
Los desplazamientos masivos de población y la destrucción de servicios esenciales en regiones como Kivu Norte, Kivu Sur e Ituri han acrecentado la gravedad de la crisis humanitaria en la República Democrática del Congo. Según informó Europa Press, el Consejo de Seguridad de la ONU ha respondido a esta situación ampliando, por unanimidad, el mandato de la Misión de Naciones Unidas para la Estabilización del Congo (MONUSCO) hasta diciembre de 2026, con un enfoque prioritario en el cese de la violencia armada y la recuperación institucional en las zonas más afectadas por el conflicto.
El Consejo de Seguridad adoptó la resolución número 2808, exigiendo la retirada inmediata del grupo armado M23 y la salida de cualquier fuerza extranjera presente en el este del país, de acuerdo con lo publicado por Europa Press. La resolución aboga por la instauración de un alto el fuego sostenible y el acceso humanitario sin restricciones, en respuesta a los avances del M23 y al deterioro de las condiciones de vida de los habitantes desplazados, que han enfrentado mayores dificultades logísticas y de seguridad en la entrega de ayuda alimentaria y sanitaria.
La MONUSCO mantiene un contingente compuesto por aproximadamente 11.500 soldados, 600 observadores y oficiales de Estado Mayor, 443 agentes y 1.270 policías, quienes coordinan sus operaciones junto a las fuerzas de seguridad del gobierno congoleño bajo supervisión internacional. De acuerdo con lo señalado por Europa Press, el mandato pone énfasis en la protección de la población civil y la restauración del control institucional, dado el aumento constante del número de personas desplazadas por la violencia y la fragilidad de los sistemas básicos de salud, educación y alimentación.
El documento de Naciones Unidas incluye una condena explícita a cualquier forma de respaldo político, militar o logístico al grupo M23, haciendo especial referencia a las Fuerzas de Defensa de Ruanda. Europa Press indicó que el organismo internacional exige la desmovilización de todos los grupos armados activos y solicita el retiro de actores extranjeros armados de territorio congoleño. La permanencia de fuerzas armadas foráneas ha sido percibida como un factor de agravamiento de la inseguridad, especialmente en territorios donde el Estado ha perdido control.
Según detalló Europa Press, la extensión del mandato de la MONUSCO ocurre paralelamente al aumento de la presión diplomática por parte de la Unión Europea, Estados Unidos y países limítrofes, que han manifestado su preocupación ante el posible agravamiento del conflicto y han solicitado medidas concretas para evitar una propagación de la violencia. La decisión también coincide con la reciente reunión entre el presidente congoleño, Félix Tshisekedi, y su homólogo ruandés, Paul Kagame, celebrada en Washington tras nuevas fricciones generadas por el avance del M23, fuerza compuesta mayoritariamente por tutsis congoleños. Mientras el gobierno de Kinshasa acusa a Kigali de respaldar a los rebeldes, las autoridades ruandesas argumentan que sus acciones se motivan en la protección de la comunidad tutsi frente a la amenaza de las fuerzas congoleñas y otros actores armados.
La resolución instruye a las fuerzas estatales a abstenerse de cualquier relación con actores asociados a la violencia armada, y reitera la importancia del cumplimiento de los compromisos internos de seguridad pactados en acuerdos previos. El despliegue internacional recientemente ampliado sostiene una estrategia fundamentada en la colaboración estrecha con las estructuras nacionales, dirigida a fortalecer la capacidad de vigilancia en los territorios en mayor riesgo y ampliar la protección para las personas desplazadas, con énfasis en el restablecimiento del acceso a atención médica y a la entrega de ayuda humanitaria.
Europa Press añadió que el escenario actual presenta obstáculos significativos para la MONUSCO y las agencias asociadas, debido a la creciente inseguridad y la destrucción o inaccesibilidad de infraestructura crítica en las áreas más conflictivas. Las fuerzas internacionales operan en un contexto donde la población desplazada continúa en aumento, los servicios sociales están mermados y existe un riesgo de expansión del conflicto hacia regiones no previamente afectadas o más allá de las fronteras nacionales.
La resolución aprobada por el Consejo de Seguridad destaca también la necesidad de una cooperación constante entre actores multilaterales y estatales, orientada a la protección de la población civil, la erradicación de los grupos armados y la recuperación social y económica del este del país. Europa Press consignó que el mandato de la MONUSCO establece que su permanencia más allá de 2026 dependerá de la consolidación institucional local y la capacidad de una retirada gradual de las fuerzas internacionales cuando las condiciones de seguridad permitan transferir las responsabilidades por completo a las autoridades congoleñas.
El Consejo de Seguridad subrayó la importancia de desmontar las estructuras armadas implicadas en la desestabilización de los límites fronterizos con Ruanda y Burundi, e insistió en el seguimiento permanente de la situación en la región. La vigilancia internacional se mantendrá mientras persistan factores de desplazamiento forzado, debilidad institucional y violencia armada, informó Europa Press. La decisión refleja el compromiso continuo de Naciones Unidas con la estabilización del Congo Oriental y el acompañamiento internacional en medio de los desafíos que plantea la persistencia del conflicto armado, las tensiones diplomáticas en la región y la emergencia humanitaria en desarrollo.


