El científico Andrés Escala, astrofísico y académico del Departamento de Astronomía de la Universidad de Chile, Doctor de la Universidad de Yale e investigador asociado de Stanford, acaba de publicar una investigación que promete revolucionar lo que se sabe sobre la vida en la Tierra.
Ello, puesto que tras analizar a 16 mamíferos a través de un cruce matemático entre sus ciclos respiratorios y su esperanza de vida, logró establecer lo que ha llamado como “el número de la vida”, el que correspondería a alrededor de 400 millones de respiraciones que un mamífero realiza a lo largo de su existencia y que sería constante entre las especies estudiadas, según consigna una nota de Cooperativa.
“El hallazgo prueba que una serie de variables como la masa corporal, el metabolismo y la frecuencia cardíaca influyen en la esperanza de vida a través de la existencia de este número y están conectadas de manera causal con la longevidad”, señaló Escala.
Según el investigador, los animales tendrían “aproximadamente el mismo número en términos de ciclos respiratorios. Por ejemplo, el gato vive -típicamente- el doble que un conejo (18 vs 9 años, diferencia del 100%), pero en ciclos respiratorios ambos van el rango de los 400 millones (495 vs 429, una diferencia del 15%)”.
Escala asegura que dicha cifra sería la misma para todos los miembros del reino animal, sean éstos “ratones o jirafas”.
“Por ejemplo, las tortugas de Galápagos tienen una esperanza de vida de 177 años alcanzando -en promedio- 280 millones de ciclos respiratorios. Si se hace el símil con nuestros amigos los perros, estos promedian 310 millones de ciclos, pero solo viven alrededor del 10% que las tortugas. Lo anterior refuerza la conclusión que serían los ciclos respiratorios la unidad clave para medir la extensión de la vida”, explicó.
Líneas de trabajo
El estudio además servirá para analizar la relación entre los ciclos respiratorios y las mutaciones a nivel celular, otro “número de la vida” que apunta a que el proceso respiratorio -y los subproductos tóxicos generados por él-, estarían vinculados con las variaciones genéticas que producen el envejecimiento.
Escala aseguró que ahora se abren dos líneas de trabajo a futuro: “La primera es en ciencia aplicada, para explicar la mortalidad natural de peces en cultivo en la industria pesquera. La segunda es en ciencia básica, donde se podría estudiar sus implicancias para ciertas relaciones ecológicas observadas”, detalló.
Su investigación se basó en el artículo científico titulado “The impact of the cardiovascular component and somatic mutations on ageing”, en el que su autores utilizaron métodos estadísticos tradicionales para su análisis.
El científico chileno, en cambio, aplicó predicciones matemáticas validadas previamente, las que contrastadas con los datos de las 16 especies de mamíferos estudiadas en el artículo, lograron explicar comprobar su teoría.
Su investigación fue publicada en la última edición de la revista Scientific Reports bajo el título “On the Causal Connection in Lifespan Correlations and the Possible Existence of a ‘Number of Life’ at Molecular Level“ (Sobre la conexión causal en las correlaciones de la duración de la vida y la posible existencia de un “número de vida” a nivel molecular).