El presidente de Chile, Gabriel Boric, llegó a Uruguay este lunes, para reunirse con el presidente Luis Lacalle Pou y con su sucesor, Yamandú Orsi. Pero en el medio tuvo una reunión que se ha transformado en un paseo casi obligado para los dirigentes de la izquierda latinoamericana: la visita al ex presidente José Mujica en su chacra a las afueras de Montevideo.
Hace un mes, Mujica confirmó que el cáncer de esófago que tiene hizo metástasis al hígado, anunció que no se haría ningún tratamiento más y dejó un mensaje de despedida. “Lo que pido es que me dejen tranquilo. Que no me pidan más entrevistas ni nada más. Ya terminó mi ciclo. Sinceramente, me estoy muriendo. Y el guerrero tiene derecho a su descanso”, expresó, en la última entrevista con el semanario local Búsqueda.
Desde entonces ha recibido algunas visitas de artistas en su chacra y este lunes estuvo con el presidente chileno. Cuando terminó la reunión de una hora y veinte minutos, plantaron un olivo en el patio de la casa del ex presidente. Mujica, de bastón a un costado, era quien supervisaba la tarea que realizaba el presidente de Chile.
Luego, Mujica y Boric se trasladaron en un carro hasta donde estaban los medios de comunicación. El dirigente uruguayo le mandó un saludo al pueblo chileno y destacó también a quienes “están en contra” del mandatario. “La democracia se precisa para discrepar, no para estar de acuerdo. Para estar de acuerdo nos quedábamos con un rey, hubiéramos estado en lo mismo. Se precisa la democracia para tener la libertad de decir lo que uno piensa”, señaló Mujica, abrazado a Boric.
“Las sociedades aprendieron, después de mucho sufrir, que había que respetar las opiniones diferentes; que había que tener un marco. Las ideas se pueden combatir, pero no se matan”, agregó.
Mujica estaba acompañado por su esposa, Lucía Topolansky, y también dejó unas palabras para ella. “Tengo que agradecer a la vida por haberla encontrado. Pero esto no es cumplimiento. Yo estoy vivo por esta doña. Si no, ya me hubiera pelado”, dijo, mientras abrazaba a su esposa. “Aprendan una cosa –le dijo a los periodistas–. En la edad de la mayoría de ustedes, el amor es una pasión, una llamarada. A mi edad, el amor es una dulce costumbre. Es un desesperado intento de escapar de la soledad”, finalizó.
La agenda de Boric
Al terminar su encuentro con Mujica, Boric se refirió a la asunción de Maduro y, en línea con lo que ha sido su postura, señaló: “La dictadura venezolana ha avanzado”.
“En la práctica con Venezuela hoy día, por decisión del gobierno de Venezuela, no hay relaciones. Eso es un hecho. Chile tiene una larga tradición de Estado que no rompe relaciones con países con quienes piensa distinto”, sostuvo en una rueda de prensa.
“Nosotros tenemos una cultura política distinta, de respeto al derecho internacional y de poner por delante el bienestar de nuestra gente antes que los arrebatos de los gobernantes, así que en esa línea vamos a seguir”, señaló el mandatario chileno.
Antes de ir hasta la chacra de Mujica, Boric se reunió con el presidente Luis Lacalle Pou.
Por la noche, el presidente de Chile estuvo con Yamandú Orsi, quien asumirá el 1° de marzo en Uruguay. El futuro mandatario lo recibió en su casa de Salinas (a unos 40 kilómetros de Montevideo) y comieron un asado. “Es alguien que admiro tanto y con quien no había tenido la oportunidad de hablar. Hacerlo de esta forma, compartiendo un asado, es muy uruguayo y me llena de orgullo”, señaló.
Orsi dijo en una rueda de prensa que la cena era con “agenda abierta”, pero que uno de los temas que le interesaba tratar era la “integración” de la región. “Está en nuestro ADN trabajar por juntar América Latina y América del Sur, más allá de quienes estén en el gobierno en su momento. Nosotros por supuesto que tenemos afinidades ideológicas y filosóficas, pero más allá de eso hay que generar alianzas de largo aliento”, señaló.