, terminó como un esquema Ponzi. Alguien que sabe mucho de finanzas me dijo que todo este esquema Ponzi arranca con pagar fijo y recibir variable”, explicó Giovio. Es decir, el negocio pagaba una renta fija (de al menos el 7% anual) en una actividad como la ganadería que está expuesta a situaciones muy cambiantes.

El cura de Florida contó la “confianza” que le generaba Basso. “Creo que la mayoría de los que estábamos allí como inversores no conocíamos mucho del negocio. Era más una inversión de confianza. En mi caso, en la persona de Gustavo Basso, ya que era una persona de la comunidad de la Catedral. Mis ahorros, las cosas que iba consiguiendo a través del trabajo personal y la familia, siempre pensé: ‘Qué mejor que lo tenga él que es tan buen comerciante’”, contó Buitrago, sobre el momento de definir la inversión.

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