La noche del jueves pasado la tragedia se desató en la villa Raúl del Canto de la populosa comuna santiaguina de La Pintana, cuando vecinos dieron aviso a carabineros de la muerte de Marco Antonio Cantillana Paillao (28), quien llevaba más de seis años conectado a un respirador artificial luego de ser atacado a balazos el mismo día de su cumpleaños.
Tras la ronda de interrogaciones, los uniformados dieron con un testigo presencial que apuntó directamente a la madre del joven, Sonia Del Carmen Paillao Calfucura, quien fue apresada solo horas después.
En su declaración, leída el sábado en la audiencia de formalización por la fiscal en flagrancia Paulina Sepúlveda, el hombre aseguró que alrededor de las 23:00 horas divisó a la acusada llorando junto a un desconocido con aspecto extranjero.
“Me acerqué a ellos y se sentaron en una banca de la plaza frente al domicilio (…) Sonia me saludó, le pregunté qué le pasaba”, explicó, según reza un reportaje de BBCL Investiga.
A lo que Sonia Paillao habría respondido: “No soy capaz de seguir cuidándolo, quiero que descanse. Estoy aburrida de cuidarlo, porque no puedo hacer mi vida tranquila”.
La mujer entonces entró sola a su casa. “Yo me quedé en la reja de su casa mirando hacia adentro al igual que el acompañante de ella (...) Sonia abrió el ventanal de la pieza de su hijo Marquito (…) Se acercó a él, le dio un beso en la frente y luego se recostó en su pecho a llorar”, detalló.
Entonces, “hizo algo con las máquinas del Marquito, las que le ayudaban a respirar, comenzando a sonar un pito como de alerta”.
El testigo entonces vio desde afuera cómo el joven tetrapléjico comenzaba a convulsionar, por lo que se acercó a la ventana tratando de ayudarlo. Sin embargo, “Sonia me agarró de la polera y me sacó para fuera de la casa. Me pegó un charchazo en la espalda y me dijo no entre”, remató.
Los audios
Su declaración fue corroborada por el extranjero que acompañaba a Sonia Paillao -venezolano-, quien declaró haberla conocido ese día por Facebook y que al encontrarse con ella, notó que tenía hálito alcohólico.
Pero las pruebas que terminaron por incriminar a la madre fueron dos audios que envió a otra mujer -identificada como M.M.A- amiga de su hijo, a quien había conocido en el hospital y cuidaba regularmente, sobre todo cuando Paillao cayó 100 días presa por cultivar marihuana.
“Oye, desconecté al Marco. Dime cómo chucha tengo que hacerlo, porque yo no estoy capacitada para cuidarlo. ¿Sabís qué? Yo ahora me voy a irme, me voy a arrancar”, decía el primer mensaje, según el medio citado.
“Contesta. Yo no estoy capacitada para cuidar al Marco. Yo lo voy a matarlo (…) Tú sabes que yo estoy enferma. Háblale al papá del Marco que haga alguna hueá porque no he podido hablarle al hueón. Contesta concha de tu madre”.
Una vez leídos todos los antecedentes de la causa, y a pesar de que la defensa insistió en que se debía tomar en cuenta la grave depresión en la que se encontraba Sonia Paillao al momento de los hechos, el tribunal decidió imputarla por parricidio y decretó su prisión preventiva, otorgando 180 días de plazo para la investigación.
Sonia Paillao arriesga hasta 15 años de cárcel, pero aún queda por ver qué dirán las pericias psiquiátricas que ya pidió la Defensoría Penal Pública.