Una alternativa de inversión a la que acudían miles de personas en Uruguay eran los fondos ganaderos. Era una opción que se concentraba principalmente en tres empresas y que no estaba regulada por el Banco Central del Uruguay (BCU). Las firmas captaban el dinero de pequeños, medianos y grandes inversores y, en teoría, utilizaban esos fondos para comprar ganado. A cambio, ofrecían una “renta fija” del 7% o más.
Pero estos fondos, como en un efecto dominó, comenzaron a caer. Primero fue el Grupo Larrarte, que acumuló más de 40 denuncias por estafa. La empresa le aseguraba a sus inversores que les gestionaba un ganado que les pertenecía, pero nunca los había registrado. A mediados de septiembre del año pasado entró en concurso de acreedores.
Luego fue el turno de República Ganadera, una empresa que junto a un grupo de inversionistas buscan una salida para 1.450 inversores. La empresa entregó una serie de datos preliminares a los inversores de los que surge que ocho de cada 10 tendrían solo entre el 1% y el 30% del ganado que les correspondería por el contrato que hicieron, informó El Observador.
La tercera empresa en caer fue Conexión Ganadera. Se trata de la primera empresa de este rubro –tiene 25 años de experiencia– y la que tiene más inversores (son cerca de 4.000). El director de la firma, Pablo Carrasco, confirmó días atrás en una reunión con un grupo selecto de inversores que la firma tiene pérdidas por USD 250 millones (tiene activos por USD 150 millones y un pasivo de USD 400 millones).
Conocido este dato, los inversores se agruparon para pedir explicaciones a la empresa. Para la semana pasada estaba convocado un Zoom masivo, que se suspendió a último momento por pedido del director Carrasco. Para mañana martes fue convocada una nueva reunión masiva.
Antes de que se conocieran los números rojos de Conexión Ganadera, el otro director, Gustavo Basso, murió en un accidente de tránsito.
El presidente de la Bolsa de Valores de Montevideo, Ángel Urraburu, estimó en una entrevista con La Diaria que son cerca de 7.000 los inversores afectados por esta crisis. Opinó que significa un “golpe durísimo” para el ahorro nacional y comparó esta situación con la crisis bancaria de 2002, por la cantidad de personas afectadas.
También cuestionó el rol que tuvo el regulador en este caso. “Pasó un elefante por delante y no se generaron los requerimientos legales para que el Banco Central (del Uruguay) pudiera intervenir”, expresó. El futuro ministro de Ganadería, Alfredo Fratti, también cuestionó el rol de esta institución al opinar que estuvo “omiso”.
El Banco Central, en tanto, salió a responder estos cuestionamientos. Su presidente, Washington Ribeiro, dijo que este tipo de inversiones son de “capitalización ganadera” y no están dentro del “marco regulatorio” de la institución.
Después de que Carrasco suspendiera la reunión a último momento, inversores de Conexión Ganadera presentaron denuncias penales por estafa y apropiación indebida, informó el noticiero Telemundo de Canal 12.
Los abogados que representan a cientos de clientes de Conexión Ganadera señalan que era imposible que la empresa no fuera consciente de su situación cuando en diciembre del año pasado convenció a muchos de ellos que querían salirse del negocio que no lo hicieran. “En un negocio de esta envergadura, con volúmenes de dineros que se manejan y las tasas de interés que se proponen, es muy difícil que no vieran venir que la debacle era inminente”, declaró el abogado Ignacio Durán.
En la red social X, el presidente electo de Uruguay, Yamandú Orsi, se expresó por esta situación: “Hay uruguayos que trabajaron, pudieron ahorrar e invirtieron sus ahorros. Han sido damnificados, y muchos perdieron mucho. La justicia se encargará de evaluar responsabilidades. Pero tenemos que impedir que vuelva a pasar. Por la economía, y por los orientales honestos”.