Una declaración del presidente del Senado boliviano, Andrónico Rodríguez, puso sobre la mesa el debate acerca de la renovación generacional de liderazgos en el partido oficialista. En un mitin en conmemoración por el Día del Estado Plurinacional, Rodríguez encendió la mecha al decir que el ex presidente Evo Morales no debe sentir “celos” de los líderes emergentes.
“Tantos hombres y mujeres siguen sus pasos, yo le digo a nuestro hermano Evo: debe sentirse orgulloso y no celoso de muchos jóvenes que siguen sus pasos de dirigencia sindical, de la lucha y el trabajo incansable que ha tenido por los que menos tienen”, dijo Rodríguez, quien para muchos analistas es el sucesor natural de Morales.
La declaración del senador no le gustó al ex jefe de Estado. Morales respondió que se siente orgulloso de los jóvenes pero les pidió que no “desgasten” la imagen del senador Rodríguez con expresiones como “Andrónico presidente”.
El ex jefe del MAS descartó la deliberación sobre su figura y le recordó a Rodríguez que pertenece a una federación cocalera que aprobó en un congreso que el “único candidato será Evo Morales”.
Rodríguez, de 36 años, es una de las figuras prominentes de la política boliviana de los últimos años. Al igual que Morales, forjó su liderazgo en las federaciones cocaleras de la región del Trópico de Cochabamba, de las que llegó a ser vicepresidente, y su influencia permeó en la universidad pública donde estudió Ciencias Políticas.
Hasta 2019 la figura de Rodríguez no había trascendido fuera de su ámbito. Sin embargo, tras la renuncia de Morales y su huida del país, el joven dirigente quedó al mando de las federaciones cocaleras y fue el interlocutor del evismo en los primeros momentos del Gobierno interino de Jeanine Añez, cuando empezó a ser visto como el delfín del ex presidente.
Desde entonces su liderazgo dentro del partido se fue consolidando y llegó a ser propuesto candidato a vicepresidente para las elecciones de 2020 por los movimiento sociales que componen al MAS, en una fórmula que encabezaba David Choquehuanca.
Morales rechazó este binomio y desde Buenos Aires definió la dupla Luis Arce-Choquehuanca, dejando para Rodríguez una candidatura a senador desde la que creció en poder e influencia. Fue electo presidente del Senado durante los cinco años de su mandato y aunque muchos ven en él a un súbdito de Morales, logró algunos acuerdos con la oposición y frenó iniciativas gubernamentales sin entrar en la confrontación.
La declaración del miércoles marca un punto de inflexión en su relación con el ex presidente y siembra sospechas sobre un posible distanciamiento, además de avivar los rumores sobre los intentos recomposición del partido por parte de las militancia joven, dejando al margen a sus líderes actuales.
El MAS es el único partido que se ha ocupado de la formación de nuevas generaciones a través de escuelas de liderazgo político y la creación de cuadros juveniles; sin embargo, no ha permitido el desplazamiento de las élites partidarias que han asegurado su lugar con un estatuto que pone varios obstáculos para los “nuevos”.
La analista política Luciana Jáuregui considera que las palabras de Rodríguez muestran “las primeras señales de tensión y ruptura con el liderazgo de Morales” pero no representan una separación abrupta. Según Jáuregui, el senador apunta a una transición generacional negociada y que sea planteada desde la militancia para generar “el menor daño posible”.
Sin embargo, la politóloga Susana Bejarano considera que el crecimiento político de Rodríguez puede suponer el fin definitivo de Morales. “Evo sabe a la perfección que si Andrónico lo reemplaza en su liderazgo en el Chapare (la región cocalera) y si tiene posibilidades electorales, significa su jubilación.”
El MAS es el partido más numeroso del país, el único que tiene estructura nacional y fue un fenómeno electoral en los últimos 20 años. Sin embargo, atraviesa su peor momento por la división de sus filas en una pelea encarnada en las figuras de Morales y Arce. El presidente y su antiguo mentor se distanciaron en 2021 por diferencias sobre el rumbo del Gobierno y el control del partido, una confrontación que el año pasado vivió sus momentos de mayor tensión con unos llevando al límite la presión en las calles y la Justicia arrinconando al líder cocalero con fallos y sentencias.
Morales ha perdido el control del partido y tiene pocas posibilidades de ser candidato por dos veredictos judiciales que lo impiden. En paralelo, fue imputado por el delito de trata de personas por presuntamente haber embarazado a una adolescente cuando era jefe de Estado, fue declarado rebelde y corre el riesgo de ser aprehendido. En tanto, Arce enfrenta una gestión marcada por la crisis económica que no está pudiendo remontar y de la cual depende su futuro político.
Bejarano resume la crisis interna del MAS en la imposibilidad de que existan nuevos liderazgos a través de métodos democráticos. ¿Habrá renovación en el partido ahora que está en riesgo de implosión? El futuro y los intereses de los caudillos no son certeros, pero las analistas creen que la realidad del partido se va a imponer y el pragmatismo de los sectores sociales que lo integran hará lo suyo para no perder el poder.