La OEA inicia un complejo proceso electoral con dos candidatos que tienen posiciones antagónicas sobre la agenda geopolítica de Trump

El canciller paraguayo Rubén Ramírez, con llegada directa a la Casa Blanca, se enfrenta con Albert Ramdin -ministro de Relaciones Exteriores de Surinam-, que exhibe profundos vínculos con el régimen comunista chino

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La OEA será escenario de
La OEA será escenario de una batalla diplomática entre Ramírez y Randim, que tienen miradas opuestas respecto a la agenda internacional de Trump. (Foto OEA)

(Desde Washington, Estados Unidos) La sucesión de Luis Almagro como secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA), inició una batalla diplomática entre el canciller paraguayo Rubén Ramírez y el ministro de Relaciones Exteriores de Surinam, Albert Ramdin, que tienen miradas contrapuestas respecto a la agenda geopolítica del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

Ramírez accede a la Casa Blanca y comparte la perspectiva internacional de la administración republicana. Compartió una cena con Trump en Mar-a-Lago, condena las dictaduras en Venezuela, Cuba y Nicaragua, apoya a Israel frente a Hamas e Irán, y considera indispensable frenar la ofensiva de China en América Latina, teniendo Paraguay a Taiwan como principal aliado en Asia.

Donald Trump y Rubén Ramírez
Donald Trump y Rubén Ramírez durante una cena que compartieron en Mar -a- Lago (Florida, Estados Unidos)

Ramdin, en cambio, se vincula con el régimen comunista que lidera Xi Jinping desde Beijing, exhibe profundos lazos con Nicolás Maduro, Miguel Diaz-Canel y Daniel Ortega, no tiene una sola condena a los actos terroristas de Hamas contra Israel, y presenta sólo contactos protocolares con el Departamento de Estado.

El concepto esencial de Ramírez respecto a su programa en la OEA apunta a lograr “un diálogo permanente” con sus estados miembros y a garantizar los fondos necesarios para el funcionamiento del organismos multilateral.

A su turno, Ramdin propone recuperar “la confianza en la institución”, pero a la par se comprometió a distribuir cargos importante en la burocracia de la OEA para sus aliados electorales.

El canciller Albert Ramdin junto
El canciller Albert Ramdin junto al embajador chino Lin Ji

A las 10 AM (hora del este), Ramdin y Ramírez iniciarán la batalla diplomática presentando sus programas institucional ante el Consejo Permanente de la OEA. El canciller de Surinam abrirá las sesiones y después será el turno del ministro de Relaciones Exteriores del Paraguay.

La sesión informativa de Ramdin y Ramírez concluye con una instancia de preguntas que formalizarán los embajadores de todos los países que integran el foro regional.

En ese momento, el canciller de Surinam podría afrontar una situación compleja: hace unos años, cuando era un importante funcionario de la OEA, protagonizó un caso judicial que afectó su imagen diplomática. Sobre ese antecedente personal, Ramdin sería interrogado en el Consejo Permanente.

Javier Milei y Santiago Peña
Javier Milei y Santiago Peña durante un encuentro oficial en la Casa Rosada (Buenos Aires, Argentina)

Las distintas perspectivas ideológicas de Ramdin y Ramírez determinan los alineamientos de los países que componen la OEA.

El canciller paraguayo tiene los votos de la Argentina y El Salvador -por ejemplo-, mientras que el ministro de Surinam cuenta con el apoyo de ciertos estados de Centroamérica que reciben petróleo muy barato de Venezuela, asistencia financiera blanda de China e información de inteligencia de Cuba.

Ramdin asegura que tiene el respaldo de toda la Comunidad del Caribe (CARICOM).

Gustavo Petro, Lula Da Silva,
Gustavo Petro, Lula Da Silva, Claudia Sheinbaum y Gabriel Boric durante la cumbre del G20 en Rio de Janeiro, Brasil

La elección del sucesor de Almagro ocurrirá el 10 de marzo. Se necesitan 18 votos para alcanzar la Secretaría General de la OEA, y ese número mágico todavía no pertenece a ningún candidato.

Brasil, México, Colombia y Chile aún no expresaron su voluntad política, y Ramírez y Randim ya han tenido conversaciones con importantes funcionarios que trabajan a las órdenes de Lula da Silva, Claudia Sheinbaum, Gustavo Petro y Gabriel Boric.

En todos los casos, desde Santiago de Chile a Ciudad de México, la respuesta fue idéntica: cautela antes de anunciar el apoyo electoral.

La estrategia diplomática de los países supuestamente indecisos se vincula con la agenda geopolítica de Trump. Estados Unidos ya cambió el paradigma ideológico en la OEA -con su decisión de frenar todos los fondos destinados a proyectos especiales-, y México, Brasil, Colombia y Chile se moverán acorde a sus intereses regionales.

Si el canciller Ramírez logra mantener los fondos que aporta Estados Unidos, este bloque de intereses comunes podría alinearse con su candidatura frente a Randim.

Marco Rubio durante el acto
Marco Rubio durante el acto oficial de incautación de la nave de Nicolás Maduro que se utilizaba para delitos trasnacionales, en Santo Domingo, República Dominicana (Reuters)

La Casa Blanca quiere que la OEA tenga una agenda contra el narcotráfico, el terrorismo y el lavado de activos, y que coloque en un segundo plano los proyectos sobre género, derechos humanos y cambio climático.

Estados Unidos aporta el 80 por ciento de los recursos para todas las iniciativas de la OEA, e impondrá su cambio de paradigma en la próxima administración del foro regional.

El secretario de Estado, Marco Rubio, hizo una gira relámpago por Centroamérica y su mensaje político fue transparente: condena a las dictaduras, combate contra los delitos transnacionales y enfrentamiento directo a la ofensiva regional de China.

En este contexto, Lula, Sheimbaum, Petro y Boric deberán optar -hasta ahora- entre Ramdin y Ramírez, que también aguardan una definición taxativa de la Casa Blanca.

Le toca mover a Trump.

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