El giro hacia la izquierda que dio Uruguay en 2024 con el triunfo de Yamandú Orsi no tuvo un efecto mayor en los mercados. Tras el balotaje de noviembre –que confirmó el regreso del Frente Amplio al poder– el riesgo país se mantuvo estable, como también la valorización de sus títulos soberanos. Sí hubo un aumento de la cotización del dólar, pero en un contexto de fortalecimiento global de la divisa de Estados Unidos.
Las calificadoras no prevén que haya grandes cambios en el gobierno de Orsi en la macroeconomía. Esta certeza está dada, probablemente, por la designación de Gabriel Oddone como ministro de Economía, un economista con ideas de izquierda pero también cercano al empresariado y que se ha comprometido a mantener las principales líneas económicas del país.
La semana pasada, la calificadora japonesa Rating and Investment (R&I) mantuvo la nota “BBB+” para la deuda del país, dos escalones por encima del grado inversor, según el informe consignado por el semanario Búsqueda.
Además, la agencia japonesa asegura que la calificación de Uruguay podría incluso mejorar en caso de que se mantenga la “disciplina fiscal” bajo la administración de Orsi y la economía siga “una senda de crecimiento sólido incluso en medio de crecientes preocupaciones sobre la situación internacional”.
R&I elogia a Uruguay en comparación con la región por tener un nivel de ingresos alto por habitante y por la “resiliencia” de su economía frente a la inestabilidad de Argentina.
La calificadora proyecta que, a partir de 2025, el Producto Interno Bruto (PIB) de Uruguay mantendrá un crecimiento anual de entre el 2% y el 3%, aunque “debe prestar atención al desarrollo del entorno económico internacional”.
Además, menciona que el Banco Central del Uruguay (BCU) mantuvo una política monetaria “conservadora” en los últimos años, con el objetivo de encaminar la inflación anual al 4,5% (el centro del rango meta que se fijó la autoridad monetaria). “Los ojos están puestos en las medidas del BCU para garantizar la estabilidad de precios”, señala el informe.
Desde hace 19 meses, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) está dentro del rango que las autoridades del BCU fijaron como meta (3%-6%). En diciembre, el IPC fue de 0,34% y acumuló una variación interanual de 5,49%, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Uno de los compromisos del gobierno electo de Uruguay es “mantener la baja inflación” lograda durante la gestión de Lacalle Pou. Así lo expresó el presidente designado del BCU, Guillermo Tolosa, a la salida de una reunión en el Ministerio de Economía. “Cuando asumamos, el Banco Central va a mantener un compromiso con la baja de inflación, con proteger el poder adquisitivo de los uruguayos”, dijo el jerarca entrante.
La calificadora japonesa también destaca que el gobierno de Luis Lacalle Pou llevó adelante una política orientada a mejorar el balance fiscal. Sin embargo, asegura que el resultado “estructural” y el gasto primario real “se han desviado de los objetivos” previstos en la regla fiscal, un instrumento creado por esta administración para limitar el gasto público.
Estos desvíos –explica R&I– se debieron principalmente a “factores exógenos”, que están asociados a las fluctuaciones de precios. Sin embargo, la agencia afirma que la postura de “disciplina fiscal del gobierno no se ha visto comprometida”. La relación entre la deuda y el PIB (60,1%, en junio de 2024) “todavía se mantiene en un nivel mejorable a pesar de un ligero aumento desde finales de 2023”, agrega el texto.
La calificadora define que el gobierno de Orsi será de “centro izquierda” y asegura que establecerá un “nuevo plan fiscal de cinco años”. “El presidente electo ya ha expresado su compromiso de mantener la estabilidad económica y la consolidación fiscal. Los ojos están puestos en la política de la próxima administración y su impacto en la economía, la situación fiscal y la evolución de los precios en Uruguay”, agrega el informe.