La conflictividad social y la escasez de dólares tuvo un impacto significativo en el comercio internacional de Bolivia, según un informe presentado por empresarios de Cochabamba, la región central del país.
El presidente de la Federación de Entidades Empresariales Privadas de Cochabamba (FEPC), Juan Pablo Demeure, manifestó en conferencia de prensa que en el departamento hubo bloqueos en carreteras troncales por 79 días, lo que provocó una caída del 40% de las exportaciones y el 30% de las importaciones. “No cumplir contratos en exportación implica que se caigan esos contratos, que se rompan. No es algo que se pueda recuperar cuando se ha levantado el bloqueo, ya es un mercado perdido”, agregó Demeure.
Un informe de la Fundación Unir muestra que entre agosto y noviembre, la conflictividad giró en torno a la disputa del Movimiento Al Socialismo y que provocó una serie de movilizaciones sociales. La Paz, como sede de Gobierno, concentró la mayoría de las protestas pero Cochabamba fue el departamento más afectado por los bloqueos de carreteras llevados a cabo por los seguidores del ex presidente Evo Morales entre el 14 de octubre y el 6 de noviembre; seguido de Santa Cruz, principal zona productiva del país.
Durante la protesta realizada por seguidores de Morales, que llegaron a tener 23 piquetes simultáneos, se observó cientos de camiones varados en las carreteras. Algunos productores regalaron su producción o la tiraron al borde del camino cuando se deterioró.
A la imposibilidad de transitar por carreteras troncales, se suma la creciente escasez de dólares en el país que ha limitado las transacciones bancarias en esa moneda y ha encarecido los giros internacionales, además de haber dado surgimiento a un mercado paralelo de dólares donde la moneda americana se cotiza en un 70% más que el tipo de cambio oficial.
El Gobierno atribuyó la crisis económica principalmente a la debacle de la industria de los hidrocarburos por una mala gestión durante el Gobierno de Evo Morales (2006-2019) del cual fue parte el presidente actual, como ministro de Economía.
En 2014, Bolivia producía 18,6 millones de barriles de petróleo al año, cifra que se redujo a 8,6 millones en 2023. Respecto al gas, la caída es de 21,766 millones de litros cúbicos en 2012 a 13,122 millones en 2023, es decir de un 40%, según datos oficiales.
Sin embargo, en junio, el Gobierno anunció el hallazgo de una nueva reserva gasífera. A decir del presidente Luis Arce, se trata del “descubrimiento más importante desde 2005″, lo que trae esperanzas a la nación cuya economía históricamente ha dependido de la explotación de los recursos naturales no renovables.
El reporte más reciente del Instituto Nacional de Estadística revela una caída de las exportaciones del 19% hasta septiembre, por un valor de 6.787 millones dólares. Según ese informe la caída tuvo que ver también con un escenario de desaceleración económica internacional y las condiciones climáticas adversas.
En medio de ese contexto adverso, el Gobierno del decretó la suspensión temporal de las exportaciones de aceite refinado de soya debido al alza del precio en el mercado interno que superó el 60%. La administración de Arce atribuye esta suba a la especulación de algunos intermediarios que no estarían cumpliendo con los compromisos de entrega pactada.
Sin embargo, la determinación ha provocado una serie de críticas porque se da en un momento en el que el país enfrenta una crisis económica marcada principalmente por escasez de dólares. Los empresarios aseguran que si esta medida no se revierte en el corto plazo, generará una mayor inflación y agravará la crisis en el país.
“La restricción del aceite es un gran error, en un momento en el que Bolivia está pasando por una crisis de balanza de pagos y necesita divisas”, manifestó en una entrevista radial de El Deber, el presidente de la Cámara de Industria y Comercio de Santa Cruz (Cainco), Jean Pierre Antelo.