Desde el fin de semana se registran filas en las estaciones de servicio de varias ciudades de Bolivia, principalmente de Santa Cruz, donde algunos conductores reportan que tuvieron que esperar más de dos horas para poder abastecer sus tanques.
Las filas surgen una semana después de que el presidente de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), Armin Dorgathen, anunciara mejoras en la logística de importación de combustibles, como la ampliación de la operatividad de un puerto en el norte de Chile y la habilitación en marzo de un puerto en Perú. “El año 2025 no vamos a tener filas”, señaló Dorgathen el 9 de enero pasado.
Sin embargo, este martes por la mañana en Santa Cruz, se observaban filas en varias estaciones de servicio. Como muestra, una de las cadenas de surtidores más grandes de la región, Biopetrol, tenía disponibilidad de gasolina en ocho surtidores y diésel solo en cuatro, de los 15 que tiene en Santa Cruz de la Sierra.
Francisco Duchén, director de Comunicación de YPFB, manifestó en solo hubo irregularidad en el suministro de carburantes en la localidad productiva de San Julián, en el norte de Santa Cruz, y que eso generó “susceptibilidad” entre los conductores. “Estamos cumpliendo con los despachos, en Santa Cruz se generó susceptibilidad y ahora hay sobredemanda”, manifestó en entrevista con Infobae.
Aunque YPFB y la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) reiteran que el abastecimiento “está garantizado” y que los despachos no han disminuido. Directores regionales de la ANH de Cochabamba y La Paz atribuyeron las filas a la sobredemanda, al acopio ilegal de carburantes y a la demora de algunas cisternas.
Bolivia atravesó uno de los momentos más críticos en el abastecimiento de combustible en noviembre del año pasado. A la baja producción local y a las crecientes dificultades para la importación por falta de dólares, la logística de distribución se vio alterada por bloqueos realizados por seguidores de Evo Morales durante más de 23 días.
El irregular suministro de carburantes le ha traído una serie de problemas al Gobierno que enfrentó protestas y presiones de varios sectores, entre ellos el transporte y la agroindustria que se vieron particularmente afectados por el desabastecimiento prolongado.
Para paliar la crisis energética en el corto plazo, el Gobierno autorizó la importación y comercialización de combustible a actores privados por un plazo de tres años. Este fin de semana, se informó que hay 37 empresas que fueron habilitadas para la importación.
Según el ministro de Hidrocarburos, una empresa privada cuenta con las autorizaciones para importar mensualmente 20 millones de litros de carburantes para comercializar en el mercado interno, mientras otras 36 importarán cerca de 29 millones de litros para consumo propio.
Un problema estructural
El tema de los combustibles es uno de los que más problemas genera en la administración pública en Bolivia. Los precios del diésel y la gasolina son subvencionados por el Estado y significativamente más baratos que el precio internacional, por lo que las cuentas están abriendo un hueco en la debilitada en economía del país.
Bolivia importa el 86% del diésel y el 56% de la gasolina que necesita para abastecer el mercado interno. En 2024, esta importación supuso un gasto de 2.381 millones de dólares de dólares. Para este año, se dispuso un monto aún mayor: 2.900 millones dólares, lo que equivale a alrededor de 56 millones de dólares semanales, esta política permitirá que el precio del diésel se mantenga en 3,74 bolivianos y el de la gasolina en 3,72, equivalentes a 0,53 centavos de dólar.